La sospecha: Entrevista a Diana Maffia

Entrevista: Lourdes Landeira, Julieta Strasberg, Vanesa Acosta, Noemí Pomi, Gabriela Stoppelman
Edición: Gabriela Stoppelman
Fotografía: Diego Grispo

                        “Cuando llegue la oscuridad/y te envuelvan las penas/como un puente sobre aguas turbulentas/Yo me desplegaré/como un puente sobre aguas turbulentas/Yo me desplegaré/Navega, chica plateada/Navega/Ha comenzado a brillar tu estrella/todos tus sueños se verán colmados/Mira cómo resplandecen”
“Puente sobre aguas turbulentas”, Simon & Garfunkel


Se oteaban de un extremo  al otro, mientras se sacudían el barro de la orilla. Vaya a saber qué capricho del diseño o qué perversidad de la geometría las obligaba siempre a pulir esa forma perfecta de esferas gráciles, con volúmenes etéreos y contornos finos. Intocadas e intocables, guardaban para sí el secreto de aristas y curvas y filosas y se mojaban la mirada en la increíble solidaridad entre parcelas y jirones del agua, esa poderosa ronda del tiempo, llamada río. En eso, algunas se atrevieron a mirar las formas irregulares en los reflejos del líquido. En las combas y  en los relieves amontañados, las esferas atisbaron una nueva belleza. Entonces, no se sabe a ciencia cierta hacia dónde fueron primero las manos: si hacia el roce, si hacia el abrazo o si encararon directamente hacia los fundamentos del puente. La idea se conversó entre fulgores y sombras de las miradas. Una escritura de intersecciones y traducciones gestó el vientre de nuevas geometrías. En el Ministerio de Formas y Afines se convocó a una reunión urgente, donde concurrieron el Gran Geómetra y todas las líneas de sus asesores. Las propuestas fueron desde tentarlas con un curso de capacitación en diseño de puentes, con unos días de vacaciones pagas, hasta la distribución gratuita del “Libro de las verdades testiculares”. Mientras ellos así debatían, las esferas organizaban materiales y tactos, vuelos y medidas, encontronazos y limaduras de asperezas. La ronda del tiempo se sumó a ellas en un recodo. Aliada, atendió la sed, refrescó los sudores del amor y de la piel. En los descansos, el río contó siglos de abusos y tajos, mientras las esferas buscaban nuevas palabras para no transformarse en las siervas de ninguna etimología, de ningún sueño ajeno. Cuando el Gran Geómetra dio la orden de rodear el lugar e impedir la continuación de las obras, el puente ya estaba casi listo. Ellas, turbulentas y tumultuosas, habían asumido contornos nuevos, se habían atrevido a varias audacias en los perímetros y se preparaban para esperarlos sobre el recién nacido puente, con todas sus zonas de frontera bien estrechadas. Al llegar, a los hombres del Ministerio se les confundieron los asombros con las chicanas, el estupor con el rechinar de dientes. Algunos, sin embargo, escucharon el llamado del río y se sumaron al grito de las constructoras. Había que ir por más, multiplicar los arcos y las formas. Otros quedaron varados en la orilla y, aunque el reflejo del agua intentó mostrarles los filos y las ligaduras de sus rostros, ellos aún se veían redondos y puliditos, como bola de cristal recién narrada en un cuento. La historia, sin embargo, se escribió de cara al horizonte, sobre la estrecha alianza entre el primer puente y un conglomerado de esferas turbulentas. Ahí, al pie de ese arco, conversamos con Diana Maffia.

