Orfandad: sobre Camboya y el genocidio perpetrado por Pol Pot.
Por Juan José Carvalho
TRAIDORES RELOADED
Toda guerra dejas secuelas terribles. El siguiente relato intenta poner foco en la cantidad de niños sufrientes y testigos presenciales de los más terribles métodos de muerte. Se trata de una orfandad doble o múltiple porque, en este caso, el pueblo tiene una participación activa en la lucha por su liberación. Primero, liberación de una dictadura apoyada por los norteamericanos y su ejército. Después, liberación de la traición a los objetivos por los que se peleó y ganó. Es decir, la segunda lucha fue por expulsar a los traidores. Cualquier similitud con alguna realidad argentina que usted conozca no es mera coincidencia.
ARRUINADOS CON ROUGE
Durante los primeros meses de 1975, el régimen pro norteamericano de Camboya fue derribado y, con él, el tirano de Lon Nol. Quien logró derrotar a Lon Nol fue el FNL. Pero, los Khmer Rouge -una escisión interna del Frente de liberación nacional, que desarrollaba sus acciones militares en la capital de Camboya, Nom Pen- asumen el poder, liderados por Pol Pot. De ese modo, las intenciones revolucionarias que hubieran permitido amplios horizontes de desarrollo democrático independiente fueron obstaculizadas desde el propio vientre del FNL.
Los Khmer Rouge instauraron una dictadura que dejó un saldo final de más de dos millones de muertos, doscientos mil niños huérfanos y ciudades arrasadas.
ENTRISMO O ENTRADERA
Los cabecillas de la traición fueron Pol Pot y Leng Sary, dos ciudadanos de familias de clase media campesina de Vietnam, estudiantes avanzados que habían recibido instrucción superior en París. Allí, se incorporaron a asociaciones de estudiantes y crearon círculos desde los cuales- y mientras aparentaban ser marxistas- organizaban la traición. En esos círculos se estudiaban todo tipo de concepciones maoístas pseudo revolucionarias.
A mediados de 1963, Pol Pot viajó a China, en pleno auge de la revolución cultural, modelo tomado como expresión del verdadero marxismo de esa época. Cuando volvió a Camboya (1965), Pol Pot ya era un fervoroso propulsor de las ideas del líder chino. Entonces, se incorporó a las filas del Partido popular revolucionario de Kampuchea que operaba en la clandestinidad.
Pol Pot hizo frecuente la práctica del “entrismo”: ingresar a las filas de un partido político o entidad social, no desde abajo, sino enmascarados por hechos o dichos que provocaban admiración e imitación de sectores partidarios. Así, aprovechaban el momento de gloria para escalar posiciones. En este caso, Pol Pot utilizó su historial ideológico universitario, al que sumó el uso de un discurso pro chino acorde a la época. Con su praxis política urbana, se radicó en la capital camboyana.
Pol Pot aprovechó que los veteranos combatientes de la guerrilla kampucheana volvían a la ciudad desde los montes y selvas, con hábitos muy diferentes a la militancia política urbana, y los neutralizó. Esto, sumado a la manipulación de consignas ultra revolucionarias, le abrió a Pol Pot y a su ladero, Leng Sary, el camino a la conducción del partido. Por supuesto, no dudaron en utilizar cualquier situación para liquidar a sus enemigos políticos internos. Así es como Pol Pot, junto a su camarilla, se hizo fuerte dentro del partido PPRK y fundó los Khmer Rouge. Comenzó su campaña con la propuesta de proyectos de restructuración social.
Para entender este golpe hay que comprender que existía una importante contradicción entre la sociedad china pre revolucionaria y la Kampuchea de aquel momento. China tenía una población mayoritariamente campesina y Kampuchea contaba con una mezcla de campesinos, sectores urbanos y obreros proletarios. Por eso, no era tan sencillo importar el proyecto maoísta a Kampuchea. Por empezar, fue una maquiavélica decisión trasladar contra su voluntad a habitantes de la ciudad. De ese modo, Pol Pot destruyó sus hábitos de vida y sus núcleos familiares y laborales.
EL ISIS, UN POROTO
A las personas, se las convirtió en esclavas: se liquidaba toda la estructura social, sus relaciones tradicionales, culturales y religiosas. Los arriados eran tratados como animales de tiro, se les prohibía pensar y hasta lamentar la pérdida de seres queridos. Si alguien desobedecía esas políticas, se lo castigaba con represión sangrienta, para la cual se utilizaban azadas, garrotes y barras metálicas. Así, asestaban golpes en la nuca de las víctimas, que producían muertes y fracturas craneanas. No conformes, utilizaban cuchillos y machetes para cortar cuellos. A los niños, se los asesinaba lanzándolos contra paredes y montañas y, en muchos casos, se les sacaba el hígado para comerlo. Con estos actos buscaban generar un caos terrorífico donde la población se sentía en riesgo total.
JUIRA, CANEJO
En el marco de la lucha que emprendió el pueblo para liberarse de la sanguinaria camarilla contrarrevolucionaria de Pol Pot y Leng Sary se creó el frente unido de salvación nacional de Kampuchea -FUSNK-, que eligió a Heng Samrin como su presidente. Este organismo, en su congreso inaugural, elaboró el manifiesto que proclamó la formación de la República de Kampuchea y declaró formalmente libertades democráticas: el derecho al trabajo, la libertad religiosa, libertad de enseñanza, derecho al descanso. Este manifiesto, de carácter claramente progresista, estableció también la igualdad entre mujeres y hombres. En el plano internacional, fijó una política de no alineación y buena vecindad. Así hizo su aporte a la paz y a la estabilidad en el sudeste asiático y en el mundo entero. A esta altura, es importante recordar que su vecino Vietnam libraba por entonces la guerra histórica contra los norteamericanos. Pol Pot había elegido alejarse de la política de Vietnam. De hecho, tomó a los vietnamitas como enemigos; sus vecinos habían sido sumamente cómplices a la hora de la independencia de Camboya de los pronorteamericanos. Así, los vietnamitas se unieron a quienes intentaban derrocar al pueblo camboyano. Después de arduas luchas, la camarilla contrarevolucionaria huyó, en enero de 1979.
Una vez terminado el cruel tormento, el nuevo gobierno de Kampuchea comenzó a desarrollar el camino de la justicia contra los crímenes cometidos.
NUNCA MÁS
Con el fin de investigar y juzgar a los culpables del genocidio, se creó el tribunal popular revolucionario, con aval de la Asamblea General de la ONU. Así, se escribió el documento de la convención sobre la prevención y la sanción del delito de genocidio. Esta reglamentación se utilizó en Argentina para juzgar la acción de los militares en la dictadura que azotó al país entre 1976 y 1983.
El crimen es crimen lo disfracen como lo quieran disfrazar. El fascismo, evidentemente, triunfó y aún triunfa hasta lograr infiltrarse en espacios supuestamente progresistas. Hay algo en nuestras subjetividades impregnado de ese tufillo fascistoide. En ese sentido, estamos todos huérfanos de nuevas condiciones de posibilidad para hacer política de otra manera, para refundarnos fuera de los marcos de la política tradicional y abrir el juego hacia otros modos de organización.