Por Néstor Grossi

Velocidad: sobre súper héroes de comics.

 

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Cuando hablamos de comics, hablamos de historietas yanquis, de dos editoriales que se adueñaron del mercado a finales de los años treinta: MARVEL y DC comics. La guerra en eterno retorno, un permanente River-Boca con incidentes afuera y adentro de la cancha.

Pero no quiero ponerme a hablar de la rivalidad entre ambas compañías, ni de si Marvel es más juvenil o DC más oscuro; tampoco quiero saber quién empezó la guerra, si los lectores o las editoriales. Y otra cosa que no quiero hacer – aunque es inevitable al hablar de comics y gente disfrazada – es caer en estúpidos debates nerds y comparaciones del calibre ¿quién es más fuerte o más resistente?, ¿quién puede volar más alto o más rápido? O, ¿qué pasaría si se enfrentasen, en un callejón oscuro, los Avengers contra la Liga de La Justicia? ¿Arreglarían a puñetazos las diferencias entre las editoriales?

Y, aunque no quiero, de todas esas preguntas, hay una que importa. Sobre todo, al hablar de la velocidad en el mundo del comic: lo primero que me viene a la mente, ¿hay algo más que pueda saberse, además de cuál de todos es el más rápido?

—Obvio. Pero primero lo primero, y un poco de historia no viene mal.

En abril de 1938, la revista «Action Comics» da a luz al primer gran superhéroe de la historia. Justo cuando medio planeta se preparaba para la guerra más grande y cruel, el mundo conocía a Superman. Quizá ese contraste fortaleció el concepto de súper héroe disparando las ventas y dio comienzo a lo que se llamó «la edad de oro». Entonces aparecieron Batman, la mujer maravilla, Linterna verde y hasta la mismísima «Liga de la justicia de América». Fueron diez años de ventas aseguradas hasta que, al final de la década del cuarenta, las ventas comenzaron a caer y obligaron a DC comics a centrarse en historias de ciencia ficción, westerns y humor. flash_62735-2Hasta llegaron a publicar una que otra comedia romántica. Por aquel entonces empezaban a ponerse de moda las historias policiales y de terror, pero DC se mantuvo al margen, así que, cuando sus historias se volvieron impopulares, regresaron los héroes… A finales de los 50,en un rebrote de la industria del comic conocida como «la edad de plata», la compañía resucitó a los viejos héroes: el Hombre Halcón, Linterna verde, Átomo y un Flash moderno y adaptado a los nuevos tiempos. Todos ellos, con un tinte más cercano a la ciencia ficción.

Recién a comienzos de los ´60, Marvel estaría en condiciones de competir con DC; entonces, en noviembre del 61, aparecen «Los 4 fantásticos”. De ese modo, abren paso a Hulk, Thor, Iron Man, el Dr. Extraño y el increíble Hombre araña. Dos años más tarde, y para afianzarse en el mercado, llegan The Avegenrs, X-Men y un inesperado superhéroe: Daredevil.

Había un chico nuevo en la cuadra, que comenzaba a robarse todos los suspiros y las malas miradas. Él soñaba convertirse en un «escritor» de la talla de Conan Doyle, de R. Louis Stevenson, o de Stanley Lieber. Para no quemarse en el maldito ambiente literario, firmaba bajo el seudónimo de Stan Lee. Marvel estaba lista para ocupar el puesto de reina.

Así terminaba la edad de plata: con un mercado dividido, ejércitos de nerds de ambos bandos y las cien mil preguntas más estúpidas que se han hecho jamás.

La batalla editorial había comenzado.

La de los lectores, también.

 

¡OH! ¿Y AHORA QUIÉN PODRÁ DEFENDERNOS?

Para Marvel, los ´70 fueron la explosión de Stan Lee; para DC, que había comenzado antes, llegaban los despidos, las jubilaciones y los recambios de personal. Eso repercutiría en los guiones y en la línea editorial. Tarde o temprano habría que solucionar la confusión. Y, si a todo eso, se le sumaban las series de tv que habían comenzado a emitirse y que no seguían las líneas de las historias originales, todo se complicaba más y los fans no entendían nada: DC estaba en problemas, Garrick_rossDC necesitaba un héroe; en lo posible uno que pudiera superar la velocidad de la luz. Había que dominar el espacio y el tiempo para unir todos esos universos paralelos. Superman solo, esta vez, no podría nada. Además el hombrecito de acero no era más rápido que la luz, ni qué hablar.

Barry Allen – el segundo Flash en todo este quilombo- resulta el hombre más rápido sobre el maldito planeta tierra. Amén.

¿Sí? ¿Flash es más rápido que Superman?

¿Y de todos los, cuál es el más veloz?

—Bienvenidos al mundo de los nerds.

