Por Santiago Resnik
Desamor: sobre ritos colectivos
Desde la creación de las primeras herramientas y la manipulación del fuego hasta el auge de internet en nuestros días, la humanidad parece embarcada sin límite en la carrera tecnológica. Pero no toda la historia son los avances de la técnica. Las antiguas civilizaciones, los pueblos originarios y otras formas de sociedades siempre han tenido el espacio del ritual. Allí, veneraban a sus deidades y conectaban con sus antepasados y con una conciencia superior, se liberaban de las ataduras cotidianas, del chaleco de fuerza del yo, de sus obligaciones familiares y mundanas. Y, claro, los hongos alucinógenos y la ayahuasca nunca faltaron como motor de despegue.
PISAR EL FRENO
[stextbox id=»black»]Take an astonishing voyage,
To a place were our world ends and another begins.
Step into another dimension,
And experience what you have never seen before.
Be prepare for Anything & Everything…[/stextbox]
Los rituales no son ajenos a las ciudades cosmopolitas, siempre existió la necesidad de pisar el freno y salir de la vorágine. Ahí es donde entran las fiestas electrónicas, un espacio a una reflexión más ambigua y a un lado de la acción inútil.
Sin embargo, es necesario diferenciar Woodstock y las fiestas electrónicas de las ceremonias chamánicas con ayahuasca, sobre todo, después del sábado 16 de abril. LA Time Warp
-CORTAME LA MÚSICA-
CAE EL TELÓN
Lo que iba a ser una nota entretenida, con música moderna, con tono de “¿en qué anda la juventud en estos días?”, terminó en una cortina. El telón. Todo lo recreativo y ritualezco ciudadano se degenera. Y, a la vista de todos, queda lo que siempre vemos y nunca observamos. Como aquella vez en la cancha de Boca -cuando el fútbol no lo pudo tapar- cuartos de final de la Copa Libertadores 2015, contra el eterno rival. Por entonces, un plantel de fútbol profesional se arrodilló ante el negocio una vez concluido el circo. Aquí estamos en presencia del mismo avistamiento, 5 chicxs muertos en la fiesta Time Warp; 5 más, hospitalizados. Muertes jóvenes evitables, las más dolorosas. Cromagnon tan cerca. Se trata de la fibra más putrefacta que tensa los hilos de la cotidianidad impuesta por otros en la que vivimos. Ya no hablamos de política, ni de representantes y ni siquiera de monopolios. Es algo más profundo: lo que todos vemos y no podemos cambiar, que ya fluye como el río. Excepto que vivas en el paraíso narco, ahí sí los ríos cambian corrientes como de calzones.
TODOS TENEMOS UN PRECIO
Cinco chicxs ya no están, sólo por meter siete mil personas más y 3.5 millones de pesos extra (500 pesos la entrada, aproximadamente), 700 mil pesos por persona que perdimos. Después te dicen en la tele que la vida humana no tiene precio, in your face, 700 mil pesos por cabeza.
Todo esto para que nos horroricemos y compadezcamos como sociedad (esperemos que no tan en vano, como con el niño en la orilla del mar). Pero los que sufren… los que sufren quedan solos y piden por justicia. Y lo único que hay a cambio es un responsable, que llora como apenado personaje hollywoodense. Agarradito a un rosario, obvio.
LA FIBRA
Pero, ¿qué es esta fibra que tan ligeramente nombramos y tanto peso tiene? la fibra es lo más profundo, el núcleo de todo lo que nos rodea, nos respira, pone zapatillas en nuestros pies, un techo, o la villa 1-11-14. La fibra es el dinero, tarasca, biyuya, taca-taca. Y es curioso: una vez que lo observas cara a cara, no lo podes negar, siempre te va a mirar, como La Gioconda, siempre con la vista clavada. ¿Disfrutas mucho de ir a la cancha los fines de semana?, ¿y las fiestas electrónicas?… ¿también? Ya no vale ninguna buena voluntad de elevarse en una conciencia superior/alterada y reflexionar perdidos en el éter. Ninguna pasión resiste si lo que tensa siempre termina por mostrar sus garras. La emoción, el disfrute, la pasión, todas caen.
¿QUIÉN VA DE ENGANCHE?
Tal vez sea el momento de cambiar el eje… Ahora, una cosita, una pequeña trampa: el diario nunca te lo va a pedir; menos, la tele. Pero tu ser, ya extirpado de sentimientos, tal vez quiera buscar un poquito de luz por otros lados. El castillo, tan voluptuoso, realmente está hecho de naipes. Tan débiles las cartas, tan invisibles e irreemplazables:la tele no te va a pedir que cambies de eje.
muy buena reflexión. un buen llamado a pensar en ese eje que nos marcan otros. No perdamos de vista que esa «fibra» no sólo esta en las fiestas electrónicas. Convivimos a diario con esa tensión.
Gracias por la lectura, Rosanna!
Rossi, gracias por la lectura y reflexión. Exacto que no solamente es en las fiestas electrónicas, por eso también resalté por ejemplo el Boca River del año pasado, otro tema diferente, pero la misma fibra que asoma!
«Se trata de la fibra más putrefacta que tensa los hilos de la cotidianidad impuesta por otros en la que vivimos».
Destaco esa frase y pienso:
Es el dinero esa fibra? Quizas es la cara externa y visible, pero creo que en verdad no es sino una materialización, un medio de expresión que canaliza la verdadera raiz de ese eje: la codicia.
Y en ese sentido, cuando podemos verlo asi y nos animamos a verlo con consciencia nos vemos conducidos a aceptar que esa externalización no es mas que un reflejo de nuestra propia codicia interior. Somos todos codiciosos, somos todos humanos y la sombra habita en todos nosotros.
Esa toma de consciencia, la aceptación humilde de nuestra propia oscuridad conduce entonces a asumir responsabilidades. Y entonces entendemos que esa cotidianidad no esta «impuesta por otros», sino propuesta y que es uno mismo quien libre y ciegamente escoge jugar ese juego, esa realidad, con esos codigos.
Asi, entonces «tu ser, ya extirpado de sentimientos, tal vez quiera buscar un poquito de luz por otros lados», pero solo ha de encontrarla luego de haber asumídose parte de la propia oscuridad de la que quiere salir. Asumir la propia responsabilidad es la llave que abre la puerta hacia esa luz. Es decisión propia, de cada quien, cada día.
Somos creadores de nuestra realidad y hay que tirar ese castillo de naipes que nosotros mismos hemos construido para encerrarnos ingenua y ciegamente para reconstruir, a consciencia y con responsabilidad, un campo abierto que nos llene de posibilidades para ser el ser libre que somos realmente.
Y no… la tele lamentablemente aun no te dice estas cosas. La culpa siempre esta afuera. Pero la responsabilidad está adentro.
Abrazo grande santi!
Muy buena nota.