La orfandad: Entrevista a Paco Olveira.
Entrevista: Lourdes Landeira, Luisa Luchetta, Verónica Pérez Lambrecht, Alicia Usardi
Fotografía: Diego Grispo
Edición: Gabriela Stoppelman
“Pero la costa está llena de garras azules/O de chozas que exhalan una canción irresistible al tocarlas la sombra”
“El aire libre”, Enrique Molina
Lunas extremas del mar, Capitán. Piedras rasgadas miran su desilusión sobre un charco de cielo y esperan que el milagro salve primero a quienes primeros van. Pero el tornado es de vientre voraz y no discrimina entre maquillados y rotos. Y así es que las olas levantan el barco de papel desde una punta y el viento es una gran mano que agarra con desprecio su juguete, Capitán. Y lo bambolea dentro de su propia furia, sin amarlo, sin odiarlo. Es de no creer la tormenta en que navegamos. Y aún sin hundirnos por completo, ensayamos el ahogo como única señal de nuestra existencia. Así y todo, es de no aguantar cómo se obstinan los corazones en mantener el rumbo. No hay modo. Ni el color a muerte de la zozobra ni la advertencia del horizonte, nada nos convence para cambiar la dirección. Hay tardes de no creer. Tardes de palabras circulares, que hablan de los ciclos y engordan la debilidad con esas conocidas ropitas de la paciencia. Tardes de rasgarse el futuro como quien se despelleja para ver si, debajo de la piel, alguna compuerta lo renace. Tardes de palabras. Palabras que llegan tarde o demasiado silenciosas. Palabras que nunca alcanzan a desdecir el peso del tiempo. No me venga con eso, Capitán. Que usted no es nadie, que usted es todos, que usted no hace sino que deja hacer. Lo vimos bien aferradito a la proa, lo vimos calarse la gorra, acomodarse las medallas sobre su cuerpo superpuesto al de tantos otros. Lo vimos poner el cartelito de reserva en los que usted consideraba los mejores sitios. Y, un minuto antes de la desgracia, lo vimos a usted timonear y conducirnos hacia el núcleo de la tormenta. Así quiso confundir su maniobra con el cumplimiento de un destino. Quiso desafiar al azar con butacas tapizadas y vistas panorámicas. Y, acá nos ve, Capitán. Usted todo mojado y viejo, náufrago en su bote salvavidas, atado a su proa como un ladrón a la débil caja de la redención. Mientras tanto, capitán, algo se agita en la popa: viento de cola, lluvias inversas, chapas recalentadas al fuego de un verano que ya lleva un par de años. Calles de barro trepadas a las paredes, en grafittis y murales. Un comedor enorme con cielo adentro. El polvo escurrido de las canillas, meta consolar la urgencia de la sed. Dicen que el viento de cola ha comenzado a conversar un cambio de ruta con la fauna de retaguardia. Que en la popa, capitán, todo se escribe con minúscula para obtener un sentido máximo. Y parece que a usted mismo, capitán, le han achicado la mayúscula que timoneaba su nombre. Dicen también que en la popa hay vegetación copiosa. Y gente. Mucha, muchísima gente que empuja un discreto barco a contra viento. No sé, capitán. Yo lo veo tan sumergido en desatenciones y desprecios. ¡No sabe el espectáculo que se pierde! Talleres de costura, apoyo escolar, microcréditos, cerámica, lectura, música, rondas. Más rondas. Si hasta le digo que vi a un cura pasar en moto en medio del abrazo del pueblo. Voy a dejar esta perorata, capitán. Mejor lo escucha usted mismo: “Padre Paco”, lo llaman. Por ahí se suaviza un poco la desmedida de la luna. Por ahí, quién le dice, hasta las piedras se recomponen en la ilusión de otro viaje.
RAJADO, NUNCA ROTO
“por el boulevard de los sueños rotos, /moja una lágrima antiguas fotos/y una canción se burla del miedo, /las amarguras no son amargas/cuando las canta Chavela Vargas”
“El Boulevard de los sueños rotos”, Joaquín Sabina
¿Pero vos pensás cansarte, irte o hablas de ideas de mañana o dentro de un mes?
Llevo 12 años acá, no me quiero ir, pero si hago falta en otro lado o me agarra la loca quien te dice me voy, como a veces me fui a otros países.
¿Perteneces a alguna congregación acá?
No, yo era de una congregación religiosa.
¿Existe la figura del líbero?
No hay curas líberos. Si, por una cuestión religiosa, salís de una congregación, tiene que haber un obispo que te reciba y hay un tiempo de transición de dos años. Después, si las dos partes están de acuerdo, se da la incardinación, te incardinas en la nueva diócesis y pasas a depender de ese Obispo. Cuando yo salí de los dominicos, hace un montón de años, me iba a incardinar en la diócesis de San Justo. Allí había un obispo súperconservador, Meinveille era su nombre. Después de la huelga de hambre por la villa 31 de Retiro, para la incardinación solo faltaba firmar. Eso iba a ser en febrero. Pero en enero fue la huelga de hambre y… no quiso incardinarme. Una forma elegante de echarme.
¿Vos habías elegido San Justo?
Cuando llegué como domínico, vivía en Capital, en Caballito, en una comunidad religiosa. Yo trabajaba los fines de semana en la “Pastoral de Villas y asentamientos de La Matanza”. Lo hacía con un cura del grupo de Opción por los Pobres. Fue un año y medio, después estuve un año en Paraguay, dos años de vuelta acá nuevamente trabajando en la Pastoral de villas y asentamientos de la Matanza. Después dos años en Uruguay, donde dejé a los dominicos. Ahí le pedí al obispo de San Justo que me recibiera. Nos conocíamos por el trabajo en la Pastoral de Villas. Mi idea era irme a vivir a una villa de La Matanza, que es donde viví hasta que me echó.
¿Hay diferencia entre pertenecer a una congregación y estar bajo la figura de un obispo?
En la congregación religiosa se supone que cada uno tiene una misión específica y una espiritualidad específica, o un carisma específico. Lo que no significa que todos hagan exactamente eso. Los domínicos nacen en la misma época que San Francisco de Asís, en la edad Media. La Iglesia por entonces era muy rica. Y tanto Francisco de Asís como Domingo dejan la riqueza. Se transforman en mendicantes, piden la comida cada día para vivir. En comparación con los franciscanos, los domínicos se meten más en las ciudades, en el mundo universitario. Por otro lado, los salesianos tienen la impronta, sobre todo, en la juventud. Los hermanos de San Juan de Dios, la elección por los enfermos.
Pero, cuando te echan y te quedas sin nada, ¿qué?
