El Desaliento: sobre los abusos urbanos
Por Isabel D´Amico
EL LEGISLADOR PORTEÑO
Buenos Aires, Junio 9 de 2016. Como todos los días, Adrián toma la línea D, que lo alcanza hasta Catedral. De allí, con un poco más de esfuerzo, llega al despacho de la Legislatura. Los pasos lentos caminan entre la reflexión, la repregunta y los silencios. Un pantalón negro y una impúdica camisa blanca .El peso, desde la correa de cuero del portafolio, frunce el hombro y la mente del legislador. Es curioso, las letras no pesan, son los números.
BON APPÉTITE La ciudad se mueve cada vez más incómoda, la falta de espacios verdes públicos le quita aire y luz. La sofocan. Cientos, miles de vecinos acechan con sus reclamos en defensa de sus territorios. Son luchadores heridos- pero no rendidos-, despojados del hábitat que solían tener. Buenos Aires enreja su destino y alimenta, sigilosa, el hambre voraz de la industria inmobiliaria: su violencia come parques, cielos y patrimonios barriales. Mientras la furia inmobiliaria avanza, eructa satisfacción en pos de «la modernidad».
Es jueves 9 de junio de 2016. Algo importante pasará en la Legislatura. Adrián está preocupado. No es el único, un grupete de legisladores se empeña en poner letras, preguntas, nombres a la audiencia. Nadie devora estos datos. Los indiferentes negocian con el cuatro, el ocho, el treinta y cinco: lo importante es el número. Se busca emplear organismos estatales como inmobiliarias de tierras públicas para impulsar la venta de inmuebles del Estado. Para eso quieren crear un organismo, la «Agencia de Bienes». Adrián, gordo de letras, flaco de números, baja al recinto. La ciudad flota entre una crisis ambiental y habitacional.
- La ciudad es de quienes vivimos en ella, es nuestro bien común.
- La inversión pública es producto de nuestro esfuerzo y está siendo apropiada por grandes empresarios.
- La sobre construcción y las grandes torres colapsan los servicios públicos.
Así, destruyen la identidad de los barrios, la diversidad cultural y patrimonial. La concentración de la tierra en pocas manos agudiza la crisis de vivienda. Gritos, reclamos. Lucha en la palabra.
VOTACIÓN
Pasaron las horas y los oradores. Finalmente, la Legislatura porteña aprobó «La Agencia de Bienes», que tendrá a su cargo el manejo de unos 2400 inmuebles porteños. La agencia podrá impulsar nuevas obras y también, previa aprobación de la legislatura, la venta de cualquiera de ellos: Tiro Federal, Parque de la Ciudad- . Actualmente, están en juego más de 15 predios estatales que van a ser destinados a negocios inmobiliarios (Cenard, Empalme Norte, Distrito Joven, Mercado de Hacienda de Liniers, predio de la TV Pública, terrenos ferroviarios de Palermo, Caballito, Liniers y otros) . El desaliento se huele entre los vecinos, quienes no cesan de gritar a los números. 40 votaron a favor. En contra, 7 diputados del FpV, 3 de monobloques de izquierda, 2 del partido Socialista, 2 de Coalición Cívica, 1 de Socialismo auténtico y 1 de Bien Común. Se abstuvieron Carlos Tomada y Gabriel Fuks (FpV).
URBICIDIO: LO QUE VENDRÁ
La reforma del Código de Planeamiento Urbano debe ser discutida. Está en la agenda de la legislatura porteña. Para muchos esto será un blanqueo urbanístico. La violencia inmobiliaria instalada a partir de contravenciones quiere ser bien vista y negocia adecuar su pasado y su futuro bajo un nuevo paraguas legal. «Lo hecho, hecho está». «A otra cosa, mariposa» Un pequeño detalle le falta a esta construcción, no es ornamental, no es ni estético. Menos, estático. La ciudad es «la gente» que la habita, la recorre, la respira, la vive. Entonces, saquémosles la careta a todos estos emprendimientos disfrazados con los falsos brillos de la modernidad. Ellos pretenden vendernos arpillera por seda, mal encubiertos tras sus máscaras de Durlock. Mientras, el papel picado de vicio cae sobre las cabezas de los legisladores, alternadores de votos. Siempre alcanzan el «número» aquel, que tanto pesa en el hombro de Adrián.
CARTA DEL DERECHO A LA CIUDAD
En los pasillos de la Legislatura, hay ciudadanos con portafolios llenos de letras. Golpean y golpean a las puertas de los despachos. Con esas letras forman palabras: «Derechos Urbanos», «Impacto Ambiental», «Bien Común», «Lo público sobre lo privado» «Economía social solidaria». A veces se enojan y está bien, necesitamos más enojados. Los proyectos de los «grandes desarrolladores» pesarán sobre nuestros hombros hasta aplastarnos. Hoy la ciudad de Buenos Aires debe ser interpelada, ya no hay más tiempo.
LAS CIUDADES INVISIBLES
En el libro de Italo Calvino el narrador despliega un relato de ciudades imposibles. Están «Las ciudades y el cielo» (con propiedades divinas) «Las ciudades y el deseo» (despiertan el deseo y la pasión de las personas) «Las ciudades y la memoria» (de recuerdos manifiestos en sus habitantes o estructuras). En el final del libro dice:“El infierno de los vivos no es algo que será, hay uno, es aquel que existe ya aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Dos maneras existen de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de no verlo más. La segunda es peligrosa y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacerlo durar, y darle espacio.” Vos elegís: salir a la calle o la bicisenda.
http://www.parlamentario.com/noticia-96135.html
Bibliografía recomendada:
Massuh, Gabriela. “El robo de Buenos Aires”. La trama de corrupción, ineficiencia y negocios que arrebató la ciudad a sus habitantes.
Soy vecino de Colegiales peleamos contra los molinos de viento pero di juntamos todas las voluntades podemos hacer.