El cuidado del otro: Sobre “Los juegos del hambre”, primera película.
SILBAR UNA ALIANZA
Por Milena Penstop
HAMBRE SIN SALIDA
Cuando escuché “el cuidado del otro” pensé en esta película porque en ella hay muchos descuidos. Y lo más importante: entre situaciones tan terribles, siempre existen algunas personas que se hacen un lugar para ayudar a quienes más lo necesitan.
El mundo de “los juegos del hambre” es terrible. Se trata de una tremenda dictadura que divide al país, “El Panem” en distritos. El Capitolio es el lugar desde donde el Presidente Snow y sus aliados someten al resto. Fuera del Capitolio, nadie la pasa bien. Todos deben trabajar mucho para tener casi lo justo o menos. Sólo se ven pobres, súper pobres y miserables. Los pobres resuelven mejor el problema de la alimentación diaria. Es el caso de Peeta, que tiene una panadería. Pan nunca le falta. En la familia de Katniss, la protagonista femenina, las cosas son más difíciles y a veces no tienen qué comer. Por otra parte, los ciudadanos del distrito no pueden ir a cazar al bosque ni pueden pisar el bosque. Así, la posibilidad de conseguir comida y estar en contacto con un mundo que no sea el del trabajo también les es quitado.
Ese curioso título da nombre a un sorteo macabro. Todos los años los habitantes de cada distrito son obligados a participar en un sorteo. Un hombre y una mujer serán elegidos para una competencia más macabra aún: los juegos del hambre. La verdad es que de juegos no tienen nada. Los participantes son trasladados hacia un lugar de entrenamiento. Después de un tiempo, comienza la contienda. Se monta una arena donde, tecnológicamente y desde un lugar de control, los organizadores lanzan sobre los participantes todo tipo de obstáculos y monstruos. Ganará el que logre sortear todos “los tributos”. Pero sólo habrá un ganador. Lo peor de esta competencia es que estimula a quienes en ella participan a deshacerse de los otros competidores. De ese modo, se propone una guerra de “pobres contra pobres”. Parece ser la manera en que los tiranos se sacan de encima el problema de tener que exterminar a sus sometidos y los hacen matarse entre ellos. Un dato a no olvidar es la edad de los participantes: están obligados a entrar en el sorteo, todos los hombres y las mujeres desde los 12 años. El sorteo se arma como un espectáculo anual, donde los presentadores cínicos hacen un show del momento en donde la gente se juega su vida.
SALIR SORTEADO
En el sorteo del Distrito 12, donde vive la protagonista, primero se emite un video que muestra anteriores juegos. Eso ya aterroriza a los ciudadanos. Después se saca un nombre de mujer de un contendor de cristal y un nombre de varón, de otro contenedor. Esta vez le toca, por los hombres a Peeta. Por las mujeres ¡ahí viene un problema mayor! Sale sorteada la hermana de Katniss, Primrose . Ese nombre en inglés quiere decir rosa primera, rosa muy joven. Y esos es lo dramático. La hermana de Katniss tiene 12 años. Y por eso Katniss se ofrece a ir en su lugar. Esto desata una tragedia familiar. La madre se alivia por preservar la vida de una de sus hijas al mismo tiempo que siente la posibilidad de perder a la otra.
LA ÚLTIMA CENA
En el viaje hacia la zona de entrenamiento todo es lujo. Este es otro toque de cinismo. Los mandan a morir, pero los llenan de alimentos y ropas que solo consumen quienes forman parte del capitolio por una única vez. Es como reírse en la cara de los pobres y decirles: “estas cosas sólo les tocan porque ustedes están a punto de morir”.
LA COSA SE PONE FEA
Katniss era cazadora. Por eso se tiene confianza. Pero, en el entrenamiento, se transforma en una luchadora casi invencible. Ella misma está sorprendida de todo lo que puede hacer. El resto del grupo de 24 personas, proveniente de los distintos distritos, está formado por gente muy distinta. Algunos son habilidosos para algunas tareas pero muy débiles para otras. Hay una pequeña niña negra, muy buena para trepar y esconderse entre los árboles. Pero, finalmente, era una niña y no tenía la astucia de los mayores. Peeta es un hombre muy fuerte, pero hasta este momento jamás había tenido que luchar con armas contra otros hombres para poder no morir.
MATAR O MORIR
Ni bien los juegos comienzan ya se ve quién es quién. A decir verdad, ya se había visto quién era quién en el entrenamiento. La arena es como un circo romano pero sin tribunas. La gente mira el espectáculo desde sus televisores, en sus casas.
Hay un grupo de competidores- tributos los llaman, como si fuera un premio participar- que se lanza a matar al resto sin vacilar. Ninguno de ellos va a sobrevivir. Esto no quiere decir que los que peor se comportan siempre reciben castigo, sino que eso es lo que sucede en esta película. A los que intentan ayudar y tratar de atravesar este momento en grupo no les va igual de bien en todos los casos. A la niña, Rue, casi adoptada como una hija por Katniss, finalmente un tributo le clava un cuchillo y la elimina. Mientras los tributos caen en combate, unas pantallas transmiten por tevé los nombres y el momento de la muerte de cada caído. Para que nadie se quede sin ver el espectáculo, los organizadores proyectan el nombre de los muertos sobre el cielo de la arena.
MADRE DE EMERGENCIA
Es la relación de Katniss y Rue lo que me hizo pensar en el cuidado del otro. Katniss sabe que sólo uno sobrevivirá. Seguramente, imagina que no será la niña, por su fragilidad. Pero no se rinde. Cuida a esa nena como una madre a su cría. La observa durante la noche, le lleva comida, comparte con ella lo poco que consigue. La necesidad de comida hace que los participantes no se queden en su sitio para evitar ser asesinados. Tienen que salir a buscar alimento. Si no, en vez de morir asesinados, morirán de hambre. Esto no es fácil. Los mentores- son como los entrenadores personales de cada tributo, que les dan consejos desde fuera de la arena- pueden, cada tanto, enviarles provisiones que les llegan desde un paracaídas que sobrevuela la arena. Pero, la mayor parte del tiempo cada quien se debe proveer solos. Hay un depósito de alimentos, pero llegar ahí es lo más riesgoso de todo.
SILBIDO MATERNAL
Está claro que Katniss sabe los riesgos que corre. Incluso, ocuparse de Rue pude agravar esos riesgos. Pero también cuidar a otro puede ayudarla a pasar por esta experiencia sin sentir que se transformó en la asesina que los del Capitolio quieren hacer de ella. Igual, Katniss no piensa en ventajas y desventajas. Cuida, es amorosa, así le sale.
La prueba de amor entre Rue y Katniss es un silbido que imita el canto de un pájaro. Es la contraseña que le avisa a la otra sobre el peligro. En una de sus aventuras Katniss sale a destruir el lugar donde estaban las provisiones, porque ese era el centro de operaciones del grupo más asesino de los competidores. Cuando vuelve, llama con el silbido y Rue comienza gritar el nombre de Katniss, porque está atrapada. Katniss la rescata pero, cuando logra liberarla, se encuentra con un tributo que viene a matarlas. Le dispara una flecha. Sin embargo, antes de morir, el tributo asesino tira un cuchillo que impacta y asesina a Rue.
Katniss no pudo cuidarla de morir. Pero sí pudo darle los mejores últimos días posibles de una vida, que pasaba por un episodio que ninguna niña- ni nadie- debería atravesar.
Así se ve que, aún en las peores, siempre es posible cuidar de los otros. No sólo en las películas.