Por Noemí B. Pomi
Desamor: Entrevista “imaginada” al poeta Miguel Ángel Federik
ENTRE LUCES Y LIBROS
No fue posible entrevistarlo. Le enviamos las preguntas. Dijo: “ellas me permitirán hurgar en la entretela de los poemas”. Pero esas encrucijadas de la salud impidieron el cara a cara. Lo que en tiempo y espacio no fue posible lo desplegamos en tiempos y espacios narrativos. Extendimos nuestras lecturas como un mantel y pusimos esta mesa llena de Federiks y retazos del Litoral. La primera escena la imaginamos en un punto indeterminado de la Argentina, entre las provincias de Entre Ríos y Buenos Aires, dominado por libros y luces. El encuentro estaba a punto. Quizás, unos setecientos metros nos separaban. Al lugar se llegaba por senderos ondulados en medio de maizales y de otros cultivos. Arriba, un cielo siempre azul; a lo lejos, las lomadas y verdes inimaginables. Unas veces nos rodeaban espejos de agua, en medio de un manto dorado; otras, pequeños soles parecían iluminar nuestro paso. Y, así como les sucede a los oros, que son dobles, ocurre con los hombres. En cada hombre habitan dos o más. En nuestra composición imaginaria, apuntalada por datos de lo real, Miguel Ángel es abogado y habitante incondicional de Villaguay. Resulta frecuente verlo caminar las calles de su pueblo con la mirada firme y leguleya, en unas ocasiones; y, en otras, anda con sus ojos perdidos en lo más íntimo. De allí emerge, como arrastrado por un sinnúmero de tigres y tigrecitos, en una de esas corrientes poderosas a que lo tiene acostumbrado el Gualeguay, su río, casualmente, un río con etimología vinculada a los felinos. Sí, una fuerza poderosa en versos lo impulsa con imágenes y metáforas, regados de alusiones históricas, mitológicas, de la épica de los colonos, de acontecimientos que marcaron el espacio de la provincia y de una llamativa recurrencia a los nombres propios.
Y, entonces, como atravesado por la naturaleza entrerriana, de nuestro esfuerzo por encontrarlo y más allá de las distancias y los tacles de la enfermedad, surge la figura de Miguel Ángel Federik. Alto, delgado, canoso, no está solo, un bagaje de poemas lo acompaña.
LAS MULTITUDES Y LA MUERTE
Entre mate y tortas fritas, la charla- mezcla de ilusión y deseo- desmenuza sus líneas de poética. Para comenzar nomás, digamos que su libro, “Una Liturgia para Némesis”, ha sido el ganador del premio “Fray Mocho” en Poesía – año 1992 (máximo reconocimiento otorgado por la Provincia de Entre Ríos).
¿Por qué la presencia de los muertos en los títulos?: “El ojo es lo último que muere”, “Elegía para Allegra”, “Acuérdense de Forclaz”, “Última niebla en la Tablada”, “Resurrección de la nueva crónica”. El mate literario imaginario me hace pensar en que la respuesta quizás la encontremos en el poema “Los Sepulcros vencidos”, en “De cuerpo Impar”:
“Federik: palmera cuya música aún se mece/entre esta luz apacible y la indecible nada/Se apaga con sus hijos reunidos por el tiempo:/Uno es mi padre. Uno el camino. Uno la casa.”…..
Tal vez esta manera de reunirse bajo su nombre con su muerte y sus espacios se vincule con la acción de la poesía, capaz de contraer en una palabra todas las nieblas de un hombre. También la identidad se mueve en contracciones (porque el yo a veces es tres, dos, uno y – en otras ocasiones- es múltiple y rompe el tiempo cronológico). Federik: su apellido en los sepulcros vencidos cumple el deseo de los versos en el poema “Justificación de las cetrerías” del libro, “De Cuerpo impar”.
..”Y horca trashumante de lo inexpresado, el poema/ / insiste con un hombre hasta hacerlo estallar / en materia galáctica, en memoria que canta y vuela / entre escaparates de maniquíes estacionados / sobre las macromegálicas avenidas del futuro, / aguardando / la llegada del donante / que no registran los archivos del Incucai”.
OJO CON LA COLEGIATA
Sus poemas son anchos y largos, con exuberancia de la respiración y, aun así, llenos de síntesis del lenguaje.
“Mi primera soledad fue en el patio de las Hermanas de Gante/y por fuera la colegiata era amarilla y de púrpura sus pestañas,/como una manzana real con la hoja verde de sus ventanales
y dentro de esa manzana yo conocí el pecado de la humillación/y adentro del pecado estaba mi rostro mirándome desasistido/ porque de la humillación brota un baldío y ese pozo es un sepulcro
y como en todo enterramiento caminamos bajo una llovizna interior…”. Tango, en “ De cuerpo impar”.
La colegiata es mujer, se transforma en manzana, luego en pecado de humillación dentro su rostro desasistido, después en baldío y, al final, en pozo.
