La sospecha: Sobre Berta Singerman y su arte.
Por Estela Colángelo
PIEDRA LIBRE PARA BERTA
Vorágine de construir en cuanto hueco existe. Aun entre el pulular de autos, la prioridad es angostar la calle Corrientes. Los tangos se escurren por las alcantarillas; librerías, teatros, bares entre rejas y escombros. Los colectivos cambian de recorrido, las personas de rumbo. Acaso la dificultad del desvío lleva a la intuición, a la sospecha. Cruzo la 9 de Julio, llego a Plaza Lavalle. Los puestos de libros usados le dan la espalda al palacio de la injusticia y venden libros con leyes. Pido poesía.
El señor que vive en el banco de la plaza me señala a un puesto y a su vendedor. Éste, mira hacía al emblemático teatro de la cultura, el Colón y, envuelto en papel celofán, me ofrece: “Poesía Universal, Berta Singerman, Ediciones Siglo Veinte”.
LOS RECUERDOS TE HAN HECHO…
La imagen es la de una niña con su madre: cabeza con cabeza, oídos en la radio. A las quince en punto acuden a la “cita con Rosamel” ¡Los boleros! El Nobel colombiano García Márquez confesó que no pudo escribir un bolero ni con Armando Manzanero, ni con Silvio Rodríguez. “Poder sintetizar en cinco o seis líneas todo lo que un bolero encierra es una verdadera proeza literaria” dijo. Razones tenía. Hay que saber entrelazar sentires con palabras para construir tan breve historia romántica. Pero retomo mi escena. El nombre de la autora del libro, escrito en brillantes letras celestes, hizo viajar mi recuerdo a alta velocidad. Siento su garganta, se dejan escuchar las voces de la radio que el tiempo hizo tenues. Acaricio el libro, agradezco al señor sentado, quien lo devuelve con una reverencia.
QUIERO OÍRTE UNA VEZ MÁS
Como sabemos, la voz tuvo su auge con el descubrimiento del teléfono y la radio. En ella reverberan, cultura, origen, estado emocional. Tenemos huellas digitales y huellas vocales, decían los que inventaron los sonogramas.
El primer llanto y el último suspiro. ¿Dónde se fueron esas bocanadas de aire fresco que llenaron teatros para verte? “Mal puede tener la voz tranquila quién tiene el corazón temblando”, afirmó alguna vez el poeta y dramaturgo español, Félix Lope de Vega y Carpio. Imagino a tus espectadores, Berta. Fuiste la única intérprete profesional de América y llegaste a ser la más ilustre de la poesía castellana.
“Le devolví la poesía al pueblo. Saqué la poesía de los libros a los que solo accedían minorías selectas”, decías. Te reconocieron como “la lira viviente” ¿Recitadora o declamadora? “Las dos me parecen palabras odiosas. Soy una intérprete, ése es mi oficio”, declaraste.
Es momento de escucharte. Botas – Rudyard Kypling.
Nos dijiste que la palabra es lo más divino que fue dado al hombre. Por ese carácter divino, los pueblos orientales la convirtieron en culto. La palabra, entre otras artes, ha coqueteado con el anhelo de eternidad.
Dentro de los poemas seleccionados para leerte está “Angelitos Negros”, escrito por el venezolano Andrés Eloy Blanco. Ahora viene la versión musical de otra intérprete compatriota, Julia Zenko. Justo, en este número anartista cuyas entrevistadas son sólo mujeres.
http://https://youtu.be/rpRwR_tLCS0
EL ARTE DEL BUEN DECIR
Sigue con su clase. ¿Cómo debe ser dicha la palabra?
De una manera personal, de un sentir interior. Las palabras tienen brillo; la voz, colores. Podemos hacer danzar a la palabra. Isadora Duncan danzó muchos poemas. La voz, cuando es desnudez sagrada del corazón, cuando palpita el espíritu, tiene un encanto irresistible y ancestral sobre los pueblos. ¿Cuál es la forma de vida más adecuada? ¿Declamarla, decirla, cantarla o teatralizarla? Cada uno de estos aspectos no basta. Cada uno de ellos por separado sería una prisión pobre y pequeña para la palabra. Es necesario una fusión, una amalgama de todos.
Ella tomó partido en cuestiones del significar: “La mayor expresión del gesto son las manos”, decía. Cada palabra tiene una música interior, que puede ser dicha en prosa o en verso. Hay que desentrañar esa música. Dada la musicalidad de la palabra, la voz – instrumento rico y maleable, lleno de tonalidades sutilísimas- la toma y se alía con ella. Decías: fue necesario reunir diferentes elementos para constituir mi manera, mi arte. Si el intérprete es un artista creador, forzosamente dará mayor extensión, enriquecerá lo que fue sugerido por el autor.
¿Cómo decir o sentir un poema?
“Cada palabra tiene una plasticidad, una emoción, varias vidas: una propia, otra en relación a la frase o verso y otra en relación al texto o poema en general. Es mucho más. Hay que darle un halo definitivo. El silencio que hago antes de comenzar a decir, la saturación o auto hipnotismo, la preparación interior, sentir la palabra en la sangre, en los nervios, siento palpitar mi pecho, garganta y labios cuando comienzo a decirlo la primera vez o al estudiarlo o al decirlo doscientas veces”(…)El artista de la palabra, además de las cualidades musicales, emoción, plasticidad, inteligencia y espíritu, debe poseer, como todos los otros artistas, esa cualidad indefinible, que consiste en transfigurarse, en crear un mundo aparte (el mundo del arte, el mundo mejor) que lleve al espectador a comulgar con el artista(…), en la belleza”
CAPRICHO. CASUALIDAD. MISTERIO.