 PRIMERO LO PRIMERO.

Ante todo, en el universo Marvel-DC, la velocidad tiene diferentes significados. Para Marvel, como para el resto del mundo, la velocidad es algo que no puede alterarse, movimiento y nada más; para DC es algo un poco más complicado de explicar. Se trata de algo más complejo que una ley de la física: es un concepto, un puente a un estado espiritual.

Y no me atrevo a decir «todos» pero, al menos el 90% de los superhéroes, tienen súper velocidad como parte de sus poderes. Voy a separarlos en tres grupos:

  1. Quienes pueden moverse mucho más rápido que un ser humano, incluso hasta alcanzar la barrera del sonido, pero nunca por medios propios. Estoy hablando de Wonder Woman, de Cyborg, de Hawkman, de Starfire, de Black Canary, de Green Lantern y de alguno más.
  2. Los usuarios de la súper velocidad, que pueden alcanzar y superar la barrera del sonido, pero no pueden ni acercarse a la velocidad de la luz; salvo, claro está, Superman. El resto del grupo está integrado por Aquaman, Captain Marvel, Martian Manhunter, Apollo y Black Adam.
  3. Por último, los primeros en la pirámide de los más rápidos: «los Velocistas», quienes tienen la velocidad como único poder y pueden moverse a velocidades cercanas a la luz, hasta incluso superarla. Este es el grupo de los que toman su poder de una fuente de energía llamada Speed Force. Salvo el Profesor Zoom- el Flash inverso- todos los descendientes de Barry Allen son los usuarios de esta fuerza. Un Velocista no solo un simple corredor, el verdadero poder de la Speed Force es el control sobre la vibración de las moléculas, ya sea de su propio cuerpo o de algún objeto sólido. Flash podía vibrar hasta separar las moléculas de su cuerpo y atravesar paredes; podía regenerar sus heridas y hacer lo mismo con la de sus aliados. Cualquier Velocista puede repeler balas creando escudos con la Speed Force o golpear con la fuerza de la velocidad acumulada en el puño.flash-2

Los Velocistas – gracias a la naturaleza extra dimensional de la Speed Force – pueden superar las barreras del espacio-tiempo y viajar al pasado, al futuro y a otras dimensiones.

Bueno, para terminar, la gran pregunta ¿qué es la Speed Force? Y, aunque no hay mucho que explicar ni entender, digamos: es un campo de energía extra dimensional, al que se conectan todos «los Velocistas» y de donde obtienen sus poderes. También es un concepto abstracto y un lugar místico donde se reúnen las almas de los Velocistas muertos. Barry Allen, el segundo Flash de la era plateada, fue su creador… Cada paso de Barry hace crecer la Speed Force en espacio y en tiempo.

Creo que ya no tiene sentido preguntarse quién es el más veloz ni a cuál editorial pertenece; así que voy a simplificar a mansalva.

Si organizamos una carrera de cien mil kilómetros llanos entre los súper héroes de Marvel y los de DC, deberíamos considerar a los dos más rápidos por editorial: Quicksilver y Northstar de un lado, Superman y Flash, del otro. El resultado sería obvio, ajustado, pero obvio. Y ajustado sólo para tres de ellos. Barry Allen los miraría desde la línea de llegada, con los brazos en jarra y cagándose de risa, alentando a Quicksilver para boludear un rato a Superman. El título queda en casa (uh, mostré la camiseta).

Entonces, gracias viejo Stan Lee, te debemos mil cervezas y te amamos.

TORNEO LOCAL.

 

La primera partida data de agosto 1967, en el número 199, del comic Superman. Ya ONU organizó una carrera alrededor del planeta para recaudar fondos. Superman y Flash debían enfrentarse a diferentes ataques durante la competencia. El resultado fue un empate. El chico de acero tenía prohibido volar.

La segunda fue en el número 175 de Flash, en diciembre del 67. Unos extraterrestres apuestan por la misma pregunta que nos estamos haciendo. Entonces secuestran a nuestros héroes y los obligarlos a competir entre ellos a través de la Vía Láctea. Si perdía Superman, Metrópolis sería destruida; y, si perdía Flash, Central city acabaría bajo las ruinas. Empate otra vez.

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La tercera llegaría en diciembre de 1970, en los números 198 y 199 de «World`s finest». Por iniciativa de los Guardianes del Universo, dos seres súper rápidos deberían cruzar la galaxia desde diferentes puntos, alcanzar y vencer a los «Aracnoides», que viajaban a la velocidad de la luz para destruir a la tierra. La carrera la ganó Flash. Sin embargo, debido a la fluctuación de la frecuencia del color de una supernova, Superman se veía debilitado y perdía de a ratos su poder.

