Conversación con Mirta Narosky.
Entrevista y edición: Gabriela Ramos.
Que mi obra no muera,/ni acaben las de tantos/ que apuestan a los sueños/ y declaman el caos; las de utopías,/las de buenos presagios./Que no mueran ls obras/de los que hoy luchamos/por un mundo con alma,/ sin el hambre de hermanos,/las que desangran muerte,/las que cantan ¡estamos!/ que no muera la obra/ de quienes hoy gritamos/ que se acabe el vacío/ de tanto dicho en vano/y triunfe la poesía/la alegría, hasta el llanto/ la mano de un amigo,/la mirada de un “te amo”./pues si muere mi obra/ y la de otros tantos,/ les quedará la ausencia,/ lo bonito firmado,/se acabarán “Guernicas” / y Goyas desollados;/ la nada en cajas fuertes/ será vuestro legado./ les pido que oigan hoy,/ ruego desesperado,/¡No maten a mi obra,/ni a la de otros tantos!
MIRTA NAROSKY-1998
EL MUSEO VIVO
Me invita a pasar, con gracia y amabilidad. Sus ojos, azul verdosos. Su sonrisa, amable. Lleva un sombrero rojo. Entro a la sala: enormes pinturas, dibujos, muebles artísticos y objetos intervenidos. Un museo vivo. Sus pinturas: escenarios circulares, llenos de personajes: ellos bailan tango, se besan, lloran. Parecieran aferrarse a su propia debilidad, frente a un mundo hostil que los castiga: no se resignan, persisten en la vida.
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La persistencia de los personajes se entrecruza con la voz de Mirta. Una voz grave, llena de nudos definitivos que, al abrirse, multiplican sentidos, puntos donde el poder de la belleza se anuncia una y otra vez. Como si ella también llevara su pincel a las palabras, para extenderlas cuando es necesario. Embellecerlas, teñirlas con el color adecuado. La delicadeza en gestos, ternuras en la mirada, ciertas tristezas:
….y es que me da pena lo equivocado que está el Hombre en sus elecciones. ¡Me duele el mundo en que vivimos!
LOS ESPACIOS VIRTUALES: MÁS PREGUNTAS QUE RESPUESTAS
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“Espacios Virtuales” habla de alternativas En sus cuadros pueden verse micro espacios, propios de cada individuo en el mundo, pero estructurados en lo real de todos. Su obra permite, a través de una lente, ver la estructura vital de cada quien. Por ejemplo, en “A donde hay que trepar”, se ve un modo de estar en el mundo que coincide con una forma de estrategia. Para bien o mal, la felicidad es posible en todos, dice Mirta. Entonces, hay una potencia enorme en la realidad que hace posible casi inventarse e inventar la vida para apostar a cierta felicidad con o pese a las circunstancias. En eso parece haber una convicción.
Sinceramente, ¡no podías haberlo dicho de una mejor manera! Calaste muy hondo en el entendimiento de mi mirada del mundo y, en consecuencia, de mis motivaciones en la pintura. ¡Especialmente, en esos tiempos! Por entonces, aún tenía cierta omnipotencia juvenil, me creía capaz de hacer grandes cambios con mi obra. En esta serie utilizo mucho las escaleras como símbolo: pues –como casi todas las cosas- tienen dos formas casi opuestas de ser leídas: como ascenso (espiritual, intelectual, crecimiento, etc.) y como “trepadora” (artilugio antiético de arribo o posicionamiento social, etc.).
En prácticamente todas mis series, trabajo con las dos caras de las cosas, con la relatividad de las certezas, con lo que parece y no es (como la virtualidad de esta serie). Por eso digo, muchas veces, que mi obra plantea más preguntas que respuestas; genera cuestionamientos más que ofrecer certezas. Creo que, por eso, cautiva pero perturba. Incomoda.
Respecto a mi posición existencial que planteabas antes: sí, creo que no hay sentido, nosotros damos el sentido a nuestras vidas. Y si escogemos un camino bello, generoso, altruista, ayudamos al mundo con nuestro tránsito por la vida o con nuestro legado. Y, según creo, esta elección hace más felices a quienes la escogen.
