Por Carolina Diéguez
La celebración: sobre Kiki Smith
LA BIBLIOTECA KIKI
La fragilidad de la materia, la corruptibilidad de las cosas, la acechante mortalidad del cuerpo recurren, en Kiki Smith, al mito, a los cuentos infantiles y a la religión para dar cuenta, sobre todo, de un universo femenino. Personajes bíblicos, griegos mitológicos y cosmología egipcia dialogan con narrativas populares literarias. De Magdalena a Eva, de Lilith a María, de Medusa a la esposa de Lot, así camina Kiki.
Kiki Smith nació en Nuremberg en 1954, pero creció en Nueva Jersey. Su madre era cantante de ópera y su padre, Tony Smith[1], un reconocido escultor minimalista. Tenía dos hermanas gemelas. Las tres ayudaban a su padre en el taller. Al regresar de la escuela, ensamblaban poliedros de papel para sus esculturas: “Éramos como la familia Adams. Teníamos una lápida en la entrada de la casa”.
Los Smith vivían en una casa grande, con una escultura en el fondo. Tenía un sector habitado por ropas familiares del 1800, dentaduras y tres generaciones de máscaras de muertos. La muerte rondaba la casa y aún late en su obra.
De pequeña, Kiki disfrutaba de la costura, del bordado y de hacer muñecas que “se parecían un poco a las fundas de las teteras rusas.” Todas estas labores, junto con su gusto por los textiles, la miniatura y la pintura religiosa hacen la poética de Smith. Tela, lana, cabello, cera, papel, yeso, bronce, cristal, hilo, terracota, látex, aluminio, papel. Cada material imprime su propio tono de lo femenino y lo doméstico. “Eliges los materiales de la misma forma en que escogerías las palabras”. En esta gramática de los materiales, su padre tuvo mucho que ver. Él usaba las típicas materias primas pesadas, propias de la escultura. En cambio, su asistente, Richard Tutte, empleaba materiales muy humildes y delicados (tela, papel, alambre). En estas alternancias, maduró la infancia de Kiki Smith.
TEJER LA CASA
Su casa actual es casa-taller. El espacio doméstico zumba en su arte: “…Me gusta el modelo de la abeja costurera para trabajar, ya que todos se sientan a su alrededor y hacen algo mientras platican. Terminas con algo hecho”. La consistencia de las cosas, en la mirada de Kiki, es frágil: desde tejidos, huellas, copias, lazos interconectados hasta versátiles sistemas de poleas mantienen los delicados equilibrios.
A pesar de sus orígenes católicos – irlandeses, Smith conspira. Imágenes religiosas, santos y otras deidades se entremezclan para convocar “lo espiritual”. Fan de la Virgen María y de Kuan-yin[2], encuentra similitudes en la iconografía de ambas: siempre las muestra con un niño o como madres benevolentes. “…quiero realmente representarla a ella y su escala ante un altar”[3]. Fascinada por los elementos decorativos y por las caras serenas de las esculturas pietistas, toma a estas dos figuras como referentes en la creación de muchas de sus piezas. Sus ideas religiosas hacen, así, eco en su forma de pensar el arte: “El Arte es algo que sale del interior de uno hacia el plano físico y al mismo tiempo es solo una representación del interior en una forma diferente.” Porque, en definitiva, el Arte es en K. Smith –como en muchos de nosotros– una forma de pensar.
UMBRAL, ADENTRO; UMBRAL, AFUERA
“Pienso que escogí el cuerpo como tema, no de manera consciente, sino porque es la única forma que todos compartimos, es algo sobre lo que cualquiera tiene su propia y auténtica experiencia”.
El cuerpo experimenta el mundo. “Nadie sabe lo que un cuerpo puede”, decía Spinoza. “La revolución fisiológica”, retrucó Artaud. Maravillada con estos misterios, las representaciones de órganos vitales de Smith son singularmente explícitas. Ella no se detiene: va de lo orgánico hacia la piel, umbral entre el mundo y los otros.: “El arte tiene que ver con la curiosidad, la intuición y la experiencia. Con aprovechar las cualidades de los materiales, manipularlos e insuflarles vida. Es vagar entre formas de arte y contenidos”
La homeostasis o el equilibrio precario que sostiene la vida se muestra claramente en el modo en que Kiki dibuja los órganos por fragmentos, a veces. Otras, los muestra entrelazados en un nuevo organismo, donde se ve cómo se han preservado todos los puntos de potencial disfuncionalidad del mismo.
Smith pasó algunos meses entrenándose como técnico de emergencias médicas en Brooklyn. Esto le permitió un cercamiento diferente a la fisiología humana. “Possesion Is Nine tenths of the law” (Posesión Es Nueve décimas de la ley) es una especie de inventario de los órganos humanos (corazón, estómago, bazo, riñón, vejiga). Órganos que, más tarde, pasarán del papel al volumen. Una fisiología que nos habla de la potencia de la vida y de la tensión entre la fuerza vital y la fragilidad del cuerpo.
