SÍ ES

La desobediencia: sobre el espectáculo “Noestango”.
Por Estela Colángelo

SE DICE DE MÍ…

Acudimos al convite y nos reciben cinco músicos de excepción, “El Quinteto Revolucionario”, quienes llevan una vida dedicada al tango de Piazzolla y ¡vaya si honran a otro desobediente! Ganadores del Grammy Latino en 2019 y Quinteto Oficial de la Fundación Piazzolla.

Pero volvamos al espectáculo: al poco aparecen los bailarines de “Noestango”, grupo de danza fundado por Ollantay Rojas, Lisandro Eberle y Milagros Rolandelli. Entre otras significativas actuaciones, en 2021, una residencia artística en el Centro Cultural General San Martín  dio origen al espectáculo.

El número que convoca a la revista es la desobediencia: ¿nos los íbamos a perder?

MEMORIAS TANGUERAS

El espectáculo “Noestango” trae a mi memoria a Jorge Luis Borges:

ALGUIEN LE DICE AL TANGO
Tango que he visto bailar
Contra el ocaso amarillo
Por quienes eran capaces
De otro baile, el del cuchillo.
Tango de aquel Maldonado
Con menos agua que barro, 
Tango silbado al pasar
Desde el pescante de un carro.
Despreocupado y zafado
Siempre mirabas de frente.
Tango que fuiste la dicha
De ser hombre y ser valiente.
Tango que fuiste feliz,
Como yo también lo he sido,
Según me cuenta el recuerdo;
El recuerdo que fue olvido.
Desde ese ayer, ¡cuántas cosas
A los dos nos han pasado!
Las partidas y el pesar
De amar y no ser amado.
Yo habré muerto y seguirás
Orillando nuestra vida.
Buenos Aires no te olvida
Tango que fuiste y serás

Borges escribe que “un alguien le dice al tango”. Los hacedores del espectáculo les preguntan y se preguntan por esta expresión artística y su presente marcado por el homenaje. Veamos qué dice este decir.

ENROQUES DEL TIEMPO

En el corazón de la obra está la interpelación al “cómo serás, tango”. El contraste epocal aquí no es mediado por la palabra, como en el poeta, sino con imágenes proyectadas, en un caso, y actuadas magníficamente todo, el tiempo. Rostros andróginos, vestimentas inusuales -¡si Gardel los viera con shorcito y ropas deportivas en el escenario!- y precisas acciones.

Puesto a rememorar los inicios -la época cuando el tango era cuestión de hombres, y solo era posible entre pares-, “Noestango” propone personajes femeninos que tratan a los “varones” como históricamente ellos han tratado a las mujeres, desde todo tipo de estereotipos. Una búsqueda por demás interesante que genera otra poética, otro universo, otro lenguaje. He aquí su decálogo:

Un espectáculo donde cinco músicos y cinco bailarines entregan con pasión lo mejor de sí en un “Noestango” que, desde todo punto de vista, pone en escena no “un ser del tango”, sino su múltiple desplegarse. Y en esa multiplicidad -investigadores ellos, conocedores y amantes del tango-, explicitan sus inquietudes:

“¿Qué hacer hoy con ese legado del cual solo queda nostalgia de otrora música de Buenos Aires y una danza arrasada por la industria cultural?
¿Qué sucede cuando una música y una danza estrechamente atadas al pasado se sumergen en un presente lleno de deconstrucciones y rupturas?”

Y ya que hablamos de rupturas, ¿te parece poco desobediente, que una bailarina de tango arrastre a su partener masculino por el escenario, “como un trapo de piso”?, ¿te parece poca audacia que un espectáculo afirme en su puesta lo que niega en su nombre? Todo esto es “Noestango”: un gran sí, un gran ser.