El cuerpo: sobre Sandro

Por Isabel D’Amico

ASÍ

Fue a las 20.40. La noticia derramó solo pena.

“La obstrucción crónica de sus pulmones hizo de mesa donde correr los dados de su suerte gitana.” ¡Doble o nada! Y el trasplante de corazón y pulmón fue el escenario de su muerte.

4 de enero del 2010.

Tres días después, leí la nota de Marta Dillon.

» El temblor de su voz, esos labios que prometían unos besos tan húmedos y esponjosos que convocan de inmediato al rubor, su manera de jadear mientras fraseaba, la pelvis apretada y bamboleante; Sandro no era otra cosa más que sexo. Sexo en estado de deseo permanente, o sea sexo del mejor, el que está por suceder, el que parece que va a entregar el cielo mismo antes que las fugaces luces del éxtasis dejen al cuerpo como de estopa, cansado, abandonado, sin más brillo que aquel que se agita en la memoria«.

Pero si a mí no me gustaba. Su provocación y su temblor me causaban, burla y desprecio.

 

ZORRA PACATA

«Sexo en estado de deseo permanente«, con mi cuerpo sin tiempo, con su voz sin cuerpo.

Ahora, después de tantos años, me reconozco gozosa de sus palabras temblorosas, penetrantes. – «Io te amo, Io te amo«, me grita desde su doble distancia y no quiero que se marche. Y me descontrolo al bailar sus «Penas», sus «Penumbras, al bailar «Así»…

«Sexo del mejor», del que no sucedió porque no quise verlo, por prejuiciosa o por pacata, perdí su vuelo rasante sobre mí.

CASTILLO DE ILUSIÓN

A Sandro le reventó el cuerpo en el escenario, reventó de emoción, de desenfreno. Pero su alma, robada por el amor popular, se reinventó en otro cuerpo incansable y se repite para incitarme a destiempo.

Elijo el tema, elevo el volumen, de a ratos su boca espera, respira silencios, hinca con pocas letras el clímax que busco. Y lo repito o salto a otra canción a un ritmo adolescente, absurdo aunque intenso.

Sé, entonces: en su féretro se encerró la espera, la angustia, la bronca de haberlo intentado todo sin suerte. Sin embargo, él no se encerró, él va a estar siempre en el recuerdo de sus chicas y ahora en el mío.

Marta Dillon, finalizó su nota:

«Mientras el féretro con el cuerpo del ídolo se presta para el rito colectivo del desgarro, se escuchan voces de aliento a la esposa de Sandro, una fantasía que habita ese lugar donde es posible moldearlo todo a imagen y semejanza del deseo. Es que esa sensualidad que desplegaba cada quiebre de su cintura no acepta imágenes concretas. Nadie quiere verlo en la cama, todas y todos quisieran imaginarlo siempre joven, labios de carne cruda para morderlos y que sangren. Se reservó el secreto de sus placeres sexuales. Tal vez sabía que así se conservaba en estado puro, puro sexo, puro Sandro». 

Sandro2

Foto CD www.DGenerador.com

Foto Sandro  Filo News

 

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