Durante seis meses me fui a vivir al Bajo Flores, ahí me recibieron Ernesto Narcisi y el Padre Rodolfo Richardell , compañero de Mugica, con quienes había hecho la huelga de hambre. Ahí, me reinserto y termino en Morón, con Laguna,… no había mucho para elegir…
Por lo que investigamos en otras entrevistas, vos te tomás muchas libertades. Por ejemplo, no das misa todos los días, le pedís al Papa que les otorgue a los curas permiso para casarse. ¿Son libertades que vos te tomás o te las conceden?, ¿son castigables?
La Iglesia católica, si bien goza de muy mala fama, no es una secta donde todo el mundo piensa igual, actúa igual, se viste igual. La Iglesia es como el peronismo. Tenemos izquierda y derecha. Las libertades que me tomo tienen que ver con mi conciencia. Nosotros decimos que la conciencia es el último reducto. A ver: si yo digo que Dios no se hizo hombre en Jesús, no soy católico. Ni más bueno ni más malo. No soy cristiano, porque eso forma parte de la esencia del catolicismo. Yo creo en Jesús que no solamente fue un gran hombre, una gran persona, sino que en él estaba Dios, el mismo Dios. Pero, en otras cosas, tengo derecho a ser crítico, a pensar distinto, a actuar distinto. Y somos más de los que parecemos quienes pensamos distinto. Quizá no es la visión como institución.
UNA VOZ FUERA DEL TELÉFONO
“Si él quisiera que yo creyera en él, /seguro que vendría a hablar conmigo/y entraría por mi puerta diciéndome: ¡Aquí estoy!/Pero si Dios es las flores y los árboles y los montes/ y el sol y el luar, /entonces creo en él, /entonces creo en él a todas horas/y mi vida entera es una oración y una misa/y una comunión por los ojos y por los oídos.”
Alberto Caeiro, heterónimo de Fernando Pessoa
¿Qué es Dios para vos?
Mirá, cada uno tiene sus imágenes de Dios. Según ciertas imágenes de Dios, yo sería ateo militante. De esos que se borran de los libros de bautismo. A ver… yo no creo ni en un Dios que castiga, ni en un Dios sádico que necesitó que su hijo baje al mundo para derramar su sangre, ni en un Dios… vos, Gabriela, recién me dijiste que eres judía, pues ni en un Dios antijudío.
Yo fui tachada de todos los libros también.
Bueno. Yo creo en el Dios de Jesús. Jesús me muestra el rostro de Dios y ese para mí es Dios. Un Dios distinto a otros falsos dioses, distinto al dios dinero, por ejemplo. Y Jesús dice que no se puede servir a Dios y al Dinero. La historia de la humanidad es la historia de unos cuantos que viven bien y muchos que viven muy mal. El Dios en el que yo creo está en el extremo opuesto de esa forma de construir la historia. Es el Dios que pone la persona por encima de la ley, de la norma. Según el culto, no se podía tocar a un leproso porque te quedabas impuro. El Dios en que yo creo abraza al leproso. Ahí se da el milagro de la curación, cuando vos te incluís. En sábado, en el judaísmo, no se podía curar porque era el día santo. Entonces ese día si el burro se caía a un pozo, no lo podías sacar del pozo porque no se podía trabajar. Jesús dice, qué mierda, cómo no voy a poder hacer algo bueno en sábado. Y se va oponiendo a todo un sistema religioso y de poder que lo termina llevando a la cruz.
Entonces ese es Dios para mí. Sí yo creo que Dios existe. Y mirá, si me muero y no está, no me voy a enterar. Y la forma de vida que me muestra el Dios de Jesús es la forma de vida con la que yo me siento feliz. Jesús dice el que quiera ser primero será el último, el que guarda su vida,la pierde. Y el que la pierde por los otros la gana. Llevar la cruz no es flagelarme. Yo no sé, seguramente ustedes hacen la revista más por militancia… podrían estar más tranquilas en sus casas, tomando mate, mientras leen el diario. Y se levantaron temprano y se vinieron para acá.
Claro, esto es lo que nos hace felices, simplemente, sin creencias. Vos en algún momento decís que podrías hacer todo lo que haces también fuera de la Iglesia. ¿Podrías?
Sí. Pero a mí me mueve la fe en el Dios de Jesús.
Pero podes hacerlo por la fe en el Dios de Jesús fuera de la Iglesia.
Sí, vos decís que lo podría hacer no como cura. Podría hacerlo como creyente. Seguiría siendo cristiano.
¿Por qué elegiste hacerlo dentro de la Iglesia, siendo que también sos enfermero y abogado?
En un momento de mi vida, todavía no tenía los 18 años y entré al seminario. Era muy joven, pero sentí un llamado, una vocación a ser sacerdote, que lo sigo manteniendo. Desde ese llamado tuve muy claro que quería vivir con los más pobres. Eso es lo que me fue llevando a venir a América Latina. Si bien yo quería Centro América, terminé en la Argentina. Hoy por hoy, no reniego de mi rol de cura y desde ahí hago lo que hago. El resto son herramientas. La vida es larga, te va dando la posibilidad de tantas cosas…
Nosotras entrevistamos ahora a Moira Millán y a Nelio, de otra comunidad mapuche. Los dos contaban de un concepto que ellos tienen, el newen: energía. Decían que cada quien lo descubre desde muy chico. Y lo asocié con el llamado del que hablabas. ¿Cómo se siente ese llamado?
No es una voz literalmente, sería demasiado infantil. Ni te llaman por teléfono ni nada por el estilo…
Los mapuche, para seguir la comparación, le dan mucha importancia a los sueños. Ven sucesos que van a ocurrir. Un sueño vale como argumento en una discusión política, tanto como un hecho.
En mi cabecita ilustrada, cosas como lo de los sueños, me cuestan… pero respeto. A ver, Dios no me llamó por teléfono, pero hubo cosas que fueron intermediarias. Mis viejos que son católicos practicantes, por un lado. Por otros, ellos nunca nos criaron con mucho dinero, aunque pudieron haberlo hecho, cuando éramos grandes porque, siendo seis hermanos, primero había que sacarnos adelante. Nos criaron sencillamente con el valor de la puerta abierta. También fue importante mi experiencia scout, en España esos grupos son bastante distintos a algunos de acá. Ellos me abrieron a ver que la vida tiene sentido si la pones al servicio de lo demás, a ser crítico con la realidad. También un cura que influyó mucho: él nos llevó a las villas, a los asentamientos. Y mi fe, con 17 años, se empezó a plantear. Al confrontar con una realidad tan distinta, fui sintiendo que Dios me pedía esto. Entonces, hay intermediaciones. La realidad te va marcando y, así, de algún modo, escuchás la voz de Dios.
SONÓ LA MUERTE
“Y la muerte no tendrá dominio. /Los desnudos muertos serán uno con el hombre en el viento y la luna del poniente; /cuando sus huesos sean descarnados y los descarnados huesos se consuman, /en el codo y el pie tendrán estrellas; /aunque se vuelvan locos estarán cuerdos, /aunque se hundan en los mares se volverán a levantar; /aunque se pierdan los amantes, no se perderá el amor, /y la muerte no tendrá dominio.”
