La decisión: sobre el programa radial “Vayan a Laburar”
SINTONÍA DE GOL
Es domingo por la tarde y transmiten un partido de Argentinos Juniors contra Boca. Papá mueve la perilla de la Spica, hasta dar con la sintonía de los 4 goles que Maradona le metió a Gatti en la Bombonera. Los goles tienen esa capacidad de expresión corta y abundante. Intensa. Mi papá -Goyito- fruncía el ceño, se restregaba las manos con fuerza y sonreía. La radio hace feliz a la gente. Ser de Argentinos Juniors le cabía a su bajo perfil, no era un tipo de enrostrarte los goles en la cara, pero eso sí, tenía una risita burlona. La sufrí ese día de 1980, porque yo soy de Boca.
CONSPIRAN EN LA NOCHE
Voces aliadas con el insomnio demoran la madrugada. De 2 a 6, Martín Piqué, Juan Facundo Cardoso y, a veces, Jorge Dorio me hablan al oído desde de la almohada. Murmullos que hechizan la noche y desvanecen las horas.“Vayan a Laburar” es un espacio de intersección de ideas -política, filosofía e historia- que impide conciliar el sueño.
Hay cierta complicidad en las madrugadas, un cuidado en las palabras susurradas sin apuros, una dimensión diferente del tiempo: cada segundo es un universo que estalla. En esa tonalidad de bajo perfil, analiza la política Rodolfo Montes, los lunes a las 3.
MAR DE LAS UVAS
Otras veces la perilla gira de la mano de mi madre. Limpia, mientras suena Mercedes Sosa,
“Cuando tenga la tierra
Te lo juro semilla que la vida
Será un dulce racimo y en el mar de las uvas
Nuestro vino, cantaré, cantaré.”
Por aquel entonces, una radio en la cocina abría el camino directo a la música. Mamá buscaba las letras en el cancionero y cantaba afinada, con la escoba en mano. Yo la espiaba desde mi sillita de mimbre. Eran buenos tiempos. Quiero traer esa parte a la memoria. Aunque sean retazos.
TRIBU IMAGINARIA
“Vayan a laburar” es un programa de culto. Una tribu imaginaria a la que espío. Una referencia y un anclaje.
Los viernes a las 4, por ejemplo, Julián Fava hace delicias con la filosofía y el peronismo. Y yo subo el volumen, callo y escucho. O, mejor dicho, dormito y escucho. El otro día, junto a Martín Cardozo dieron una clase sobre Kusch, un antropólogo y pensador irreverente: “siempre vemos a América con un rostro sucio, que debe ser lavado para afirmar nuestra convicción y nuestra seguridad”. Cosas así pasan. Algunas ideas son bellezas de la imaginación.
https://radiocut.fm/audiocut/rodolfo-kusch-una-filosofia-desde-nuestra-america/
Ese entramado, esas dimensiones de análisis, intensifican mi capacidad de entendimiento, pero, cual Cenicienta a medianoche, la lucidez cede lentamente y el sueño la difumina en imágenes oníricas que, durante el día, me llevarán a recordar la insistencia de alguna idea. A veces las palabras hacen lo suyo.
GANATE ALGO
Hace unos años a mis padres se les dio por llamar a las radios y participar de los concursos. Jugaban a contestar preguntas y recibían premios de libros, entradas teatrales o felicitaciones y saludos al aire. Buscaban esos inesperados momentos. Los provocaban. Eran temas de conversaciones familiares. Inclusive, trabaron amistad con una locutora, a la que a veces encontraban por el barrio y con quien tomaban un café. La radio hace feliz a la gente.
RETAZOS
Por la madrugada, en esa suave oscuridad, sueño mundos en las palabras. Decido estar despierta, mover yo también la sintonía, darle más volumen a la radio y saltar a otra orilla empapada de luz, sin destino, ni rutinas, con la ilusión de que la semilla dé, por fin, un dulce racimo. Es un agujero en la continuidad, una forma de desautomatizar lo actual. Se los recomiendo, aunque ojo, es adictivo abundante e intenso. La radio hace feliz a la gente. Así que ya saben, si me sorprenden por ahí papando moscas, es que me quedé escuchando, meta espiar las voces de “Vayan a Laburar”.