Y la última carrera aparece en el número 463 de Superman, en febrero del 90. El duende dimensional Mr. Mxyzptlk (¿lo recuerdan? había que pronunciar su nombre al revés para volverlo a su mundo) logra enfrentar de nuevo a nuestros héroes y esta vez gana Flash por pulgadas y sin ninguna excusa por parte de Superman.

Hubo un quinto round, pero no cuenta en las estadísticas y, además, gana Flash.

El corredor escarlata es el superhéroe más veloz del planeta. Punto final.

CORRE, BARRY, CORRE

Y sí, hablar de la velocidad en el mundo del comic es hablar de Flash. Hablar de cómo DC comics solucionó todos sus quilombos editoriales es hablar de Flash. Y, para quienes todavía sientan ruido en la cabeza por palabras como Velocistas” o “Speed Force”, no queda otra que hablar de flash.

Hubo tres. De la mano de Harry Lampert y Gardener Fox, en enero de 1940, aparecía el número 1 de Flash: Jay Garrick sufre un accidente en un laboratorio. Lo hacen inhalar unos químicos que le otorgan el poder de la velocidad y reflejos sobrehumanos (quizá este sea el primero de todos los clichés en la historia del comic). Es el Flash de camiseta roja y un casco de metal, basado en el mismo casco del dios Hermes.

A mediados de los ´50 aparece el segundo: Barry Allen, el primer gran héroe de la edad de plata: mi Flash preferido, el creador y hacedor de toda la Speed Force que existe y existirá. El más rápido de todos Velocistas y el primer muerto «famoso» en la historia del comic. La muerte de Barry unía esos mundos paralelos que las crisis financieras habían creado y cerraba el concepto de la Speed Force y de cómo los «Velocistas» obtenían sus poderes.

Todos los grandes cambios y los momentos cruciales en el mundo DC han pasado por el Flash de Barry Allen. Porque él hizo un verdadero mito del corredor escarlata. A diferencia de Jay Garrick un científico ex jugador de fútbol americano- Barry era un policía científico, un forense, que investigaba la muerte de su madre para probar la inocencia de su padre. Todo este combo hacía mucho más interesantes sus aventuras que las de su antecesor, ya no era cuestión sólo de disfrazarse para combatir a los villanos. Además, de no ser por Barry Allen, Garrick estaría cajoneado en el olvido.

Fue Barry quien hizo grande la leyenda de Flash, quien tuvo que correr hasta romper las barreras del espacio-tiempo y crear un agujero de gusano para volver al pasado y evitar la muerte de su madre a manos del Dr. Eobard Thawne: el Flash inverso, llegado del futuro para hacer sufrir Barry, para mostrarle al Barry niño cómo apuñalaba a la señora Allen en el corazón. Buscaba destruirlo psicológicamente y que nunca se convirtiera en Flash.

Algo así, dijo Thawne, cuando Barry por fin pudo alcanzarlo. Porque, hasta ese momento de la historia, el Flash inverso era más rápido que él.

—Me tuviste ahí ¿por qué a ella?, ¿por qué mierda no me mataste?

—Porque simplemente te odio, no a vos, al Flash de mi época, pero no puedo separar las cosas. Si lograba matarte, no tendría que verte la cara en mi presente. Pero las cosas no salieron como esperaba, al viajar en el tiempo, de alguna forma perdí el poder sobre la fuerza de la velocidad y quedé atrapado en este mundo. Así que, si te mataba en ese momento, ¿cómo iba a poder volver? Maté a tu mamá para acelerar lo inevitable. Barry necesitaba que corrieras, que te convirtieras en Flash y que pusieras en movimiento toda la maquinaria de la Speed Force. Nosotros no podemos matarnos, Sr Allen, ¿lo entendés?

Barry le soltó una trompada, Thawne la esquivó y sonrió. Barry entendía: le estaba dando la oportunidad de volver en el tiempo y arreglarlo todo, de crecer con su padre y con su madre como una familia normal. Nada habría pasado. ¿Qué iba a hacer?

—Tenés dos opciones, matarme y terminar lo nuestro acá- aun así tu padre seguiría preso y tu madre muerta- o correr, Barry. Correr hasta romper la barrera del espacio-tiempo y abrir un agujero de gusano por el cual vuelva a mis horas. Y, en ese mismo instante, vas a tener unos segundos para volver al instante en que ese mató a tu madre y detenerlo todo. Sé qué estás pensando, señor Allen: podés, sos el único que puede hacerlo, por eso perdí mis poderes sobre la Fuerza de velocidad. En este mundo, sos el creador de la Fuerza, el único que puede usarla ¿Qué vas a hacer, Barry? Si vas a matarme, que sea ahora.

Hubo un segundo de silencio entre los dos. Barry Allen llevó las manos a la nuca, volvió a encapucharse. Thawne no podía borrar la sonrisa de su cara, le clavó la mirada:

-¡Corre! ¡Vamos, Barry, corre!