“Y la muerte no tendrá dominio”, DylanThomas
Y del anarquismo de tu abuelo, ¿qué quedó?
Sí, un abuelo a quien no conocí, salvo por relatos de mis tíos. Mi padre es re conservador. El único de la familia. El padre de mi padre era anarquista, malagueño, es decir, de una zona republicana que fue tomada por Franco. Yo no lo conocí, pero algo tiene que haber en los genes, uno no sabe cómo pero… El abuelo era anticlerical como buen anarquista. Y, como anticlerical que era, no bautizó a mi padre, que recién se bautiza a los 12 años por su voluntad. Dicen que el abuelo era un hombre absolutamente integro. Por eso no lo mataron cuando Franco toma Málaga, porque los vecinos lo defienden por su integridad. Trabajaba haciendo trajes para los republicanos porque tenía que darles de comer a sus hijos. Seguramente, también era una cuestión política.
Seguramente lo era, pero el tener que alimentar a su familia no resultaba una cuestión menor. El abuelo era un gran admirador de Jesús. Lo admiraba como a ese hombre nuevo que pone el amor en práctica de verdad, como el Che puso el amor en verdadera práctica. Igual, a mí la palabra amor me suena muy light “el amor, el amor”, me cuesta. Bueno, amor en práctica es otra cosa. Me gustan mucho más las palabras solidaridad, justicia, igualdad, fraternidad.
Recién dijiste también que te parecía infantil esto de la voz literal que te llama. Y pensaba en la importancia de las palabras. Hoy el poder se disputa en una guerra de lenguaje. A las palabras entrañables, aun gastadas y estupidizadas, ¿no sería importante recapturarlas y resignificarlas?
Es cierto, por eso, por ponerte un ejemplo, yo el jueves santo me emociono cuando recordamos las palabras de Jesús: “no hay mayor amor que dar la vida”. No eran palabras vacías, un rato después lo llevarían preso, lo torturarían y, con juicio injusto, lo condenarían a muerte.
¿Qué es dar la vida?, ¿el sacrificio o el esfuerzo por el otro?
Claramente, dar la vida es el sacrificio que viene como consecuencia de luchar por el otro, de luchar por un mundo distinto. Jesús le llamaba “el Reino de Dios”. Para nosotros es una categoría lejana porque somos una república y no un reinado. Y los reyes que conocemos son los de las películas o el rey de España, que mata elefantes. Ahora, el Reino de Dios es la forma de Jesús de hablar a su gente de la fraternidad, la justicia, la hermandad universal. Por eso, los santos padres dicen que todo rico es ladrón o heredero de ladrón, porque el rico no ve a un hermano, ve a un “nada”.
A ver: para ayudar a otro hay que estar vivo. Puede ser que uno arriesgue en el hacer. Pero morir no es lo que se busca ni el hecho de poder morir parece ser lo central en la valorización de las cosas para algunos. En la idea del sacrificio aparece muy fuerte eso que recién nombrabas: “el valor de dar la vida”.
Son los 30 mil detenidos desaparecidos. Es dar la vida. Los cristianos no deberíamos tener miedo a la muerte porque creemos que la muerte ha sido vencida. Si no le tengo miedo a la muerte, tengo toda la libertad.
¿Cómo es que la muerte ha sido vencida? ¿Por qué a nosotros no nos avisaron? ¿Cómo, cuándo fue?
Cuando Dios bajó de la cruz a Jesús. Nosotros creemos que Jesús no quedó en una cruz, que no nos han vencido. Que los 30 mil desaparecidos están vivos, que Jesús está vivo y que merece la pena dar la vida por esa causa. Yo creo que realmente Jesús está vivo, y de alguna manera voy viendo signos del Reino entre nosotros. Y creo que algún día veré la plenitud de lo que llamamos cielo. Pero a ese cielo lo tengo que bajar a esta tierra. No puedo estar mirando para arriba y esperar que un día, cuando me muera, llegue al cielo para que -recién entonces- se acaben los sufrimientos. El apocalipsis dice que “en el cielo ya no hay ni llanto, ni dolor, ni luto, ni muerte porque todo eso ya pasó”, bueno eso, yo lo tengo que hacer presente acá, y eso implica sacrificio.
Quiero volver a las palabras. Recién dijiste “luto”. Y, por otro lado dijiste que la muerte ha sido vencida. Sin embargo, te enlutas y llorás la muerte de un familiar, de una persona cercana. Yo he visto decenas de curas llorar la muerte de una militante de la iglesia.
¿Y cómo no vas a llorar? Yo espero no perder la capacidad de llorar, de conmoverme. Dice el Evangelio que Jesús resucitó a Lázaro, pero antes lloró, porque era su amigo.
¿Y cuál es el dolor, si la muerte ha sido vencida?
Si yo te pego a vos ahora, ellas van a sentir dolor, indignación, rabia, me van a agarrar a trompadas a mí.
Me refiero a que si esa muerte no es una última instancia, como pensamos por ahí otros, a lo sumo el dolor es porque se fue de esta dimensión. Una persona se muere, pero la muerte ha sido vencida, nadie murió del todo.
Yo tengo una esperanza que me voy a reencontrar con esa persona. Pero lógicamente me duele la pérdida de un ser querido.
Pero no lo perdiste, porque sigue presente de otro modo.
Las palabras son polisémicas. La perdí físicamente, no la abrazaré más en esta tierra. Desde la fe, no la perdí. Antes yo hablé del amor. A mí me cuesta predicar sobre el amor. Quizá lo predicaré desde los gestos concretos que hace Jesús, donde pone presente el amor. Ahora yo escucho la canción de Silvio Rodríguez, esa que dice “debes amar la arcilla que va en tus manos”, o la de Mario Benedetti “en la calle codo a codo, somos mucho más que dos”, y lógicamente que me emociono. Y ya me perdí de lo anterior, tengo Alzhéimer desde los 8 años ¡Ja!
¿ME REPITE LA PARÁBOLA?
“Érase de un marinero que hizo un jardín junto al mar y se metió a jardinero. Estaba el jardín en flor y el marinero se fue por esos mares de Dios. La España de charanga y pandereta cerrado y sacristía devota de Frascuelo y de María, de espíritu burlón y de alma quieta ha de tener su mármol y su día, su infalible mañana y su poeta. Érase de un marinero que hizo un jardín junto al mar y se metió a jardinero. Estaba el jardín en flor y el marinero se fue por esos mares de Dios.”