A la hora de evocar a Berta sucedieron algunas situaciones extrañas. El 10 de diciembre, hace unos días, dudé por primera vez en asistir a la clase con Gabriela Stoppelman . Hojas por doquier desparramadas, para elaborar la nota. Vacilo sobre las imágenes que la ilustrarán. “Venite, venite”, me dijo ella. Cabeza con cabeza, no ya en la radio sino frente a la computadora de la profe, seleccionamos. Salí del taller y se me apareció la fecha de muerte de Berta. 10 de diciembre de 1998, Buenos Aires, Argentina.
Al día siguiente fui a otro espacio de escritura, y comenté el tema. Entonces, Mirta Krevneris me regaló “A aventura modernista de Berta Singerman uma voz Argentina no Brasil”, bello catálogo de la muestra entre el 10 de mayo y el 6 de julio de 2003, en el Museo Lasar Segall Sao Paulo – Brasil. El objetivo de la muestra era presentar diversas facetas del contexto cultural y mostrar la aventura modernista entre 1920 y 1950, el vínculo entre Lasar Segall, Berta Singerman y su esposo, Rubén Stolek. Allí se reproduce un artículo del diario “O Jornal. Rio de Janeiro, sexta-feira, 5 de julio de 1929 cuyo título es “Mi concepto individual sobre el arte de la palabra”. Las hojas dispersas de mi entusiasta nota quedaron allí. Ella, con sus palabras, les cambió el destino, se hizo oír. Así como seleccionó los poemas, decidió sobre este escrito. Duendecito travieso. Agradezco haberla conocido un poquito más.
VER LO QUE NO SE VE.
Escribió, además, las memorias “Mis dos vidas (1981) Poesía Universal (1962): selección y repertorio de mi actividad artística, será motivo de un breve comentario.
El prólogo de Juana de Ibarbourou dice: “Siendo una hermosa adolescente, dio en Montevideo sus primeros recitales (…) nuestro público se enamoró de ella. A toda América y a muchos otros países les pasó lo mismo (…) sigue con la misma fina belleza, la misma voz prodigiosa con todos los registros de la tragedia y el drama, de la poesía y la música, de los múltiples sonidos y la gracia total! Yo no puedo hablar de Berta como un ser de excepción, sino de milagro.
Una vez yo le hice un poema.”: (…)¡De dónde viene usted, misterio vivo,/Berta de tempestades y de albas,/ Berta a veces graciosa como un niño,/ y otras, tremenda fuerza milenaria!(…)
La quiso entrañablemente Gabriela Mistral. Sus más egregios enamorados fueron Juan Ramón Jiménez y Federico García Lorca. Y todos, los más grandes y más chicos, aquí o allá, nos inclinamos ante ella, único, precioso, sobrenatural diamante de Dios”.
El libro se divide en “Lírica general”, que ocupa cuatrocientas cincuenta y ocho de las quinientas cuarenta y siete páginas. Motivos bíblicos, motivos de negros, poesía festiva, poesía infantil, poesía popular y romances, romances españoles anónimos y romances asturianos.
El noventa y cinco por ciento de los autores seleccionados nacieron en Argentina, España, México, Uruguay, Bolivia, Colombia, Guatemala, Cuba, Chile, Venezuela, Ecuador, Nicaragua, Perú, Puerto Rico, Portugal. Su trabajo fue extremadamente eficaz en la difusión de la poesía latinoamericana. Resultó una mujer muy libre al elegir a sus autores. No hay poesía nueva o vieja; no hay poesía de moda o fuera de moda. Lo que hay, simplemente, es poesía o no poesía –decía-. En su repertorio varias autoras son mujeres. Muchos poemas evocan a la libertad, a los ancestros: Tata indio, Iguazú, Pregones de Buenos Aires, que Vaccareza escribió para ella. Para epílogo, la frutilla del poste, el poema a “Berta Singerman”, de Gabriela Mistral.
(…)Berta, Dios te hizo la fina garganta
con otro limo que no es doloroso:
te la ha amasado en un río gozoso
porque sería “la carne que canta”.
Eres la fronda que da sus acentos,
rama de carne en que pone sus voces,
dices “mensajes” que tú no conoces,
das del oculto el estremecimiento.(…)
[button-orange url=»#» target=»_self»]En 1945 recibió el Premio Municipal a la mejor actriz. La Casa de la Cultura de México la galardonó con el Premio América Premio Konex 1991. Fue declarada Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires. Otro premio extra: fue muy criticada por firmar proclamas antifranquistas. [/button-orange]
[button-grey url=»#» target=»_self»] Manuel de Falla, “mientras nosotros, los compositores, buscamos música para las palabras, Berta extrae música de las palabras”. León Felipe: “Es una hermana luminosa, llena de gracia armonía. [/button-grey]
http://https://youtu.be/2q6BOT37FPc