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DEL SACRIFICIO AL BULLYING EDITORIAL.  

      Marvel llevaba más de una década en el trono y, con Disney de aliado, proyectaba quedarse y seguir creciendo hasta adueñarse del mundo.

Los personajes DC ya empezaban a tomarse como clásicos. Batman y Superman eran «una fija»; pero eso no alcanzaba para mantenerse en el mercado con cierta solidez y prestigio. DC necesitaba un aliado y también, un plan. Entonces, los hermanos Warner entraron en acción para equilibrar un poco la balanza. Y el plan era simple, no enfrentarse al mejor general del rey. Hubiera sido estúpido e imposible. El Viejo Stan pasaba por su momento; era toda una maldita estrella de rock escupiendo a cada segundo historias nuevas. Para DC comics el desafío pasaba por renovarse: había que sacrificar un personaje, a alguno de los más queridos.

Barry Allen debía morir. Y había que crucificarlo a delante de todos para que comenzara la verdadera leyenda. Había que preparar una corona de espinas y dejarlo correr por última vez.

A mediados de los ´80, en la novela gráfica «Crisis Infinita», Barry Allen muere mientras salva al mundo y a sus compañeros. Por supuesto, muere corriendo hasta superarse. Quiebra los límites de la Speed Force hasta convertirse en energía cinética pura y así viajar treinta años en el pasado y devenir en el rayo que le había otorgado sus poderes.

Tanto de «Crisis en las tierras infinitas» como de «Crisis Final» voy a dar los menores datos posibles. Contar exactamente cómo muere Barry seria contarles el final de la saga. Y, además, resultaría casi imposible sin ocupar, al menos, veinte páginas. Así que para terminar con Flash, hablemos del último.

Wally West es el Flash de la era moderna, el tercero en usar el manto del corredor escarlata. Apareció por primera vez en 1959, en el número 110 de la revista, como el joven Kid Flash. Obtiene sus poderes de la misma forma que Barry: una tarde, mientras visitaba el laboratorio de su tío. Así, después de la muerte de nuestro segundo Flash, Wally fue perfectamente bien recibido por el público: ya hacía más de veinte años que lo veían correr viñeta tras viñeta junto a su tío. Y hasta el día de hoy lo siguen haciendo.

Wally West es uno de los mejores y el más veloz de todos los Flash. Por más de veinte años, el único en usar el traje del corredor escarlata. Aun así, los fans no podían quitarse de la mente el recuerdo de Barry Allen.

Entonces, DC- fiel a su estilo- en julio del 2008, lanza la serie «Crisis final» y devuelve a nuestro gran héroe a la vida. Correría junto a Jay Garrick y Wally West para evitar la muerte de Orión y para terminar con las secuelas de un asunto sindical, que los había azotado a finales de los ´60. Los tres universos se habían juntado, todas las historias empezaban a encajar. Aunque, a la fuerza, todo el universo DC volvía a cobrar sentido.

El Universo estaba en orden. Y Barry Allen- vivo- gracias a que una «fuerza de ingeniería inversa lo revivió con un rayo de partículas más rápidas que la luz, un proceso inverso de la Speed Force».

Esa fue la explicación que escuchó Wally West, de boca de su tío, en el final de la saga. La única que consta en actas. Y la última que puedo dar.

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BANDERA DE LLEGADA

Listo, hasta acá llegamos. Y, si alguien espera una reflexión inteligente acerca de la velocidad en el mundo del comic, olvídenlo: no hay nada más. Todos los caminos conducen a Flash…o, ¡por, dios! ¿Quedaron dudas?

¿Volvemos a lo de la Speed Force y a los Velocistas?

Barry Allen, ¿recuerdan ese nombre, no? Porque puedo, de veras, volver a contarte esa historia.

 

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        Y da la maldita casualidad de que, mientras escribo esta oda a Barry Allen, en la tele termina la primera temporada de «The Flash», que emite la pantalla de Warner Channel todos los jueves, a las nueve de la noche. Y me permito decir: fue un final de temporada genial. No quiero contar mucho. Pero, si alguien se engancha con las repeticiones o la descarga, podrá ver cómo Barry obtiene sus poderes, cómo logra vencer al Profesor Zoom (ahora Dr. Wells, en la serie) y, al mismo tiempo, cómo es capaz de poner en funcionamiento la Speed Force. Hasta el día de hoy, esta es la mejor versión de Flash.

Para terminar: acerca de la Guerra Marvel-Dc, sólo puedo decir que continúa, pero, al menos, ya lograron definir sus zonas: Marvel se quedó con la pantalla grande, Warner y DC son los dueños de «la chica”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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