“Parábola”, Antonio Machado
Hablábamos de la batalla por resignificar las palabas y de la muerte. Me acordaba que Liliana Bodoc nos decía que ella hablaba con sus muertitos –lo recordamos fuertemente con su muerte-, y que ella no podía creer que sus muertos estuvieran en ninguna parte, en ninguna nubecita, pero que no se sentía más idiota por creer que en algún sitio estaban.
¿Estaban o no estaban?
No hay nada más presente que lo que falta. Pero yo no sé si la presencia de lo que falta se le puede decir “una existencia”, o solo un estar.
Nosotros los cristianos creemos en lo que llamamos “la comunión de los santos”, son los que nos precedieron en el camino de la vida, ya están junto a Dios y un día nos vamos a re-encontrar. Glorificados, pero en cuerpo y alma, es decir lo que somos, así, posta posta, pero más lindos. Maravillosos. Así como una cosa “divina”.
¿Como un spa?
Claro. Bueno el spa se queda corto. Como decimos los malagueños: “Má´ mejor todavía”, sin la “s” en el más.
Iremos al spa. Sobre todo ahora, que ya no hay infierno.
Yo no sé si hay o no hay infierno, pero a mí a Videla que no me lo pongan al costado.
Ese es otro problemita, porque te vas a encontrar con todos. ¿Hay un límite en este lugar del más allá? ¿Entra Videla?
No sé, ni me interesa demasiado. Me interesa este mundo, que acá no haya Videlas y que, si los hay, haya quienes sepamos enfrentarlos, aún a riesgo de perder la vida. ¡Y vaya si hay Videlas reencarnados! Las políticas macristas, la políticas chocobares matan. De otra forma, pero matan.
Morirte y encontrarte con Videla. Qué doble garrón. ¿Cómo es el tema de la redención de la gente que jamás pide perdón, que hace daño con gusto, es decir, de la gente de mierda?
Yo no soy teólogo, ni especialista en escatología -el que lee desde una doble acepción en el diccionario: lo vinculado con la mierda y lo que tiene que ver con el fin de los tiempos y el más allá-, aunque hice la carrera de teología. Pero, además, no me interesa hablar desde ese lugar. Creo, y es una característica fundamental del Dios de Jesús en el cual yo creo, que la respuesta es la compasión y la misericordia. Compasión, en el sentido de padecer con el otro, ayudarle a llevar su carga, no de “ay, pobrecito”. Y misericordia, en este sentido: en el tiempo de Jesús el pecador era tal porque sus padres habían hecho algo, o él había hecho algo, y era excluido de la sociedad, excluido de Dios. El leproso no era un enfermo, era un pecador. La mujer agarrada en flagrante adulterio, pecadora. A ella la apedreaban. Al tipo, a quien también habían agarrado en flagrancia, no. Entonces, pienso la compasión y la misericordia desde ese lugar. Hay muchas parábolas de Jesús sobre esto. Por ejemplo, la parábola del hijo pródigo, que pide la herencia a su padre, se va, la dilapida y vuelve. El padre lo estaba esperando con una gran fiesta. El hermano, que siempre había estado en la casa, se enoja ante la diferencia. Entonces el padre le dice “hijo mío, vos siempre estuviste a mi lado, el otro estaba muerto y volvió a la vida, estaba perdido, y ha sido encontrado”. El otro hermano no lo entendió y se calentó.
Yo tampoco. Se fumó la guita y volvió porque estaba seco.
Y sí, humanamente, no es fácil de entender, pero el Dios de Jesús siempre hace un lugarcito, por eso no creo en eso de este no tiene remedio, este no cambia más, por eso no creo en la pena de muerte, siempre se puede volver. A la vez creo que Dios es justo. Por eso creo en la Memoria, la Verdad y la Justicia. Y por eso los 24 de marzo voy a la movilización, por poner un ejemplo. ¿Cómo Dios combinará eso? No lo sé. Yo sólo sé que debo trabajar en esta tierra por esas dos cosas. Videla y quienes cometieron delitos de lesa humanidad, deben estar presos, en cárcel común. Y que no quede ni uno afuera. Eso tiene que ver con la justicia. Y a la vez yo tengo que trabajar por la misericordia, para que nadie quede excluido de este mundo que es para todos.
NO ABONA EN PAGO FÁCIL
“Y se alzarán en plumas los pueblos heridos/Ante un sol desprevenido/En lo más nuestro vamos a latir/El mismo sueño, y al fin va a llegar el día/ Que empapados de alegría/Nos miraremos y podremos decir/ /Valió la pena/Y aunque los muertos nos duelan/Cada hombre es una idea,/es una estrella que ayuda a pintar/ Este cielo de un azul irrepetible/ Y que hará hasta lo imposible/Para vernos reír, para oírnos cantar”
“Vivir riendo”, “Mano a mano”
Esa misericordia debería ser aplicada tanto a los cuerpos como a las almas. La iglesia -y el judaísmo también- fue muy dura con los cuerpos.
Sí, en realidad creo que el judaísmo en sus orígenes, menos, no sé si después, en el transcurso de la historia.
Más o menos. Está dibujado que menos.
Jesús era judío.
Lo sexual, antes, era una cosa vinculada nada más que a lo reproductivo. Las judías religiosas hoy mismo se tienen que tapar el pelo, los hombros, las piernas, van con peluca. Eso, hace mucho tiempo, era para todas. Después de la menstruación había que ir a purificarse, porque estabas toda podrida. Por ahí el cristianismo es peor, pero el judaísmo antiguo ya era bastante jodido.
Nosotros decimos cuerpo y alma. En realidad eso no es una visión bíblica. La visión bíblica es somos una unidad, animada por el espíritu de la vida. El problema del cristianismo es que entró el platonismo, con San Agustín, que primero había revoleado el bolso por todos lados y después se convierte. ¡Con todo lo lindo que tiene San Agustín! Pero le da mucha culpa toda su vida anterior, licenciosa. Entonces introduce una visión no cristiana: el cuerpo es malo, el alma es lo bueno, la tierra es mala, el cielo es lo bueno. Esa dualidad del platonismo. Con lo cual se hace mucho daño y además se quita el eje del Evangelio. Jesús no dice en ningún momento que no se repartan preservativos. No había en esa época. No importa. Él no se mete en esos temas. Y, cuando se tiene que meter, es para defender a la persona, lo que antes decíamos de la mujer adúltera. La ley decía que había que matarla pero además, despacito, ni piedras muy grandes ni piedras muy chicas, para que le durara la agonía. Lo que quiero decir es que muchas veces se ha cambiado el eje de lo central del evangelio, al convertir al cristianismo en un moralismo barato. Después, está todo el tema del derecho natural: una visión teológica que no admite cambios, ya que nos viene a decir que determinadas cosas son así desde siempre y para siempre por voluntad divina. Y entonces no se tienen en cuenta los cambios culturales, y se acusa de relativismo a los que propugnan esos cambios. ¿Querés un ejemplo?: el matrimonio es entre hombre y mujer y, con esa argumentación, van a oponerse al matrimonio igualitario.
