Por Santiago Resnik
La Velocidad: Un momento de lucidez
PUNTO MUERTO
Su nombre no viene al caso, sólo importa que era real.
Desde su silla sentía la brisa viciada del conglomerado apenas disiparse en la altura. Eso lo dejaba ciego ante la esterilidad hecha carne: vigas, ladrillos y cemento. Las mismas estrellas -siempre olvidadas- lo abandonaban en sus sueños de locura y no le dejaban más que un lienzo oscuro y agobiante.
Fuera de pista: Cuando la falta de luz rodea, sólo la luna resalta los delirios de control social. Entonces, de quién desconfiar más, si no de aquel que todo lo ilumina: el sol. Pero, ¿alguna vez fue observado largo y tendido por algo o alguien? Todo lo enceguece, desde el alba al ocaso. Luego cae la noche y, con ella,el delirio de que la Luna no muestra nada y solo resta cerrar la cabeza hasta que, de nuevo, asome el Sol.
PRIMERA MARCHA
Los años pasaban y él, dale observar. Hora tras hora, había aprendido de memoria los cantos de los pájaros en las madrugadas y las puestas del sol en cada estación. Además, había memorizado los movimientos de la luna: algún que otro día, más plateada; otros, casi inexistente, pero siempre rodeada por esa opresiva oscuridad. Así y todo, nunca perdió su calidez. Nada ente los sucesos le era ajeno. Ella devolvía una mirada perdida y lejana y eso bastaba para arrebatarlo -aunque más no hubiera sido, por un instante- del delirio de cada vigilia. Él, desde su reposera y concentrado, sentía los alaridos desgarrar las profundidades. Luego los oía perderse en la marea putrefacta que, oleaje tras oleaje, se colaba por las ventanas de su alrededor. Sólo en los sueños se está a salvo.
Fuera de pista: Siempre hay varias posturas. Escuchar la campana predominante es, tal vez, lo más sencillo a seguir. O acaso sea esa la ceguera: un modo de arrellanarse en el sillón más confortable. Pero, ¿cuándo es que uno encuentra el detalle más rápidamente?, ¿cuándo la imagen está velada? o ¿cuándo la oscuridad otorga la bendición contraste?
Hay una gran ficha que espera caer sobre cada cabeza. Sólo es cuestión -para empezar- de querer verla. Aunque, una vez vista, solo tarda una fracción del momento más veloz en caer. Algunos confunden esto con loes instantáneo. Pero esa fracción implica poner la mano sobre la vista y quitar el exceso de luz del medio. El análisis reside en cuánto puede tardar alguien en alzar la mano, no en cuán veloz llega.
VELOCIDAD CRUCERO
Con solo un parpadeo y no vio más los edificios. La baranda de la terraza ya no estaba junto a sus pies. El sol lo encandilaba y el suelo se sentía raro. Desvelado, reconoció a uno de sus vecinos del edifico al lado de una pelota, en uno de los laterales de la cancha. Estaba rodeado de rostros deformes e irreconocibles. La muchedumbre se reunía cada vez más cerca del campo de juego y murmuraba a un volumen de griterío. El vecino vestía la casaca número 9 de un equipo inexistente. Sin poder moverse y con el balón en sus pies: esa es la foto que todos observaban. Tal vez, recordó una época en que todo era más directo, pero entonces la idea de salir jugando se frustraba en cada intento. La pelota, torpe y desde su pie derecho, simplemente se perdía en la sombra, detrás de la línea brillante de cal. Los contrarios jugaban rápido y el único movimiento al que atinaba era a un gran suspiro de pesar.
Fuera de pista: Quizás la solución sea levantar la mano y focalizar. Sin embargo, está el ejemplo del ‘homo sapiens superior’, que sólo escucha su receta para buscar un resultado diferente. Las acciones basadas en el juicio de valor ajeno: uno de los grandes jinetes en las revelaciones del sol.
PAGAR EL PEAJE
Al comenzar otra noche más, quedó perplejo. Ella nunca había estado tan brillante, su luz bañaba el techo completo. Aunque, al levantar la vista, no entendía por qué se la veía tan lejana. En eso y luego de arduo trabajo, su cabeza finalmente bajó las revoluciones. Esta vez se encontró frente a la bacha de una cocina muy familiar. Había pasado mucho tiempo desde su última visita a aquel lugar. En la pileta había cuatro tenedores, cinco cuchillos y una cacerola sucia y vacía. Lavó todo, pero no dejó nada en el secaplatos. Tampoco escurrió con un repasador ni guardó ninguna cosa en el cajón. Cerró la canilla y dejó el asunto ahí mismo. Inmediatamente, giró en semicírculo y observó dos gatos que comían de sus compoteras –una verde y otra violeta- y un tercer recipiente,rojo con agua, entre los dos felinos. Qué sencillo: para ellos sólo eran platos grises. Se sentó y contempló su cena completa, encontró esa misma comodidad de cuando la Luna se dejaba desnudar.
Fuera de pista: No hay nada más simple que estudiar lo ajeno. La ficha se ve en alta definición, en una cámara lenta y cremosa. Entonces, ni el más mínimo rasguño se salva de pasar desapercibido. La relatividad juega con la mente. Sin embargo, cuando la ficha se encuentra justo por encima de la cabeza y la mirada halla su ángulo, se puede decir que el suceso ocurre “a toda velocidad” o “a la velocidad de la luz”. Pero ninguna de las afirmaciones resulta la correcta. La velocidad simplemente “es”. El intento por medirla resulta una fantasía meramente humana.
LA REALIDAD EN FORMA DE FICHA
Casi asustado, abrió los ojos. Ahí estaba él, sobre el techo, siempre sobre su reposera. Los edificios lo observaban, el sol asomaba sus campanas por la espalda. Hacia el frente, era otra la historia, la noche aún libraba su batalla. No entendía el sobresalto. Se restregó los ojos y descubrió una servilleta posada en su pecho. Sólo llevaba escrita una palabra: “secreto”. Varias horas pasaron y él sólo leía,secreto… secreto… secreto. Y releía casi obsesivamente: secreto… secreto… sequetro. El sol ya todo lo anunciaba, la sombra no tenía dónde predicar. El astro, a diferencia de ella, era torturador. Y, como siempre,no se dejaba ver, aunque todo lo mostrara a flor de piel. El sol no lo consolaba como ella. Peor, lo enloquecía.
Y, cuando ya no hay pista, todo resulta sencillo como una palabra que se disloca y pierde sentido ante la repetición (Secreto/Sequetro). Si el Sol juega con fuego, también se va a quemar. Y si se quema…¿quién va a ser capaz de soñar?
Fuck! O sea: ! ! Qué lo parió!
Buenisimo, profundo y, a la vez, simple.