En este poema, hace crecer lo macro y, una vez que llega al tope, contrae nuevamente y otra vez, completa en la inmensidad. La cadencia de Federik avanza como un romántico en la percepción del todo y la parte, mientras las ventanas hacen las dimensiones continuas.
TESOROS DEL DESHABITADO
Se dice que quienes hayan estudiado Derecho se sentirán a gusto leyendo a Proust. Su frase es compleja y larga como la expresión legal, pero estética y bella. Un estilo complejo aunque repleto de comparaciones y metáforas. Proust se ocupaba mucho de las inminencias. “Los estar a punto de “(dormirse, enamorarse, hastiarse) y eso también aparece en los poemas de Federik.
Como decíamos, los poemas se extienden a lo ancho y encuentran cierta similitud entre la cadencia de sus versos y la cadencia en prosa de Proust. Veamos
Deshabitarse para reconstruirse alrededor de un vacío:
“hasta comprobar que la humillación
es un desalojo que deja el corazón deshabitado
Y esa deshabitación es hoy el único tesoro de mi vida”.
Comienza con cadencia de prosa e, inmediatamente, surge espontánea la música de la poesía.
DESPEDAZOS DE ARCO IRIS
¿Por qué la luz predomina en casi todos estos poemas? Veamos:
Luz:
“El ojo es lo último que muere
porque fue la luz su habitación y su principio
y yo he visto fotografías judiciales
donde los desdichados quedan con la mirada pendiente
de un nuevo golpe de timón que los anime….”
“Es posible además que su mirada persista más allá de su fuente
hasta que un prisma criminal la despedace en arco iris
y deshilachada alumbre aún umbrales de buen tiempo,
como es cierto que alumbran con los míos
los ojos de Leonardo Da Vinci, en un ínfimo festival…..”
El poema despedaza la luz. Y, en esta descomposición, la luz chocada se multiplica en efectos vitales. Choques que dan vida hay por todos lados. La muerte como multiplicadora de lo único en lo diverso, las células en su dejar de ser y derivarse, los afluentes disueltos en el océano.
La luz es femenina y seductora, se ofrece y se retira.
ESCANDALETES DIVINOS
“¿Pero dónde dormirás ahora/ con tu ángel en cuclillas velándote los bucles, /travesura del error, pompas de tinieblas?/ ¿Dónde, dónde Allegra mía, / escándalo de Dios, impericia de las hadas, /esguince y avería de la primavera?”
Miguel Ángel Federik es un artesano capaz de actuar con la precisión de un eximio relojero al articular fragmentos de lenguaje.
“Las Travesuras del error” terminan en “escándalos de Dios”, o en el tiempo tacleado en “Esguince y avería de la primavera”. Porque “contar con una memoria de ángeles en la lengua” es hacer que “El poema está destinado a ser un encantador de criaturas que esperan ser palabras”. Y no hay en esto delicias de prestidigitador, sino ese goce en multiplicarse en las pérdidas. “Mil veces testigo, millonario en ojos.”
Según Marechal: “ser poeta no es la mera función de lanzar al mundo criaturas poéticas: es una manera de vivir”. En el caso de Miguel Ángel Federik es fácil imaginarlo en plena actividad profesional durante el día. Luego, al caer la tarde, se inventa sus musas, las reescribe, las convoca, las rodea. Es allí donde el mundo vasto, artesanal y metódico de la palabra torna en mundo lúdico, contraído y artístico del poema. Ahora las veo, sus líneas de poética confluyen en un punto del espacio imaginado para el encuentro. Un trocito de entrerríos, una franja a desmundo. En sus líneas hay recurrencias a la luz, la niebla, los ángeles, el fuego. ¿Veamos como confluyen esas líneas?
LUZ, FUEGO. NIEBLA:
“Oh el zureo zumbante en el humo indeciso!
Indeciso como olor de las altas hogueras de mayo
que invaden o conmueven el aura y la luz de la tarde,
cuando el silencio es apenas un murmullo de seres en los muros
y los árboles observan por sus ojos extensos,
mientras lamentan, quizás, los círculos de niebla que el hombre
los hombres tal vez, han abierto en la tierra”….. “Los sepulcros vencidos”
Miguel Ángel ha realizado el estudio preliminar para el libro “Poesía completa de Juan José Manauta”, en 2015. Juan José comenzó a escribir poesía muy tempranamente. Luego de una importante producción de cuentos y novelas, volvió a ella”. ¿Podríamos considerar esa vuelta a los versos, como una circularidad de la que él tanto hablaba?
“Haciendo gala del romanticismo del poeta, luego de un silencio profundo, en el cual pareció calibrar cada una de sus palabras, dio su parecer. Sin duda alguna, es una vuelta a su primer amor.”
Caía la tarde, vi alejarse la imagen de uno de los mejores poetas argentinos. El efecto de la luz agrandó su figura sobre las cuchillas entrerrianas.
Miguel Ángel Federik, ¡hasta la próxima “real” entrevista!