Como iglesia, ¿es posible religar con esa idea de cuerpo y alma en una unidad?
Sí, cuando yo digo que para mí es tan cristiano cortar una ruta como bautizar una criatura, es justamente porque hay una unidad. Todo lo verdaderamente humano es divino: Dios se hizo hombre para que el hombre se haga Dios, ¡pero Dios del bueno!
Vos lo podés religar, pero institucionalmente, ¿podrá la iglesia católica llegar a ese nivel de evolución?
Creo que entiendo tu pregunta, pero lo que dije antes no es invento mío es fe católica, apostólica y romana.
Algunos obispos recuperaron un poco esto. O con este Papa con esta nueva impronta. Novak, por ejemplo, si cortaban una ruta, les decía “che, tengo que hacer” y no censuraba. De Nevares estaba junto con nosotros. Algunos obispos jugaron fuerte.
A Angelelli lo asesinaron.
Angelelli. Hay algunos obispos que han jugado fuerte en este sentido, y han pagado también, como institución han jugado fuerte.
Y claro que pagás.
¿QUIÉN LE CREE A VÍCTOR SUEYRO?
“Esto somos, muerte:/hélice de agua/y furia de deshielo (…)”
“Ajuar”, Sergio Sarachu
¿Qué es el alma para vos? Porque el cuerpo con alguna dificultad lo vamos llevando, esa es la parte que nunca entendí.
Y… cuando te morís, te quedás duro y se acabó. Hay algo más, ese hálito…
Y cómo se manifiesta mientras vivís, porque salvo Víctor Sueyro, que se moría y volvía, nadie se ha muerto y regresado para contarlo. En la vida, ¿cómo se manifiesta el alma?
Y… estás vivo.
Bueno, pero eso podría explicarse desde la carne también.
Yo no sé explicarlo: la diferencia mía con mis perritos, es que yo puedo pensar, puedo construir un mundo distinto, puedo hacer daño conscientemente a los demás. Yo creo que eso tiene que ver con el alma. Te vuelvo a repetir: hace tanto tiempo que no estudio teología….
Y no parece ser lo que más te preocupa.
Nadie en mi barrio me va a preguntar qué es el alma. Si un día tengo que dar una charla sobre el tema, bueno, agarraré libros, leeré algo y veré, pero seguramente voy a decir que no tengo tiempo para esa charla. No estoy demasiado preparado para hacerla y tengo a cargo dos comedores, construimos viviendas, queremos construir unos hogares transitorios para familias que están quedando en las calles. Gente de carne y hueso, que arrastran sus penas y su almita.
Pero en nombre del alma la Iglesia asesinó a mucha gente…
Sería muy reduccionista decir que fue en nombre del alma: en la invasión española a Latinoamérica ciertamente se discutía si los indios tenían alma; en el fondo, convenía que no tuvieran porque así los esclavizábamos mejor, con menos culpa. En definitiva, no les importaba el alma, les importaba el dinero, lo que ese cuerpo podía rendir.
EL PUCHO DEL CURA BROCHERO NO SE NEGOCIA
“Colillas de cigarrillos adornados con labios ajenos,/ kilómetros de listas de reproducción de melancolía, spotify la concha de tu madre./ Rodando y manteniendo la compostura,/ gusto a vomito en la mirada y sabor a lágrimas en la boca,/ Cayendo por imposibles realidades/ imaginadas en la cual la traición era cada vez/ más y más grotesca, al final soy mi peor enemigo./ Discursos de hijos de políticos que me hablan de la moral de la guita,/ nada sé y nada quiero saber.”
“Aullido”, Allen Ginsberg
¿Cuál es la imprescindibilidad del Papa en estos tiempos y en una institución como la iglesia? ¿Para qué sirve el éxito de un Papa?
(…)
Bueno, (…), ¿algo más desarrollado?
Es el símbolo de unidad, todas las instituciones tienen sus cosas. Más allá de que Francisco está haciendo un papado diferente, el papado tiene montones de vicios del Imperio Romano. Desde el cosito en la cabeza que se ponen los obispos, hasta el tema del centralismo. Nada es como fue al principio la iglesia. El papa era un obispo, entre otros obispos, y era el símbolo de unidad. Los obispos eran representantes elegidos por los propios cristianos. Hoy, el papa elige, él dice quién es el obispo de cada lugar.
Alguien, cuya palabra respeto mucho, me dijo que él hubiera preferido que el coordinador fuera como un pescador de Galilea y no esta jerarquía. A mí me da vergüenza la existencia de un Papa, me parece oprobiosa toda esa concentración de poder, en el cristianismo en el judaísmo, o en el “ismo” que fuere. Me parece una entelequia, me parece una cosa perimida, por eso pregunto a los que pertenecen a la Iglesia.
A ver, yo quisiera una Iglesia-Institución totalmente distinta, ¿sí? En términos, políticos mucho más democrática, muchísimo más pobre. También uno tiene que ver la historia, ¿vamos a tirar abajo el Vaticano? No, yo quisiera que dejara de ser un Estado. Claramente me hubiera gustado que el obispo de Roma sea como un pescador de Galilea. Además, la Iglesia, desde que pasa a ser la religión oficial del imperio, pasa a ser la máxima autoridad por encima de los reyes, por encima de los Emperadores. Esa máxima autoridad bendecía o maldecía todo lo que se hacía. Para mí, eso está muy lejos del Evangelio. La Iglesia, por otra parte, no es sólo la institución. Está la fe de la gente, estamos quienes intentamos acompañar la fe de nuestro pueblo. Siempre, en los peores momentos de la Iglesia, aparecía un Francisco de Asís. O -sin que sea santa de mi devoción, porque no solamente hay que curar a los pobres, sino también preguntarse porqué hay pobres e intentar cambiar las estructuras- apareció la Madre Teresa de Calcuta. Siempre hubo cristianos que, desde esa fe en el Jesús liberador, fueron capaces de plantarse y jugarse y transformar la realidad. A ver, mi jefe es Jesús y terminó para la mierda. A nosotros nos cuesta entenderlo, pero él estaba convencido de que el reino llegaba con él y termina en una cruz. Por qué me has abandonado son algunas de sus últimas palabras en la cruz…
Paco, alguna vez, debido a todas estas ideas que vos defendés y ejercés, ¿te sentiste solo?
Sí, seguramente, no estoy pensando en un momento puntual. Un momento difícil fue cuando me echó el obispo. En lo cotidiano, quizás no me siento muy cercano a los curas que más cercanos tengo físicamente y por eso formo parte del grupo de curas en la Opción por los Pobres donde yo me siento afectivamente e ideológicamente compenetrado. Como le pasó a Jesús y sus seguidores, somos –dicen- un grupo marginal.
