Claroscuros: sobre Venezuela, a través de la lente de Rodrigo Abd.
Por Ramiro Gallardo.
Fotografías: Rodrigo Abd.
“Frente a una explicación poderosa, mi primer paso es preguntarme cuáles son los puntos oscuros. En cierto modo, cuanto más fuerza tiene la explicación, más difícil es ver lo que oculta en la penumbra de su propia luz.”
Saskia Sassen (entrevista), 2011.
Leo “Página 12” y Venezuela es víctima de una campaña mediática sin precedentes. Paso a “La Nación” y Maduro es un ogro maligno, más malo que Chucky, continuidad del más aun monstruoso Hugo Chávez, terror de los chicos que no toman la sopa, deformidad, engendro, leviatán. Regreso a “Página”, un nuevo intento de golpe de estado. Vuelvo a “La Nación” y Guaidó es el paladín de la democracia. Voy, vengo, voy, bailo entre noticias. Intento pararme en algún sitio.
Rodrigo Abd es fotógrafo, él también va y viene: de Guatemala a Lima, de la guerra en Siria a la de Afganistán, a Libia, a Haití. Entre 2007 y 2019 realizó nueve viajes a Venezuela. Sus fotos pueblan diarios y portales de internet en todo el mundo.
Nosotros hacemos las fotografías -que pueden ser parte de una historia o de una noticia- y escribimos un epígrafe. El epígrafe sirve para que los clientes, que son cientos, tengan una referencia: qué es lo que retrata la foto, en qué lugar fue hecha y qué día. Pero, claro, una vez que las enviamos al servicio, con su título y su epígrafe, pueden ser utilizadas en notas muy diversas, por medios con ideologías diferentes. Sobre esta cuestión no tenemos ningún control: una vez que los clientes tienen las fotos en su servidor pueden utilizarlas como quieran en sus páginas, en galerías de fotos, en notas periodísticas, etcétera. Con el título que ellos quieran, por más que nosotros les pongamos uno específico.
La agencia de noticias para la que trabaja, Associated Press, provee de imágenes a más de 1700 periódicos (su librería supera los diez millones de fotografías). Es decir, que las fotos de Rodrigo son soporte de notas muy diferentes, más allá de lo que él decida o quiera retratar.
Lo complicado para nosotros es que controlamos el epígrafe, pero no controlamos lo que ponen los clientes. Por otro lado, una vez que las fotos suben a la web, mucha gente que no es clienta de AP puede hacer un copy-paste y poner las fotos en sus blogs… sucede con frecuencia.
En paralelo a su trabajo con la agencia, Rodrigo Abd construye sus propias historias: desde las protestas de los ahorristas frente a los bancos en Buenos Aires en 2002 a la vida de las parteras rurales en Guatemala, pero eso es tela para otra nota. Acá, ahora, lo que me interesa es el contraste, ese ida y vuelta, las contradicciones, las simultaneidades. Para muestra, basta este botón venezolano…
MATRIMONIO NO CONSUMADO
Siempre fue complicado trabajar en Venezuela. Cuando cubrís una marcha chavista te acusan de hacer prensa oficialista; cuando cubrís una noticia de la oposición te agradecen, pero si vas un poco así… desalineado, te dicen que sos simpatizante de Chávez. Siempre fue complicado… Es un país muy quebrado, políticamente muy dividido.
Las fotos que componen esta nota aparecieron en distintos periódicos y sitios de internet, por separado: por un lado, la calle; por otro, la boda. Las de la boda forman parte de un artículo titulado Venezuela: Boda fastuosa en medio de la crisis [1]. Las de la calle fueron publicadas por el diario «El País» de España [2] y por muchos otros medios.
Al casamiento me invitan una semana antes. Estaba en una fiesta, había muchos periodistas de la prensa internacional. Fui el único que decidió ir, me pareció una muy buena idea. En ese momento se vivía una especie de euforia por la autoproclamación de Guaidó como presidente. Parecía que todo se terminaba, el chavismo se caía a pedazos. Creo que parte de aquella euforia motivó la invitación. Pero cuando apareció la primera publicación, la euforia había pasado: el gobierno había retomado la iniciativa política y la oposición se daba cuenta de que la cosa no era de un día para el otro.
Cuando los recién casados leyeron que “durante tres días, los huéspedes, incluidos una ex Miss Universo, grandes terratenientes y otros miembros del 1% de Venezuela, vaciaron botellas de whisky caro, arriaron búfalos montados a caballo y zapatearon al ritmo de la música de un popular cantante de música llanera”, no se sintieron del todo cómodos. Se vieron expuestos. ¿Cómo se nos ocurrió invitar a este fotógrafo? habrán pensado. A Rodrigo le llegó el comentario a través de un colega: la publicación no había caído nada bien. Por el contrario, de los retratados en “la calle”, no hay nadie que haya hecho sentir su descontento por la manera en que fue utilizada su imagen.
Siempre pasó en el periodismo: los poderosos tienen más herramientas. No sólo para no dejarnos “entrar” a sus espacios: también para denunciarnos, acusarnos… Los poderosos siempre ejercen sus capacidades para censurar a la prensa. Los pobres no. Uno camina por los barrios marginales con total naturalidad, pero no puede andar sacando fotos en un club privado, un country o un espacio cerrado: hay vigilancia, hay seguridad. Nos es más fácil meternos en el mundo de la pobreza que en el mundo de la riqueza. No sólo en Venezuela: nos pasa en todos lados.
[1] Luis Andrés Henao, Venezuela: Boda fastuosa en medio de la crisis. Yahoo noticias, 25 de marzo de 2019. https://es-us.noticias.yahoo.com/venezuela-boda-fastuosa-en-medio-la-crisis-174528573.html
[2] Maracaibo: ciudad en ruinas. Diario El País, España, 20 de junio de 2019. https://elpais.com/elpais/2019/06/18/album/1560849621_806575.html#foto_gal_1