 

Kandinsky. "Composicion VII"
Kandinsky. «Composicion VII»

 

LOS MEJORES EXTACTIVISTAS POSIBLES

                                   “El invisible pueblo de la memoria más vieja. Perdida por propio designio, has renunciado a tu reino por las cenizas. Quien te hace doler te recuerda antiguos homenajes. No obstante, lloras funestamente y evocas tu locura y hasta quisieras extraerla de ti como si fuese una piedra a ella, tu solo privilegio. En un muro blanco dibujas las alegorías del reposo, y es siempre una reina loca que yace bajo la luna sobre la triste hierba del viejo jardín. Pero no hables de los jardines, no hables de la luna no hables de la rosa, no hables del mar. Habla de lo que sabes. Habla de lo que vibra en tu médula y hace luces y sombras en tu mirada, habla del dolor incesante de tus huesos, habla del vértigo, habla de tu respiración, de tu desolación, de tu traición. Es tan oscuro, tan en silencio el proceso a que me obligo. Oh, habla del silencio.”
De “Extracción de la piedra de la locura”, Alejandra Pizarnik

Buscamos distintos textos para abordar una temática variada.

Sí. Este fue un año particular, con el tema del aborto y de las diferentes violencias. Aunque estuvimos trabajando mucho en ciencia. Miren, en la Provincia de Santa Fe hay una ministra, Erica Hynes, a quien recomiendo seguir en las redes. Esa provincia es la única que tiene un plan de igualdad de oportunidades y de trato. Algunas ciudades, como Buenos Aires, Rosario y Mar del Plata, fueron las primeras en tener planes. Como provincia, la única es Santa Fe. Ayer me encontré con Fabiana Túñez y  me dijo que ya presentan un Plan de Igualdad de Oportunidades y de Trato nacional. El plan de Santa Fe, que acaba de cumplir cinco años, está planteado desde una perspectiva de igualdad de género. En cualquier política pública, el marco de trabajo tendría que ser derechos humanos y equidad de género, son dos obligaciones constitucionales que se suelen saltear, por ignorancia, por mala fe, y a veces las dos cosas

Pensamos que en el tema de la ciencia se juntan dos problemas. Por un lado, el de la jerarquización, ¿a qué cargos van las mujeres? Y, por otro, el del modelo agro exportador trasladado al ámbito de las ciencias. En un texto tuyo, decías:Varsavsky advierte que es imposible encontrar resultados originales y aplicables en esas condiciones, ya que la división internacional del trabajo científico segrega las funciones de los científicos del sur a la recolección de datos y réplica de experiencias”

 Anizh Kapoor. "Cloud Gate".
Anizh Kapoor. «Cloud Gate».

Un ejemplo, que económicamente es muy poderoso, es el de los laboratorios, grandes capitales multinacionales con enorme poder. Recordemos que, acá, cayó Illia cuando quiso hacer una ley de medicamentos. Al ser médico, sabía cuál era el efecto sobre la salud pública de un monopolio de los laboratorios en relación con los medicamentos. Los laboratorios dicen: “el medicamento es caro porque no es sólo la materia prima y la fabricación. Es todo lo que invertimos en investigación”. Pero la inversión en investigación requiere trabajar un poquito cualitativamente. Cuando yo fui diputada hice una ley de protección de los pacientes en protocolos de investigación clínica. Hablé con el Ministro de Salud, el Dr. Lemus, que venía de ser director del Hospital Fernández y de dar la materia “humanidades médicas” en la facultad de medicina. “Humanidades médicas” es bioética y, desafortunadamente, no es una prioridad para los médicos. Yo venía trabajando en los protocolos de investigación clínica, es decir, en comités de ética de la investigación. El problema que ustedes plantean aparece en la frase “extractivismo intelectual”. Profundicemos a ver qué pasa políticamente con eso: ¿cuál era el debate con el código de ética de investigación que iba a regir la investigación clínica y que es distinto de la bioética, que es la aplicación de la medicina, la aplicación terapéutica del saber médico? Del código de investigación clínica, acá se estaba discutiendo un artículo, una palabra y eso es lo que pasa a veces en los debates internacionales. Primero, la persona que entra a un protocolo de investigación clínica, se supone que entra voluntariamente. Y no siempre entra voluntariamente. Cuando yo era defensora del pueblo, una paciente oncológica vino a decirme “Fui al hospital público y me dijeron que sólo me atendían si entraba en el protocolo de investigación”. Si no, la mujer no podía comprar los medicamentos oncológicos, que son carísimos. Es eso o nada. Pero volvamos: si una persona entra voluntariamente al tratamiento, tiene que recibir el consentimiento informado, que no es un papel inentendible que lo firmás para que el médico no tenga problemas, sino que es una excusa para que, si algo sale mal, el médico diga “Ah, no. La persona aceptó”. Y si lo leés ves que el paciente se hace responsable absolutamente de todo lo que salga mal. Está claro que no es posible que alguien firme en contra de sus derechos. Esto es interesante, lo expliqué mucho en las escuelas católicas donde les hacen firmar a los padres un papel donde afirman que, si se divorcian, el niño va a ser echado del aula. O un escrito donde supuestamente se consiente a que, si la niña queda embarazada, se tiene que ir de la escuela. A ver, vos podés firmar eso, pero no podés acordar estar en contra de tus derechos. Firmalo formalmente, pero si llega el momento lo litigamos y lo ganamos. Bueno, en el caso de la  entrada a un protocolo de investigación, la persona entra al protocolo firma su consentimiento informado y, si sale mal, el laboratorio que financia ese protocolo, le tiene que dar “el mejor tratamiento posible” o “el mejor tratamiento disponible”. El mejor tratamiento posible quiere decir el que tenga más eficacia. El disponible puede querer decir agua caliente, si estás en África, en el medio de una toldería. Si la investigación sale mal y el medicamento falló, ¿qué tratamiento le dan a la persona? Es un problema grave.

