Los anormales: Sobre el futuro
Por Mariana Paula Dosso
NOMBRAR
Explosivo y caprichoso se presenta el encanto. Su mamá está embarazada. Entre los juegos de los adultos, esos juegos para elegir el nombre, la niña optó por llamarlo “Futurito”.
ESPEJITOS DE COLORES
¿Se puede anticipar? ¿Cuáles son las señales?
Algunos corren detrás de las configuraciones de astros celestes. Insisten en tropezar con relaciones, lanzan la palabra “Perú” con el planeta Júpiter; o Pirua, cuando historiadores asocian el origen con Pirú o Virú a millas del sistema solar.
Hay quienes se empecinan en pruebas para alcanzar las más altas estadísticas. O aquellos que delegan en la genética el comportamiento humano. Los guaraníes confían en sus payés para adivinar el futuro a través de sus sueños. Pocos o muchos se guían por la intuición.
Alquimia entre cotidianeidad y trascendencia en los pueblos arcaicos ¿Religión vs Racionalidad? ¿Quién ocupa el lugar privilegiado de la predicción? ¿La ciencia?
¿Y ESO QUÉ ES?
Un viento fresco velaba por la intimidad de las mujeres en ronda. Las sillas no eran cómodas, pero el clima distendido suavizaba cualquier madera.
Risas. Miradas en el presente. Resistencias a la quietud.
La hoja verde sobre la pared deslizaba la fecha de amarre. Otra tirada de ancla: ¿Por qué el 20 de junio es el “Día de la Bandera”?
Las dos maestras sin guardapolvo propusieron contestar ese interrogante. No era tarea sencilla acercar argumentos contundentes, fue necesario indagar en libros. Algunas voces cercanas al bullicio de la ventana hablaban de Belgrano; otras, provenientes de la punta de la mesa hecha de rompecabezas, anunciaban batallas. Se actualizaron aprendizajes vagabundos y- en el entramado de microfibras- se improvisó una respuesta. El paso siguiente, la carpeta.
Me senté al lado de Brisa y volvimos a leer uno de los párrafos del texto: “Belgrano dedicó su vida a la independencia, al progreso, a la educación…”. La miré de soslayo, sus ojos tuvieron más nitidez que el resto de su cara adolescente. Supuse que no comprendía todas las palabras.
-¿Sabés qué significa progreso?
-No…
-Belgrano pensaba en el futuro de su pueblo, cómo mejorarlo…
-¿Qué es el futuro? Me dicen que tengo un futuro por delante. Pero, ¿qué es el futuro?
Su pregunta me quitó todo punto de apoyo. Tanteé normalidades: definiciones, frases hechas, cronologías. Decidí empezar con ejemplos.
-Bueno, uno puede pensar en un futuro muy cercano, como mañana. O pensar lo que va a suceder dentro de un mes. O en años, ¿entendés?
-No…
-¿Sabés qué es el pasado?
-No…
-Es toda tu historia, desde que naciste hasta ahora. El presente es lo que estamos viviendo ahora. Y el futuro, lo que vamos a vivir.
Las carpetas abiertas de par en par se llenaban de oraciones. Las maestras pausaban su andar en el aula para colaborar en alguna de ellas.
El ceño fruncido y ese desliz de su boca hacia arriba ¿rebeldía e incertidumbre? Ella o yo, la memoria confunde mis percepciones, tuvimos la necesidad de tender puntos de orientación. Las vivencias imprecisas y vanas de su presente ya eran demasiadas para su cuerpo joven. Decidí rumbear por pagos desconocidos.
Tomé una hoja de la mesa y tracé una línea en forma horizontal: el tiempo hecho una consecuencia de hechos infinitos. A la mitad, dibujé una pequeña perpendicular y le señalé a Brisa el “hoy”. Me deslicé hacia la izquierda y escribí “1998”, su año de nacimiento.
-¿Fuiste al jardín?
-A los tres.
Una rayita para el comienzo de su escuela y otra, para la fecha de cumpleaños de Priscila, su hermana conocida por las docentes. Insistí con algún viaje que hubiera hecho y me dijo “a Córdoba, con esta escuela”. Escribí el año.
-Esto que marcamos es parte de tu historia, es tu pasado.
Vuelvo al presente. Y continúo con su “futuro”.
-¿Qué vas a hacer mañana? Me imagino que vas a venir a la escuela…
Nos recostamos en las sillas con una carcajada.
-¿Dentro de una semana?
-También-, me respondió entre risas.
-Este año tenés posibilidad de terminar el primario, si venís más seguido. ¿Qué te gustaría hacer si egresás?
-Ir a un secundario.
-¿Te gustaría seguir estudiando?
-Sí, sí.
Un trazo para cada uno de los proyectos de Brisa: del día siguiente, de la semana próxima y los del 2016 con su escuela secundaria.
-Y a los 23 años, ¿cómo te imaginás?
-Mamá.
Anoto: “Brisa, Mamá”.
-Con una casa.