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Asimismo, en “Cajas virtuales”, está la persistencia de la incertidumbre. Como si en tus primeros trabajos revelaras ciertos espacios y, en esta serie te preguntaras, con una enorme angustia, por tu propia manera de estar en el mundo y por la de los demás. Sería como la consecuencia de tu primera investigación.
Algo así. La diferencia, creo, respecto a lo que decís, es que cada vez me separo más de mi yo. Cada vez mi obra es menos autorreferencial. Aunque, como sabemos, es imposible no ser subjetivo respecto a lo que vemos. Quiero decir que: si veo “Caos ordenado”- como se titula la pieza del medio- o dolor o desacuerdos interiores, las represento. Necesito mostrar lo que veo… pero yo puedo seguir como mi celebración de la vida. Amo la vida, aunque veo lo maltratada que es por la sociedad humana, logro ser feliz. Y, respecto a lo plástico, me encontré con una actitud más expresionista en la factura de la pincelada, un trazo más vehemente, que ayuda a la expresión de lo deseado.
“ESPACIOS CIRCULARES”: SÓLO VEMOS
En la serie “Espacios circulares” vos planteás distintos espacios y una dicotomía entre estos y la “sociedad hombre”: Espacios inestables e indefinidos, compactos o atravesables, etéreos o cual fuentes luminosas… A su alrededor, la sociedad del Hombre; ciudades veloces, tecnológicas, conflictos existenciales del ser. Estos dos mundos parecen ser también respuesta a una enorme incertidumbre como en el caso de “Cajas virtuales”. Vos expresás que “Espacios circulares” es una obra más conceptual: mundo metafísico-iconografía expresionista y viceversa. Y aparece la idea del deber: como modo inevitable de estar en esa estructura, en la que cada uno encontraría su modo de ser en ella.
Puede ser. Aunque no sé si los personajes que habitan esta serie han “elegido”, en un sentido estricto de la palabra. Por ejemplo: la obra del centro abajo, “Demasiada conciencia”. Ella es yo y tantos otros. No sé si elegimos “ver”; sólo vemos. Luego, eso puede lastimarnos, tratar de bloquear lo que vemos o permitirnos hacer algo con ello. Y los hombres agobiados cargan el peso de sus conciencias sobre su columna vertebral, de espaldas, sin querer ver la fuente de luz (que podría ser “la verdad”). Es como les sale obrar. Por miedo, ignorancia, indiferencia…Por otro lado, “Al abismo”, la primera pieza de arriba: en el espacio inestable, inquieta no saber si es más segura la superficie de apoyo o el rojo indeterminado a donde piensa tirarse el protagonista. ¿Es compacto?, la sombra proyectada así lo sugiere. Pero, en realidad, no sabemos si es líquida, sólida, o… como dije antes: más preguntas y pocas respuestas. Y la última “Entre el amor y el horror” es la esperanza. Pues, en medio de las ruinas y el caos, ¡siempre aparece el amor!
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“EXPRESIONISMO”: ROSTROS GRISES EN EL TRANSPORTE PÚBLICO
Tu serie “Expresionismo” habla de un mundo en busca de soluciones colectivas, pero en el cual los individuos no encuentran la felicidad: rostros grises, abrumados, circunspectos deambulan por la ciudad resolviendo su circunstancia. Pareciera que persiste tu inquietud acerca del mundo, de por qué las cosas son así y no de otro modo. Esto es distinto al caso de “Espacios virtuales”, donde cada uno podría encontrar una manera de ser feliz a pesar del mundo y en él.
En esta serie, el planteo es más psicológico. Desde cada individuo, en lo personal. Allá era más social, filosófico. Digámoslo de este modo: extraje a los individuos de su sociedad para entrevistarlos de a uno. ¿Se entiende? En esta serie, muestro que la sociedad se ha construido para que funcione grupalmente: que todos tengamos luz, gas, transporte, calles, lugares de recreación. Para ello hubo que olvidarse del deseo de cada individuo, de su biorritmo y otros asuntos personales. Hay que poner horarios, por ejemplo. Y hay quienes son de tiempos más lentos; hay que poner jornadas de trabajo, pero hay quienes son noctámbulos y deben trabajar por la mañana y no rinden… El resultado es: esos rostros infelices que vemos a diario en los transportes públicos.
