El azar: sobre “El club de los 27”.
Por Esteban Massa
“No me fío de la rosa / de papel / tantas veces que la hice / yo con mis manos.
Ni me fío de la otra / rosa verdadera, / hija del sol y sazón, / la prometida del viento.
De ti que nunca te hice, / de ti que nunca te hicieron, / de ti me fío, redondo /
seguro azar.”
Pedro Salinas, escritor y poeta español
CARAMBOLA A TRES BANDAS
¿Qué es un club? Mi desprevenida memoria primero se sorprende con la idea de los clubes de barrio, organizaciones que traman la vida social, la contienen y la atraviesan de manera horizontal. En ellos hay lugar para la niñez, la adolescencia, la juventud y, también, para los y las que peinan canas.
- Ma, me voy al club a jugar al básquet.
- ¿Con quién vas, Julito? –Pregunta ella, mientras seca sus manos en el delantal floreado.
- Paso a buscar a Claudio, má, como siempre.
- Volvé antes de las ocho y media, así te bañas y cenamos temprano. Tu padre llega cansado del trabajo.
- Sí, vuelvo con el abuelo, debe estar jugando al billar con Don Pepe.
- Recordá que mañana yo tengo gimnasia, Julito, así que te quedás acá.
Sin conciencia, a veces el club limita la aparición del azar en las vidas de sus integrantes. Da certezas, respalda a las instituciones en el desarrollo y en la evolución de las personas. Es el primer beso de dos adolescentes, la mirada triste y perdida de un viejo frente al vaso vacío de Cynzano, la pelota que ingresa al aro y la sonrisa eterna de Julito, las mujeres meta baile, gimnasia y risas. Una mesa de ping pong destartalada mira la multicolor escena.
No todo es alegría, aunque el club resulta una caja de resonancia de vidas identificadas por una causa común que acobija. Y donde hay causalidades, la casualidad no encuentra una silla para ver la función. Solo le queda colarse, clandestina, y buscar la presa con mirada traicionera desde atrás de una columna, en un ruego al destino para que la certidumbre no la descubra infraganti.
ENVIDO, QUIERO 27
“El azar en el tenis funciona igual que en la vida. Se tarda mucho tiempo en entender que no todo depende de uno. Y, al fin, te liberás de la responsabilidad de controlar todo”
Martín Vassallo Argüello, ex tenista y actual presidente de la AAT
El Club de los 27 no es precisamente un club de barrio, pero su piedra fundacional encuentra ligadura en lo popular: la música como fenómeno artístico y excluyente, con condimentos de fanatismo, la construcción de tribus encolumnadas detrás de un líder, la pasión y el sentido de pertenencia.
Todos lo experimentamos alguna vez: la poética de una canción conmueve con la misma intensidad que el paso de ballet de un pibe con la pelota, en el rectángulo de baldosas rotas.
Y se funda sin corte de cinta, al paso lento de un funeral inesperado. Un galpón imaginario con gradas de madera flojas acobija a los socios.
En este club tenebroso, el azar tiene relación con la muerte, con una infame lista de músicos talentosos y populares que murieron de manera imprevista, a los 27 años.
El origen del “Club de los 27” se remonta al final de la era de la paz y el amor. Alan Wilson, Brian Jones, Janis Joplin, Jimi Hendrix y Jim Morrison murieron entre 1969 y 1971. En ese momento, nadie tomó nota de la azarosa similitud de edades entre ellos. Casi veinticinco años más tarde, Kurt Cobain, el compositor y cantante del grupo grunge, “Nirvana”, se suicidó también a los 27 años y sacó el carnet de socio honorario del club. Los medios se hicieron eco de una frase pronunciada por la madre de Cobain en una entrevista: «Ahora se ha ido y se ha unido a ese estúpido club«. Ella desconocía la existencia del “Club de los 27”, solo se refería a los suicidios de sus dos tíos y al de su tío abuelo, pero se dio por sentado que hacía mención a los otros músicos fallecidos a la misma edad que su hijo.
Este club ordenó, encuadró y encerró entre cuatro paredes a aquello que no podemos ver, tocar, oler, presagiar. Como una convención de lo impredecible, logró construir el marco legal para la fatalidad. El azar atrapado no es poca cosa. Comparte celda con fantasmas de jóvenes que ya no brillan. Quiere hacer de las suyas, pero debe esperar. Hace diez años que no se suma un nuevo socio al club. Y eso, con poco margen de error, tiene relación con su confinamiento.
TRES TRISTES TIGRES
“Vive rápido, muere joven y deja un bonito cadáver”
James Dean
Podría haberlo hecho al azar, colocar en una bolsa del chino unos papelitos con los nombres y sacar un terceto. Pero elegí contrariar a lo impredecible, en un acto de rebeldía por todas las cosas que nos pasan a diario y que están fuera del radar de los planes conscientes.
Brian Jones (1942-1969)
Tiene el triste honor de ser quien inauguró el «Club de los 27». Jones fue uno de los miembros fundadores de la mítica banda “The Rolling Stones”, donde tocaba la guitarra y también, la armónica. Jones dejó la banda de Mick Jagger en 1969, por diferencias con sus integrantes. Poco después, el 3 de Julio de ese año, apareció muerto en la piscina de su casa. La causa oficial de su muerte fue por ahogamiento, tras sufrir un ataque de asma, mientras buceaba en su piscina.
Amy Winehouse (1983-2011)
La muerte de la cantante británica Amy Winehouse, el 23 de julio de 2011, la convirtió en la última gran estrella en ingresar al club. Winehouse disfrutó de una breve y exitosa carrera, pero también vivió al límite del alcohol y de las drogas. Sin embargo, las pruebas toxicológicas no hallaron en su cuerpo sustancias ilegales. Su muerte se debió, según la autopsia, a un exceso en el consumo de alcohol.
Rodrigo Bueno (1973-2000)
El “potro cordobés”, popular cantante de cuarteto argentino, tuvo una efímera y trágica trayectoria. El apogeo de su carrera terminó el 24 de junio de 2000, en un accidente automovilístico, cuando regresaba de un recital en la ciudad de La Plata.
La historia del club de los 27 fue llevada al cine en esta comedia negra protagonizada por Diego Capusotto.
Tráiler:
En Buenos Aires, durante una noche del verano más caluroso en 20 años, Leandro De La Torre, un famoso cantante punk, sale disparado por una ventana e impacta sobre el techo de un auto. Es el día de su cumpleaños número 27. Paula, una joven fan del músico, graba todo con su celular. Lejos está de saber que, en aquel video, se encuentra la clave detrás del asesinato del músico. Martin Lombardo, un acérrimo hincha de Racing Club, es el detective encargado de investigar el caso. Junto a Paula, descubrirá la conspiración detrás de las muertes de todos los famosos roqueros que fallecieron a los 27 años.
ÚLTIMOS DÍAS DE LA VÍCTIMA
Julito se pegó una ducha al llegar del club. Su madre le secó la cabeza con una toalla áspera y luego con el secador. Le tiraban los pelos, pero no dijo nada. Se calzó el pijama y se tiró sobre la cama a descansar: sonaba como siempre el tocadiscos. Julito sonreía al escuchar “About de girl”, de Nirvana. Desde el living, recibía la visita de los aromas a whisky y cigarros negros de su padre. No podía dormir, contó ovejas saltar vallas de madera, y el sueño apareció con furia: 22, 23, 24, 25, 26, 27…
Video de Nirvana de la canción “About de girl”