 

LABORATORIOS,  ALL INCLUSIVE

                                               “El crédulo señuelo/, enamorado del Mago, / ¡Que ayer nos desdeñó!”
Emily Dickinson

Diana Maffia. Fotografía: Diego Grispo.
Diana Maffia. Fotografía: Diego Grispo.

Yo fui ocho años secretaria científica de un médico anestesiólogo. Parte de mi tarea la hacía en su biblioteca personal, en su casa. Coescribí con él trabajos y trabajé mucho tiempo, cuando él hizo un postgrado en anestesiología en el Hospital Italiano. El Dr. Oreste Ceraso. A fines de los 70, el modo de investigación era así: venía el visitador médico, el que te ofrece muestras gratis, y decía: “Venimos de parte del laboratorio, a ofrecerle que se haga cargo de una investigación sobre cinco mil pacientes, para probar esta droga. El laboratorio le proveerá la droga y dos computadoras para el Servicio – en ese momento, eran tarjetas perforadas. Se le va a pagar equis cantidad por paciente. Le damos las tarjetas, el tarjetero y dos pasajes para el Congreso Internacional en… -siempre  es un lugar paradisíaco- con todo pago para usted y un acompañante”. El arreglo era entre el laboratorio y el Jefe de Servicio, quien indicaba a su vez cuándo y en qué se aplicaba ese medicamento. Eso implicaba que vos podías decidir que, desde ese momento y durante  tres meses, le aplicarías ese medicamento a todo el mundo o podías tener principios éticos de la investigación y decidir que no se aplique a ancianos, a mujeres embarazadas. Igual,  se lo aplicás a alcohólicos, a ver qué pasa; a adictos a las drogas, a ver qué pasa;  a niños, a ver qué pasa. El límite que pusieras quedaba en tu ética. Y de ese límite dependía el tiempo que ibas a tardar en juntar los tres mil o cinco mil casos. Nadie te decía que transgredieras el código de ética profesional. Pero, te pagarían tanto por paciente si, con un trabajo de investigación, presentabas los efectos de esta droga. Ahora, ¿cómo ibas a presentar los efectos de esta droga?, ¿con todo lo que salió mal?, ¿con todas las contraindicaciones?, ¿cómo ibas a seleccionar esos pacientes? Quedaba librado a la ética del jefe de servicio. A mí me aterró eso, porque cuando empecé a trabajar con el anestesiólogo, vi cómo instruía a su gente diciéndoles “Ojo con esto, que acá hay que poner estos resguardos”. Y yo pensaba que habría muchos otros que no ponían ningún resguardo. Tenga una amiga pediatra que fue a hacer una suplencia de un colega dos meses. El jefe de Servicio era un amigo de ella. Empezaron a llegar los pacientes, bebés a los que se les estaba administrando antibióticos. Atendió a diez de ellos que recibían el mismo medicamento, desaconsejado para bebés. Fue a decírselo al jefe de servicio. El tipo le dijo: “Cerrá los ojos o no podés trabajar acá”.Eso fue hace unos ocho años. Ese es el contexto habitual entre laboratorio y profesionales, y lo quiero marcar para que veamos el valor de la ley que le propuse al ministro: se trataba de crear comités de ética de investigación. Le pregunté si él estaba de acuerdo en que un comité de ética de investigación no era lo mismo que un comité de bioética. Me dijo que sí. Yo era opositora al partido gobernante, y me parece que hay que trabajar con quien quiera avanzar en Derechos Humanos, siempre. Pero le pregunté si él aplicaría una ley que yo redactara y él consintió. Entonces, hice esa ley con la anuencia del partido gobernante, el PRO, y con la participación del FPV, cuyo presidente quería ver la cuestión económica entre el laboratorio y el hospital, mientras que  yo quería ver la cuestión de protección de derechos de los pacientes. Logramos unificar dos leyes y hacer un comité de ética de la investigación en el Ministerio ¿Cómo se hacía hasta ese momento? No es que no había evaluación de los proyectos, pero existían tres comités de bioética que se trasladaban los proyectos entre sí y evaluaban.