Por muchísimas razones justificables o no, la gente vive completamente apartada de su propio deseo… con enormes desacuerdos interiores, se generan una enorme cantidad de seres infelices. ¡Muchas veces bombas de tiempo que pueden detonar en horribles agresiones al prójimo!
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“LAS CARIÁTIDES”: IMPOSIBLE PERMANECER INDIFERENTE
En las “Cariátides”, vemos mujeres que sostienen una pesada estructura. Esta serie está muy cercana a la de “Expresionismo”. Parece ser más una certidumbre que una pregunta. Como la persistencia del absurdo en el mundo. Y en, “Guerra de Irak”, vos agregás que tu único modo de decir es a través de la pintura.
Son generalmente mujeres, pero también tengo cariátides hombres. Te transcribo lo que escribí sobre la serie. Y si tu gran sensibilidad tiene buenos ojos en el alma, es cercana a la citada serie, pues habla de cada individuo. Excelente observación.
Las “cariátides” han sido la obsesión iconográfica de mis últimos trabajos. Estas columnas-mujeres, que en los templos griegos sostienen pesadas estructuras, son extrapoladas por mí a nuestro tiempo. Represento seres humanos que cargan en sus espaldas el peso de la sociedad contemporánea, tan alejada de lo espiritual. La búsqueda de belleza plástica se somete, en esta serie, a mi concepción filosófica del hombre y su contexto, ya que me es imposible permanecer indiferente. |
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En cuanto a la otra parte de tu pregunta: no. ¡No planteo en “Guerra de Irak” que sólo puedo decir con la pintura! He escrito cientos de poemas sobre la guerra desde pequeña. ¡Es que, ante semejante locura humana, ante la brutalidad, la guerra, la miseria, ante cosas que mi mente y mi alma no llegan a comprender, me hacen falta muchos lenguajes! ¡Y, aunque escriba, pinte, grite de muchas maneras, no logro lo que desearía lograr! No alcanza.
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UN VÓRTEX
En “Vórtices” vos llegás a la abstracción. En tu obra parece haber una persistencia en la inquietud acerca de lo contradictorio y lo existencial. Aquí parece que hubieras llegado a un punto, en tu investigación, completamente diferente.
Es posible. O, tal vez, simplemente siento que no debo ser tan explícita. Y que, al sentir y pensar lo que pienso, se traducirá por los poros de las formas, los colores y las líneas. Y creo que en un punto es así: se percibe la intensidad, la fuerza, el dolor, a través de los elementos plásticos. Pero, por otra parte, también planteo una dicotomía (como en espacios circulares) “Un vórtex” entre realidades, entre planos distintos. Un punto de inflexión.
¡Cuánto placer me produce esta serie que estoy realizando! ¡Cuánto! Después de tantos años, descubro a la abstracción. Jamás creí que sucedería. Lo que me maravilla es la sorpresa. La pintura ha llegado a manejarme y yo me siento su instrumento. ¿Abstracción? No tanto; al menos no en la forma en que la estudié. Pero no trabajo con tema alguno. Triunfaron la línea y el volumen, el color y el espacio. Los colores conforman construcciones orgánicas a su antojo en el espacio. Vibran, se mueven, se retuercen, generan magia de alusión figurativa, pero sin ella. Los elementos plásticos se le impusieron a mis temas recurrentes; al menos por ahora. O, tal vez, ellos los cuenten con su propio lenguaje. |
QUE NO MUERA LA PERSISTENCIA
Como sabrás tengo muchas series más. Pero me pareció interesante lo que extrajiste. Por otra parte, me da esperanzas en la sociedad humana y en la nuestra en particular. ¿Por qué? Porque reinan la frivolidad, el vacío de sentido, la difusión de lo “light”. Y, cada vez que recibo a jóvenes profundos, llenos de curiosidad e intensidad, resistentes a que les cercenen la posibilidad y capacidad de pensar, ¡me da una fe inmensa! ¡Gracias por eso!