El Hastío: sobre Gego, artista plástica venezolana
Por Carolina Diéguez
“Sin saber por qué, deteníanse moviendo los brazos desnudos y
delgados; ella vivía a la orilla de las cosas”[1]
LA LÍNEA Y EL GARABATO: UN AMOR DIFÍCIL
Un amor de Gego , recuerda el cuento infantil de Norton Juster “El punto y la línea: Un romance en las matemáticas básicas”. (Ver cuento animado al final de la nota). Allí, el punto cae rendido a los pies de la línea, cuando ella descubre su propio potencial para crear curvas, ángulos e infinidad de formas geométricas. Gego abre el juego y el diálogo entre aparentes rivales: la línea recta y la serpentina.
LA GRAN EPIFANÍA
Gego, nacida en Alemania, emigra a Venezuela y decide ser venezolana. Egresada de la Escuela Técnica de Stuttgart, donde estudió ingeniería y arquitectura, se interesó en explorar mundos abstractos, matemáticos, estructuras y, fundamentalmente, en las posibilidades del espacio. Heredera del constructivismo y del cinetismo, se abre hacia lo geométrico para desarrollar una abstracción cada vez más orgánica.
Su gran epifanía se produce luego de su segundo matrimonio con un dibujante y escultor lituano, considerado uno de los padres del diseño en Venezuela. Entonces, comienza a explorar el dibujo, la pintura y el grabado. La línea se vuelve protagonista, insiste y juega en busca de ahondar la relación entre el espacio, las redes, los volúmenes y los vacíos.
BAJEN AL VOLUMEN
Definida innumerables veces como una sucesión de puntos, la línea es, para Gertrud G. un elemento de juego; la lucha contra el hastío de las formas repetidas, contra la idea de que el volumen de un cuerpo debe pesar más que el vacío alrededor. En una presentación en el Tamarind Institute[2], ella dice: “descubrí el encanto de la línea por sí misma, la línea en el espacio como la línea dibujada sobre una superficie, y la nada entre las líneas y el destello cuando se cruzan, cuando son interrumpidas, cuando son de un color o tipo diferente. Descubrí que a veces el entrelíneas es tan importante como la línea en sí misma.”
Gego busca “tornar visible lo invisible”. Su trabajo oscila entre el plano y el espacio: va de sus obras bidimensionales en papel a sus construcciones en tres dimensiones. Y, entre ambas, sus “Dibujos sin papel”, realizados con alambres de acero, tubos de cobre pintados, resortes y canutillos metálicos, varillas, cables de aluminio, pastel y tinta.
Gego reflexiona un espacio “entre”. Un espacio ocupado por redes y líneas de alambre que supone más vacíos que llenos. Ese hueco, ese pasadizo vacío, es un “negativo” del lleno ocupado por los cuerpos. Entonces, las sombras adquieren una dimensión intermedia, fundamental en la concepción de esta artista.
Su gran búsqueda: la transparencia. Ese espacio intermedio entre y bajo las líneas.
Líneas paralelas, cruzadas, entrelazadas hacen eco sobre el fondo. A veces, blanco; otras, transparente. Recortan el vacío.
La línea y su doble abren el juego: dar y ocultar. Un oscilar que invita a sostener la mirada “entre”. El hueco es también veladura y grita (a dúo con Paul Klee): El arte no reproduce lo visible. Lo hace visible.
Y las líneas se multiplican una y otra vez sobre el papel o sin él. Gego insiste y difiere: “No hay peligro para mí de quedarme estancada porque, con cada línea que dibujo, cientos de ellas esperan por ser dibujadas…”
En sus “Tejeduras” vuelve al plano para jugar con la trama y la urdimbre, ya sea que utilice: papel o hilo. Desarma fotografías para componer otras imágenes más abstractas. De tanto en tanto, alguna referencia permanece en su nueva trama.
CONTRA LA SOLIDEZ
En sus escritos, ella define su obra y a sí misma. «Sabidura 1: Relaciones de línea creadas ni de la realidad de ver ni de la realidad de saber»
Sus líneas crecen sobre el plano y fuera de él en un entramado etéreo contra la teoría: “Esculturas: formas tridimensionales / de material macizo / ¡Nunca lo que yo hago![3] ironiza sobre la definición de escultura.
Quizá Gego como C. Lispector esté “… intentando captar la cuarta dimensión del instante… [quiera apoderarse] del “es” de la cosa. Esos instantes que transcurren en el aire que respiro, como fuegos artificiales, estallan mudos en el espacio. Quiero poseer los átomos del tiempo…” [4]
Y, en esa trama de líneas que tejen espacio y tiempo, late “la presencia de una lejanía por cercana que esta pueda hallarse”.[5]
MILHOJAS DE HUECOS
Un vez más, la línea se multiplica y desborda. Contra la definición de una forma precisa o un límite: se tensa, se ondula, cruza y entreteje como una tela de araña. Sus “Reticuláreas” evidencian la fragilidad de lo sólido. Un tejido de varillas de acero suspendidas del techo, de cuyas aristas se sujetan cuadrados y triángulos. Formas elementales, de donde penden más líneas. Entrecruzamientos, aire y luz construyen el espacio. No hay un centro ni puntos fijos; sólo pequeños nodos de tensión que nunca cierran las formas.
La línea diáfana se expande orgánicamente en sus estructuras modulares. El sistema de enlace es perfecto y sólido, a pesar de la ingravidez. El entrecruzamiento feroz crece, seduce y atrae como una trampa. Los huecos se multiplican, la luz y el vacío se vuelven protagonistas.
Espacios de perspectivas múltiples invitan a recorrerlos, a adentrarse entre los huecos, y mezclarse entre las sombras, para conectarnos con otra sensorialidad y vivencia del espacio.
Entonces, ¿por qué no pensar el vacío como una presencia en lugar de pensarlo como ausencia? Un tema ya trabajado por la poesía visual, al que Gego vuelve desde su arte.
El ejercicio poético es una resistencia contra todo hastío. Es siempre la escritura o el trazo que va por los intersticios y desarma así la gramática de los contornos, de los lenguajes y de las palabras. Donde lo poético aparece, el hastío se repliega. Esto no quiere decir que haya sido definitivamente vencido. Por eso, los vacíos; por eso, los huecos y las transparencias de Gego son siempre puntos de inicio: focos desde los cuales combatir todas las posibles mesetas de tedio y del hartazgo.
[1] LISPECTOR, Clarice.”La Araña”. Ed Corregidor, Bs. AS., 2010, p. 39.
[2] Tamarind Institute: Estudio litográfico creado en Los Ángeles, en 1960. Jugó un papel importante en la reactivación de la técnica de la litografía en los Estados Unidos y sigue proporcionando formación profesional
[3] HUIZI, Elena y MANRIQUE, Josefina, eds. “Sabiduras y otros textos de Gego.” International Center for the Arts of Fine Arts, Houston & Fundación Gego, Caracas; 2005, p.129
[4] LISPECTOR, Clarice. Op.cit.
[5] BENJAMIN, Walter.