Leonora Carrington
Leonora Carrington

Ese no es un método transparente de evaluación. Con la nueva ley, el arreglo era del laboratorio con el hospital y no con quien debía después aplicar el medicamento. El dinero que se obtenía iba para el hospital, salvo un porcentaje para el Ministerio de Salud de Nación, sólo aplicable a investigación clínica, o sea que era una fuente de financiamiento para investigación que a los laboratorios no les interesa: casi todas las drogas baratas- como las antituberculosas o ciertas vacunas que no interesan económicamente, o la investigación sobre el mal de Chagas- tenían un fondo proveniente de los laboratorios para que el Estado investigara. Y por supuesto que quienes participaban recibían sus honorarios, pero esto no era ya de manera interpersonal y sin control del hospital, sin control de los Comités, sin control del Ministerio.

 

DIE DEUTCHE MAYAS

                                   En tiempo de langostas/o sequía/en tiempo de mentira/cuando los cerealistas se lanzaban/a quiebras fraudulentas/nube negra/pájaro de rapiña/o era alto el arancel/llegado el momento/de cambiar por vacas al gringo/y todo su esfuerzo/mis abuelas cambiaron/el percal de sus vestidos/por las ásperas bolsas/que sobraban/del maíz o del trigo/En tiempo de langostas/o sequía/en tiempo de mentira.”
Diana Belessi