EN EL UMBRAL DE LA CORPOREIDAD – ENTRE LO UNO Y LO MULTIPLE
Su obra oscila entre el grabado y la escultura, pero la esencia es la misma. “El grabado imita lo que somos como seres humanos: somos todos iguales y, sin embargo, cada uno es diferente. También pienso que HAY un poder espiritual en la repetición, una calidad devocional y evocativa como al rezar.” Matriz o molde: un original; muchas copias. Todas únicas, igual que los seres humanos.
¿Qué es una matriz? ¿Qué es un molde? Matriz: cavidad, útero, ligada al origen. Molde: patrón medida, regla. Lo femenino y lo masculino en el origen de la serialidad. Matrices y moldes son cuerpos vacíos que dan forma a otros cuerpos. Cáscaras de cuerpos que se modifican y multiplican. “Muchas veces tomo los moldes y hago esculturas de papel mache porque después es más fácil cortarlas y volverlas a armar”
En “Sheld” (escudo), presenta una serie de moldes de yeso tomados de panzas en el noveno mes de embarazo. Formas que, colgadas, podrían no identificarse a simple vista, se ven evidentes en el calco de la panza femenina como escudo de la matriz que ese cuerpo guarda en su interior. Aunque cerca de los 90, estos “escudos” se mostraron conjuntamente, ellos fueron concebidos como obras independientes.
PEQUEÑOS UMBRALES
La serialidad del grabado juega ya como la reproducción humana. En “All Souls” (Todas las almas) imágenes de fetos y niños pequeños son impresos sobre finas hojas de papel. Seres de corta edad, impresos sobre ese delicado papel thai con su aspecto membranoso, sugieren la fragilidad de la vida intrauterina. O quizás, de la vida misma.
Pequeñas criaturas: medio animal – medio humanas, seres que salen de cuentos infantiles para mezclarse con mujeres, bebes y animales: pájaros, gatos, lobos, conejos, gatos, ciervos, ovejas. Se multiplican y construyen escenas fuera de su versión original.
Su gusto por el uso de diversos materiales sea hace evidente en su obra. Ella cree que cambian dramáticamente las implicancias psicológicas de la obra: “…cada… [material] tiene su propio peso y propiedades, como la tierra, el agua, el fuego y el viento.”[4]
Reutiliza los moldes una y otra vez y, experimenta así, una misma forma con distinta sustancia. En “Virgen María” (1992) la virgen se muestra con los brazos extendidos y desollados en forma suplicante. En su versión de 1993, la Virgen deviene ícono decorativo con sus venas decoradas en plata. Un mismo molde- una misma postura- re- versionado en distintos personajes con diferentes connotaciones. Nuevamente, la preocupación por lo uno y lo múltiple se hace patente en su obra.
Siempre en el umbral de las cosas, transforma objetos en organismos y cosifica órganos. El interés de K. Smith va del interior del cuerpo hacia el espacio que lo circunda: la tierra, el paisaje, el cielo y sus estrellas. Sus personajes dialogan: con y sin vida. En “Black animal drawing” (1996-1998) ilustra una serie de criaturas simbólicas. Aquí los seres se iluminan sobre una gran superficie negra. Paralelamente, tenemos a “Creché” (1997), una serie de criaturas de bronce: un venado, un murciélago, un ratón, un conejo y un zorro con flores en los ojos se disponen en el espacio.
Brazos y piernas suspendidos del techo entre las estrellas. El cielo enlaza los cuerpos fragmentados. Nut, diosa del cielo, madre de la estrellas, se extiende protectora sobre la tierra. Otro modo de hacer cuerpo, al modo de las correspondencias universales.
Algo late en su obra más allá de la técnica, las formas y el mito: la pregunta por el origen. Se reitera y ensaya una respuesta en cada obra. En “Souyours” una mujer sentada, la Anunciación divina, un cajón, una silla con flores, mujeres sentadas y paradas: escultóricas o en trazos sobre finos papeles. Están ahí, frente a nosotros. Etéreas y mortecinas, nos interpelan. Ellas son otro. Ese cuerpo Otro que nos mira y nos pregunta quiénes somos.
Sheld: http://www.oberlin.edu/amam/KikiSmith_UntitledIV.htm
[1] Tony Smith (1912 -1980) escultor norteamericano y destacado teórico del arte. En 1939 comenzó a trabajar para Frank Lloyd Wright y se interesó en los bloques modulares de hormigón de Wright. Fue parte del movimiento Minimalista.
[2] es el nombre dado en China a Avalokiteśvara bodhisattva venerado en el budismo.
El valor asociado a este bodhisattva es la Compasión.
[3] Kiki Smith: A Gathering, 1980–2005.Entrevista realizada a Kiki Smith en: http://www.elcalamo.com/kiki.html
[4] En: Kiki Smith: a Gathering. 1980-2006 (Fundación Jumex)