Agrego palabras a su futuro cargado de sentido, vivencias y sueños sin poder desmenuzar una definición. ¿Hará falta?
-¿Y a los 50 años?
-¡Re vieja!- Se ríe.
Vuelvo sobre la continuidad del tiempo y señalo las parcelas de nuestra cultura: pasado, presente y futuro.
-¿Entendés un poco de qué se trata el futuro?
Cada vez me parece más absurdo bordear la incertidumbre y la potencia de lo venidero. Las paredes de afiches delimitan un presente entre las mujeres que continúan su escritura. Abren la puerta y la cocinera deja la merienda sobre la mesa: la reciprocidad encuentra otros intersticios.
Brisa tiene sueños y se imagina a futuro, pero no los vuelca en el significado de la palabra. Tal vez, conocer un poco más el término le permita nombrar sus ilusiones y expandirlas ¿O se le abrirán nuevos horizontes?
-Sí, entiendo ¿Y el futuro de pareja?
Es muy perspicaz Brisa, ya percibe los múltiples sentidos. Retomo sus comentarios e intento asociarlos:
-Acá me dijiste que querés ser mamá, puede ser un proyecto de pareja. Como también lo de la casa, una puede planificar con otra persona tener una vivienda.
Brisa acerca a la mesa de la escuela su inquietud por un futuro compartido.
TROMPO
Vuelve al mismo punto y se aleja. Puede detenerse en cualquier momento o danzar sobre su propio silencio. “Vivir cada día como si fuese a repetirse para siempre”, suerte de advertencia o ¡de sentencia! de Nietzsche.
El filósofo Eliade Mircea indaga en la historia cíclica de los pueblos antiguos. Los mismos hechos se repiten en otras circunstancias, semejantes. Se apropia de la importancia del fin de un periodo y del comienzo de otro nuevo. El tiempo se mide en el ritmo lunar, de compases cortos y con cierto optimismo. “(…)pues así como la desaparición de la luna nunca es definitiva, puesto que necesariamente va seguida de una luna nueva, la desaparición del hombre no lo es mucho más, y, especialmente, la desaparición incluso de toda una humanidad (diluvio, inundación, sumersión de un continente, etc.) nunca es total, pues una humanidad renace de una pareja de sobrevivientes”. El mito del eterno retorno, cercena la irreversibilidad del tiempo a través del recorrido radial.
Así, el Karma da sentido al sufrimiento. Enjabonan. Friegan. Sacuden. Lavan. Los padecimientos actuales son una limpieza de vidas pasadas.
El ciclo del tiempo. El ciclo de la vida. El ciclo de la religiosidad. El ciclo de la historia: las disputas se actualizan y las peleas por imponer símbolos no cesan. Sobre los Templos Incas se construyeron Iglesias. En Roma, con el mármol de la fachada del Coliseo, se armó la catedral de San Pietro.
Eliade estudia los inicios del cristianismo y descubre que la sociedad intelectual de la Edad Media quedó dividida entre los defensores de una visión lineal del tiempo (San Agustín fue su máximo exponente) y aquellos creyentes en una visión cíclica y una regeneración periódica de la historia (Joachim de Fiore se destacaba en este pensamiento). Durante el siglo XVII la concepción progresista creció hasta llegar a su máxima difusión en el siglo XIX por la teoría del evolucionismo. Hasta Marx ha explicado las fases del capitalismo como consecutivas.
ESCALERA
¿Es normal pensar que el último escalón pertenece al futuro? Algo ya hemos dejado detrás, caminamos sobre exigencias y levantamos el pie hacia las planificaciones. ¿Paso firme, aquel que no garantiza la certidumbre? ¿Algunos ahorros aseguran un bienestar? ¿O un análisis genético, la salud mental del próximo? ¿El poderío, en un puñado, burla la potencia de un pueblo?
Cuando conversan, los aymaras de los Andes, al norte de Chile, señalan con sus manos el pasado delante de ellos y el futuro detrás. En su idioma, el pasado es nayra: “ojo”, “a la vista” o “al frente”. Recurren a la palabra qhipa para nombrar el futuro, significa “detrás” o “a la espalda”. ¿Será que hacen espacio a la contundencia del pasado y a la invisibilidad del futuro?
LOS PIES SOBRE LA TIERRA
Elecciones en nuestro país y el mismo forcejeo de siempre: un proyecto con vuelo hacia las mayorías u otro, de ultrasonido, rumbo a las ganancias más inhumanas. El sobre en la urna apura condiciones en los próximos años. Gesto aplaudido, mecánico, sentido u obligado.
Se han barajado dos viajes: “Volver al Futuro” o “Volver al Pasado”. Memoria errante que no tuvo tiempo de convertirse en sedentaria: vaga en muchos, pero no en los suficientes. Recuerdos del saqueo, del hambre y de la desesperanza, ausencia de políticas por encima del mercado siguen en su nomadismo. Elecciones presentes y derrota. Futuro incierto y empoderamiento del pueblo.