¿Qué espacio tienen ahora dentro de la estructura del Vaticano?, ¿son reconocidos?, ¿hay apoyo de las autoridades?
Nosotros, formalmente y jurídicamente, no somos nada porque no quisimos. Somos un grupo de amigos curas que coincidimos en algunas cosas. Hoy tenemos dos curas del grupo que son obispos. Uno es el obispo auxiliar de Moreno y otro, el obispo auxiliar de Quilmes. Pero eso no lo decidimos nosotros. Eso lo decide Francisco con quien sea. Lo que quiero decir es que hoy, muchas de las cosas por las que nosotros continuamente batallamos, de alguna manera, desde Roma, se reconocen. Oscar Romero, Arzobispo de El Salvador, fue asesinado y su nombre resultaba una absoluta mala palabra dentro de la Iglesia Católica durante muchísimo tiempo. Fue Francisco quien lo subió a los altares. Ahora, para la Iglesia de la liberación, siempre fue San Romero de América, y no necesitábamos que formalmente lo declarasen beato o santo. Es más, eso tiene un peligro, el que nos lo quieran domesticar ¿no? Lo hacemos santo, pero lo domesticamos, como domesticaron al cura Brochero. Si ustedes ven ahora una imagen del cura Brochero, está sin el pucho en la boca, porque queda feo. Estará bien, para que a los chicos no les enseñemos a fumar, pero eso es domesticar.
A CONTRA VIENTO
“Mientras nosotros/ Morimos aquí/ Con los ojos cerrados
No vemos más que nuestra nariz/ Cómo mata el viento norte/ Cuando agosto está en el día/ Y el espacio nuestros cuerpos ilumina/ Señor noche, sé mi cuna/ Señor noche, sé mi día/ Mi pequeña almita baila/ De alegría, de alegría”
“Cómo mata el viento norte”, Charly García
Nos quedamos con algo para decir sobre el tema de las palabras y sobre el tema del cuerpo. Por lo segundo, cuando llegaste en moto y mientras cruzabas peligrosamente la avenida entre camiones con acoplado, tu imagen no coincidía mucho con el imaginario de cómo se maneja un cura. ¡Bienvenido! Por otra parte, dicen que tus misas son muy emotivas y ahí funciona un poco la palabra. Yo lo quería vincular con esto que vos decís que acá en el barrio y en muchos otros barrios lo que falta es posibilidades para la gente. ¿Cuán importante consideras también darles recursos de lenguaje?
¿A qué te referís con eso de recursos del lenguaje?
Alfabetización, lecturas, palabras para que puedan defender sus propios derechos, que puedan verbalizar su posición política. Desde una misa, se distribuye también lenguaje. La pregunta es qué compromiso tenés vos con el lenguaje, como cosa a ofrendar para los otros.
A ver, yo nunca me planteé nada parecido a esta pregunta. Sin duda, esto que vos estás diciendo, para nosotros -para quienes trabajamos juntos en la fundación Isla Maciel o en la Parroquia- es fundamental porque la vida no es solo ni muchísimo menos comer, sino que la vida va muchísimo más allá. Si algo le falta a mi hermano más pobre es la falta de varias herramientas que otros tenemos. Entonces, lo vinculado al lenguaje, en este sentido, es fundamental. Trabajamos todo lo que podemos el tema de la creatividad, el tema -si vos querés- de la poesía, de la lectura. También se trabaja desde el apoyo escolar o desde el gusto por leer, pensar, ser críticos, organizarnos para defender nuestros derechos. Tenemos talleres de lectura y todo lo que tiene que ver con con el arte, en el sentido amplio de la palabra, lo peleamos nosotros. Acá tenemos el Proyecto “Popa”, talleres de dibujo, de pintura, de lectura. Allá en frente, en la Boca, está la Fundación “Proa”. Para ir a “Proa”, tenés que tener dinero. Por eso nosotros somos “Popa”, a ver si desde ahí empujamos el barco para otro lado. Y, al revés de lo que decís de mis misas, yo me siento muy limitado. Hago lo que puedo. Creo que Dios quiere a los más pobres y lo demuestra en el día a día con Jesús, casi que soy monotemático con eso, así que la gente debe estar aburrida conmigo. Eso sí, intento que las misas no sean acartonadas como usualmente lo es la liturgia católica, pero bueno porque me sale así. Intento que sea un poquito menos solemne y hablar un poquito de la realidad.
TÓMEME ORAL, NO ESCRITO, POR FAVOR
“Si puedes llenar el minuto inolvidable/ con un recorrido de sesenta valiosos segundos. /Tuya es la Tierra y todo lo que contiene, / y —lo que es más— ¡serás un Hombre, hijo mío!”
“Si”, Rudyard Kipling
Vos escribiste tres cartas -dos a Michetti y una a Macri- y no encontramos ningún otro texto escrito por vos. ¿Alguna vez necesitas la escritura para manifestarte, aunque sea secretamente?
No, no, a mí me cuesta, me cuesta escribir, me cuesta encontrar los tiempos para poder hacerlo.
Cuando preparás la misa, ¿tampoco escribís?
No, leo algunas cosas, voy pensando algunas cosas y a veces hago algún esquemita, pero no es que yo escribo una homilía y la leo. Salvo en alguna ocasión específica. Por ejemplo, hicimos una misa por unos compañeros despedidos que llevaban un montón de meses en la puerta de la fábrica. Yo no quería decir cualquier cosa. Por esos días, recordé una canción de Atahualpa Yupanqui que dice “dios come en la mesa del patrón…”. Y, ahí tomé eso de base y escribí la homilía que terminaba algo parecido a esto: “Ojalá algún día, dios no coma en la mesa del patrón, sino en la del obrero.”
Varias veces citas la poesía. ¿Qué te aporta la poesía?
Este mundo es bastante feo, pero tiene cosas muy lindas. Y, para mí, la poesía es eso. Es belleza. El mundo tendría que tener un destino de belleza y no un destino de fealdad. Y también hay mucha belleza que no se ve. Cuando uno entra en la villa, la villa es fea. Por el barro, porque las casas están hechas como buenamente se pudo. Ahora, dentro, hay una belleza impresionante que solamente pueden verla las personas que se meten ahí. Aunque uno no entre físicamente, también puede estar abierto a mirar. Ni Macri, ni los Calcaterra van a poder entender nunca la belleza.
NI MADRE, NI PADRE
“Mi vida es un infierno, mi padre es chorro, mi madre es puta,
vos me mandás la yuta y yo te mando para el cajón.”
“Violencia”, “Agarrate Catalina”
Esta vez, el tema de nuestra revista es la orfandad. ¿Cuáles son las orfandades más urgentes, qué vivimos ahora?