                                                         
Bueno, existía en el Congreso una Comisión de Salud, con una presidenta y un director. Este es quien ordena cuáles proyectos se discuten y cuáles no. Retardó todo lo que pudo la discusión, hasta que vino del propio ministerio la exigencia de que se tratase el proyecto. El director me dijo que íbamos a fracasar con esa ley, porque si “nosotros” les poníamos limitaciones a los laboratorios se iba a acabar la investigación clínica en el país”. Es como si me dijeras que si se acaba la corrupción en el financiamiento de la política, se acaban los partidos políticos. Grotesco. Una explicación de la continuidad absolutamente indecente. El ministro me contó que, al día siguiente de aprobada la ley, ese director fue a verlo con los directores locales de los cinco laboratorios más grandes, a plantearle: “qué le iban a decir ellos a sus casas matrices, ante el tipo de obstáculos que se avecinaban”. No había ningún obstáculo. Ellos iban a hacer la misma oferta, sólo que ahora la tenían que hacer al hospital, y con los resguardos para los pacientes que entraran en esos protocolos. Resguardos que tenían que ver con el código de la investigación clínica de la Unesco que, desde mi punto de vista, es excelente. Lo que quiero decir es que cuando hablamos de ser productores de materia prima estamos hablando de violaciones de derechos. Una vez, en un congreso en el que participé en México, me dijeron -con mucha alegría- que estaban haciendo una investigación con códices mayas. Ustedes saben que los mayas no tienen lenguaje escrito, sí un lenguaje oral cada vez más deteriorado, porque les obligan a hablar español. Con ayuda de las comunidades mayas, con la Facultad de Antropología y la Facultad de Química, estaban decodificando cuáles eran las hierbas de aplicación médica que se utilizaban en esos códices. Reconocer esas hierbas, ver cuáles eran los principios activos y poder saber cuáles eran las formas de sanación natural que usaron por centurias los mayas. Estaban muy contentos de esa alianza entre la comunidad originaria, la Facultad de Antropología y la Facultad de Química. Yo, como aguafiestas, pregunté quién financiaba la investigación. Un laboratorio alemán, me dijeron. Entonces les dije: “Ustedes tienen que saberlo: una vez que identifiquen los principios activos, sea posible sintetizarlos y el laboratorio fabrique el medicamento, ningún maya va a poder acceder a él. Ninguno ¿lo tienen en cuenta para cuando pidan reparaciones por el extractivismo intelectual de los pueblos originarios?” cosa que se está haciendo en toda América.

Leonora Carrington
Leonora Carrington

 

CONSTELADOS, NO ESTRELLADOS

“Estrellas duras/que amarilleando van ya cielo arriba. /La araña sobre su maroma/el lago cruza. Los gusanos dejan sus sólitas estancias. /Las    pequeñas aves convergen, convergen/con sus dones hacia/difíciles lindes.”
El Jardín solariego”, Sylvia Plath

En uno de tus artículos, mencionabas zonas de frontera entre mundos de sentido- semiosferas, según Iuri Lotman- ¿Cómo ampliar esas zonas de frontera sin que el movimientos se transforme en una fiera lucha de poder?, cómo sustituir esa lucha de poder por otro tipo de negociación?

Entrevistamos a la fotógrafa Cecilia Larrabure. En Perú se hacía una celebración llamada Yawar fiesta, precolombina, en la que se ata un cóndor a un toro, que tiene la significación de la liberación de la opresión española. El cóndor excepcionalmente muere, muy pocas veces se lastima. Algunas organizaciones conservacionistas lograron que la fiesta se prohíba, con el argumento de proteger al cóndor. Ahora, los que tienen  la concesión del avistaje de cóndores en Cañón del Colca, allí tiran caballos muertos en el fondo del cañón, para que nunca falten cóndores cuando los turistas vayan a ver.

Edward James. "Jardin surrealista"
Edward James. «Jardin surrealista»

Me pareció muy rico el concepto de semiosferas, nos permite pensar en islotes de sentido que no tienen a veces vinculación entre sí, pero que internamente producen sentido. Podríamos decir que hay un islote estético donde se justifica que alguien vaya a hacer avistaje de cóndores y se justifica que quede como folklórica esta cuestión del toro y el cóndor. Que sea milenario no quiere decir que sea justo, porque no podemos santificar a las comunidades originarias. Eso lo saben las mujeres de los pueblos originarios, quienes trabajan algo llamado doble entronque patriarcal, un concepto hermoso. Los hombres de los pueblos originarios suelen decir que el patriarcado entró con la colonia. Está muy bien ser anticolonial y está muy mal colonizar en el sentido de dominar, evangelizar, imponer formas de gobierno, etcétera.

Bueno, en este caso la significación para ellos es que el cóndor es un mensajero de los dioses. Los caballos  muertos  van sin mitología y sin épica.