Yo me quedé pensando cuando leí las preguntas que me mandaron. Y digo: los pobres son huérfanos del Estado, de este Estado. El Estado tendría que ser como un padre o una madre buena. Y, como cualquier mamá buena o cualquier papá bueno, deberían querer a todos sus hijos, pero se tiene que preocupar más del más chiquito o del que nació enfermo o del que durante tal semana se enfermó. Y no es que no quiera al otro. El Estado debería ser así. En otro momento hubo Estados más presentes, que hicieron que hubiera un poquito menos de orfandad. Hoy estamos huérfanos de muchísimas cosas. En líneas generales, de políticas públicas. Hoy, en la Provincia de Buenos Aires, no tenemos un Estado -ni nacional ni provincial-, que esté presente. Un ejemplo: acá, el puente Nicolás Avellaneda se está viniendo abajo y se hizo a nuevo hace cinco o seis años. Otro ejemplo: ahora tenemos comedores populares conducidos con el esfuerzo de la gente. Antes, cada uno comía en sus casas.
Qué importante que la gente tenga un lugar donde volver…
Sin duda. Nadie tendría que comer en un comedor. Nosotros, siempre que hacemos actividades, intentamos terminar con una comida. Pero la comida como momento de encuentro, no como necesidad, como es ahora, porque si no, muchos se irían a dormir con la panza vacía.
Y vos, ¿en qué te sentís huérfano?
Yo me siento huérfano de la iglesia institución, de esta iglesia de la que hablábamos antes. Hoy no me siento huérfano de Francisco y tampoco me siento huérfano de mis compañeros del grupo de Opción por los Pobres. Sí siento una lejanía muy grande de otros compañeros sacerdotes. Hay distintas versiones de dios, por tanto, distintas versiones de la idea de iglesia.
CORPUS FEMINIS
“En la cima de la alegría he declarado acerca de una música jamás oída. ¿Y qué? Ojalá pudiera, vivir solamente en éxtasis, haciendo el cuerpo del poema con mi cuerpo, rescatando cada frase con mis días y con mis semanas, infundiéndole al poema mi soplo a medida que cada letra de cada palabra haya sido sacrificada en las ceremonias del vivir.»
“El infierno musical”, Alejandra Pizarnik
¿Cómo habla un cura de la sexualidad desde un lugar vinculado al deseo y no a la culpa? Si es que lo hace….
Los curas no tenemos que meternos en la cama de nadie. El otro día vino un pibe, un periodista de Zaiat, y me preguntó “che, y vos que pensás de la homosexualidad, porque yo soy homosexual”. Me importa un carajo lo que sea cada uno. Creo que era el mismo San Agustín el que decía “Ama y haz lo que quieras”. ¡Quién soy yo para meterme en la vida del otro! Yo puedo acompañar en el respeto al otro: en intentar que no haya un embarazo adolescente no deseado. Pero, como dije antes, no me meto en la cama de nadie.
Hay casos y casos. Por ejemplo, si una mujer no tuviera 9 hijos y solo tuviera el deseo de ligarse las trompas, ¿qué dirías?
Tiene lo que marca la ley que está muy bien hecha. Si quiere hacerse la ligadura de trompas y tiene la edad, que haga lo que quiera. Yo puedo ayudar a la gente para que pueda acceder a su derecho, para que nadie le imponga su posición y lo obligue a decidir contra sí mismo.
¿El aborto también es un derecho?
A ver, los curas villeros hicieron un comunicado donde dan una serie de razones por las cuales están en contra de la despenalización del aborto. Nosotros los curas en Opción por los Pobres no hicimos un comunicado, ni lo vamos a hacer. También el silencio habla y también hay otras personas dentro de la iglesia católica que pueden hablar y tienen más autoridad. Por ejemplo, las católicas por el derecho a decidir, que son feministas, católicas.
Pero si una chica de acá del barrio, viene con la problemática y te dice “Paco, quiero abortar”.
Depende, depende. Hay que escuchar. Nunca le voy a decir “sos una asesina”. Como cura, muchas veces acompañas mujeres que lo viven como un verdadero calvario. Y hay otros temas complejos como este. Por ejemplo, yo creo en la muerte cerebral. Si yo tengo muerte cerebral y viene alguien y pregunta, che, ¿los órganos no los donan? Y los órganos están vivos, pero ahí no hay un ser humano, ahí ya no hay alma. Ahí se murió alguien.
No creo que la Iglesia cambie nunca oficialmente su posición sobre el aborto. ¿Y sobre el celibato?
Sí, yo creo que lo del celibato se cambiará. En una cosa se juega la vida, en otra cosa antes se jugaba la propiedad y una mentalidad. El cuerpo es malo, el alma es buena.
¿Vida es igual a alma?
Ese es el tema, Santo Tomás decía que, recién a los dos meses, el embrión recibía alma. Pobre Santo Tomás, con esa postura… no se refería al aborto. En ese tiempo la cuestión era a dónde iba esa criatura si había un aborto espontáneo. Lo del alma, no es el punto desde el cual yo lo pensaría…
A mí tampoco me importaría si no fuera que ese tema decidió la vida de un montón de gente: la que tenía alma de bruja -el alma tomada- fue quemada, asesinada y demás. Y, en nombre de eso, se sigue estigmatizando y haciendo muchísimo daño. Esa es la única importancia del alma.
Creo, como enfermero, que este es un problema de salud pública. Está bien que la iglesia católica dé su opinión. Que haya un debate. Hoy tenemos una Conferencia Episcopal un poquito distinta. Anteriormente era anatema: es decir, todos los partidarios del aborto son asesinos y salimos con el hacha a cortar cabezas. Ahora la conferencia se pronunció en contra pero pidió que hubiera un debate serio, sincero. No es poco, no es poco. Que se debata y que se sancione una ley que tenga también en cuenta el sentido mayoritario de la población…
Mirá…
¿Eh?
Nada, los macristas tuvieron mayoría con construcciones mediáticas.
Sin duda, le tomaron el pelo a mucha gente, les mintieron, pero con mucha alegría y colores.
Todas sufrimos consecuencias no optativas y la legalización del aborto es opcional. El problema siempre es el mientras tanto, allí suceden los hechos. Esto es igual a decirle a la gente que se está cagando de hambre, mirá, son los ciclos, las democracia hay que respetarla, tenés que esperar cuatro años a ver si te podés dejar de morirte de hambre. Lo mismo, con el aborto. Ya sucede. Yo el problema lo tengo hoy. La verdad es que las mayorías empiezan a votar, empiezan a decidir y las cosas están ocurriendo todos los días, y las mujeres tienen su propio cuerpo. ¿Cómo yo voy a dejar en manos de las mayorías decidir sobre mi cuerpo?
Lo que yo quería decir es que las leyes tienen que tener un consenso. Pero, de hecho, tenemos muchas leyes que no tienen consenso y nos las imponen y otras leyes que porque no tienen consenso, no se usan o terminan muriéndose. Acá, en concreto, hay mujeres que están pasando por la situación y, por eso, hay que tener una ley, para que no tengan que buscar un camino alternativo. Es decir para que no se resuelva mejor para la que tenga plata que para la que no.
Pensaba otra vez en el alma. Cuando decías lo de la muerte cerebral y la donación de órganos, esos órganos están vivos, que los use otro, ya no hay alma. Y, en el otro extremo, en el momento de la concepción podríamos decir, hay vida. ¿Pero hay alma? Porque también está el tema de los sacramentos, ¿no? Desde el bautismo somos hijos de dios. ¿Y antes?
Cuándo decís ¿hay alma? Creo te refieres a si hay ya una persona en el momento de la concepción. Eso es parte de la discusión. Lo otro, como ya creo dije anteriormente, para mí todos somos hijos de Dios, bautizados o no.
Yo no soy, yo no estoy bautizada. Soy huérfana.
Para mi tú eres mi hermana, hija del mismo Padre-Madre Dios; por tanto con vos y con cualquiera habré de construir esa fraternidad universal donde no haya ni mío ni tuyo, donde nadie pase necesidad.
Sería como una hija que no pasó por el registro civil…
¡Me hacés reír!
¿Y qué pasa si tu hermano, el otro, es un tremendo hijo de puta?
Volvemos a lo de antes: misericordia y justicia.
NO TE OLVIDES DE MAMÁ
“Tú, Madre siempre temible. Ballena de todos los cielos/ Tú, Madre siempre bromista. Vecina del perejil pastado. /Sabes que yo comprendo la carne /mínima del mundo”
“Luna y panorama de los insectos”, Federico García Lorca
Volvemos al tema de la revista, ¿dios es huérfano?
Dios no es huérfano porque es comunidad. Nosotros creemos que Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Familia, algo así como una cooperativa socialista. De capitalismo, nada.
Madre, ¿no?
Madre, también, hoy podemos decir eso. Sí, pobre, pobre Jesús. En su época él fue un verdadero revolucionario con las mujeres. Después hicimos una iglesia absolutamente, patriarcal y machista. Está bien: padre, madre, hijo y espíritu santo. Dios no es alguien solo. Ahora, muchas veces, debe sentir,¡uf!, ¡qué mal me salió todo! ¡No me hagan tantas preguntas de estas que me van a sacar la fe!
Cuando el pobre votó “Cambiemos” ganó “una estrategia de lenguaje”. El sustantivo estrategia es femenina. Una femenina muy jodida ¿Y nosotros qué?, ¿qué ofrecimos como estrategia de contra?
Creo que parte de la estrategia tendría que ser resignificar las palabras de verdad…
Pero, ¿lo estamos haciendo?
Hay que hacerlo. A ver, nos dicen que es sinceramiento y es ajuste. ¿Reforma previsional? Ninguna reforma, es ajuste previsional.
Pero, Paco, ¿nosotros qué devolvimos? Seguimos, meta decir que la patria es el otro entre nosotros. Ellos se cagan de risa. Todos tienen clarísimo que ese es el lugar donde se dirime la batalla, y los días siguen pasando. Y los años siguen pasando.
Yo estoy acá en el barrio. ¡Qué sé yo…! Me diferencia de ellos en que realmente creo que la Patria es el Otro y ellos piensan que la Patria está en Panamá, las Bahamas, en Miami. Entonces, no voy a sacrificar todo en vistas al marketing. Hay cosas que no se negocian.
¡Pero tu barrio lo está padeciendo! Es por eso que yo te preguntaba si, con tu gente, piensan las palabras…
Sí, a ver. Yo tampoco me quiero poner en ilustrado: yo pienso y ellos no piensan.
¡Al contrario! Mi verdulera, cuando fueron las elecciones, me dijo, la más lúcida del barrio: “Obrera no vota patrón”. Fue la única. “A mí con el rubiecito no me vengan”. Nos tenemos que dar una estrategia. Tenemos que buscar una, entre todos. Desde el barrio, justamente, desde ahí.
Está bien. Pero, cuando vos decís nosotros, ese nosotros es muy amplio. Yo formo parte de ese nosotros, pero soy una partecita, hay otros que tienen mucha más responsabilidad en estas cosas. Justamente nuestra próxima reunión del grupo de curas en Opción por los Pobres la vamos a dedicar para hablar sobre el tema de la psicopolítica, porque sí, nos preocupa, porque sabemos que hoy te formatean. Ahora nos quieren hacer creer que somos libres, cuando es el sistema quien nos controla y explota nuestras decisiones. Todas estas cosas tenemos que estudiarlas para poder enfrentarlas.
Esto que voy a leer es de la última “Cumbre de comunicación política” que se hizo en Argentina el año pasado. Y uno de los más importantes asesores, gurúes, que fue gurú de Massa, dijo “dios mira el interior, las personas miran el exterior, preocúpense por trabajar el interior para dios y algo lindo en el exterior”. Esta es la base de la comunicación política de Durán Barba.
Será su “dios”, el mío es el de la Misa Campesina nicaragüense, mira de otra manera:
“Yo creo en Vos, Cristo obrero,
luz de luz y verdadero unigénito de Dios;
que para salvar al mundo en el vientre humilde
y puro de María se encarnó.
Creo que fuiste golpeado, con escarnio torturado,
en la cruz martirizado siendo Pilato pretor,
el romano imperialista, puñetero y desalmado,
que lavándose las manos quiso borrar el error.
Yo creo en Vos, compañero,
Cristo humano, Cristo obrero, de la muerte vencedor;
con tu sacrificio inmenso,
engendraste al hombre nuevo para la liberación.
Vos estás resucitado en cada brazo
que se alza para defender al pueblo del dominio explotador;
porque estás vivo en el rancho, en la fábrica, en la escuela;
creo en tu lucha sin tregua, creo en tu Resurrección.
Creo en vos
Constructor del pensamiento
De la música y el viento
De la paz y del amor.”
¿Me quedé en los setenta? Pero bueno está claro que hay que cuidarse y defenderse de esos gurúes neoliberales.
MAMARRACHITO TUYO
“Perdón, temo pedirlo y que me lo concedan… ¿Cómo hace el culpable para vivir con el perdón a cuestas?”
Liliana Bodoc, «Los días de la sombra«
Macri no es católico. No sabe ni hacer la señal de la cruz. Balbucea, mueve los labios cuando se reza el padre nuestro. Solo se reúne con Ravi Shankar ¿Vale la pena hablarle de Jesús a esta persona?
¡No es católico no porque no sepa hacer la señal de la cruz, no es católico por lo que hace! Vos preguntás por la carta que yo le escribí. Le escribo desde Jesús, como cura. Yo no quiero convertirlo a la fe católica. Lo que le quiero decir es, “flaco, sos un…”
¡Un mamarracho!