Sí, sí. Pero también podría tratarse de un niño al que hay que sacrificar y arrancarle el corazón para enviar un mensaje a los dioses. El sentido que tenga para una comunidad no legitima de por sí la práctica. Podríamos pensar -y con esto me meto en un terreno debatible incluso jurídicamente- en cuál es el marco que debe tener una conducta humana para ponerle algún tipo de límite a las diversidades de la convivencia. Tenemos una sociedad pluralista. Yo prefiero el pluralismo al multiculturalismo. El multiculturalismo tiene semiosferas cerradas: esta cultura hace tal cosa, esta otra tal otra cosa y cada una se legitima internamente. El pluralismo piensa que hay un marco en el cual todas esas culturas se pueden expresar, mientras acepten ciertas cuestiones en común, como límite de sus prácticas para la convivencia.

María Prado. "Alraune - delitio".
María Prado. «Alraune – delitio».

Como una constelación: distintas estrellas, una forma.

Sí, pero esa forma tiene un modo legal, no descriptivo.

¿Y quién lo determina?

Bueno, para mí ese es el valor de los derechos humanos, que no son naturales sino un pacto entre distintas comunidades. Dentro de sus comunidades hay diversos modos de conducta, pero todes nos comprometemos a respetar estos valores -y desafortunadamente uno de esos valores es, desde el principio, la propiedad privada, equiparable a la vida-. El pluralismo requiere ciertos límites autopropuestos para la conducta. Para que sean legítimos, todos los miembros de la comunidad tienen que haber participado en ese consenso, y esto es lo que no pasó con la Declaración de Derechos Humanos de hace setenta años. Estamos celebrando una Declaración de Derechos Humanos, donde los que ganaron la guerra se juntaron y dijeron: “estos son los principios”, principios liberales, claro. Cuando en los 60’ se emancipan las repúblicas africanas, propusieron con otra concepción de quién es el portador de derechos, puede ser una comunidad, puede ser una cultura, pueden ser las generaciones futuras, o algo impersonal, como el ambiente. O sea, algo que no tiene un sujeto existente en este momento puede ser, sin embargo, portador de derechos. Creo que la propia concepción de los derechos humanos se va modificando porque una de las cosas que pedimos quienes quedamos fuera del contrato social es ingresar al contrato. Los que lo hicieron, lo hicieron a su medida y a su beneficio.

Diana Maffia. Fotografía: Diego Grispo.
Diana Maffia. Fotografía: Diego Grispo.

Mirá todo lo que nos está pasando en este momento con la ley en Argentina. Los códigos no fueron redactados por mujeres y la Constitución, hasta el 94’, no incluyó mujeres. Entonces,  por ejemplo, el fallo en el caso de Lucía Pérez es de una inconstitucionalidad total, esos tres jueces no pueden ejercer. La enorme marcha frente al palacio de Tribunales fue una demanda por entrar en el contrato social de la ley. Si la ley va a estar definida sin los sujetos que son los perseguidos y menoscabados por esa ley, no estamos en un sistema legal, no estamos en un sistema de derechos humanos. Y, con los países y los puntos de vista sobre derechos humanos, pasa lo mismo. Cuando en Unesco entraron los países árabes, se fueron Estados Unidos e Inglaterra, dos países coloniales. Bueno, todo el ámbito internacional de los derechos humanos está en conmoción en este momento. Entonces, para mí la cuestión de las semiosferas garantiza la posibilidad de interacción, Iuri Lotman lo llama traducción: se trata de cómo pasar de una semiosfera a otra. Hay una filósofa feminista, María Lugones, que trabaja feminismos decoloniales. Las teorías decoloniales, como casi todas las teorías latinoamericanistas, son bastante misóginas. O se olvidan o ponen a las mujeres en un lugar muy rezagado. Ella toma una perspectiva feminista de la teoría decolonial, discute el binarismo. Uno de sus artículos “Viaje de un mundo a otro”, hablaba de un diálogo con su madre. No todas tenemos hijos, pero todas tenemos madre… Tiene que ver con cómo convivimos si somos sólo esferas separadas y no tendemos puentes entre esferas de sentido. Para mí, la filosofía y el feminismo tienen un trabajo muy importante en la construcción de estos puentes.Ángeles Santos

Nadie habita una sola esfera de inteligibilidad, todes habitamos varias, esto es lo que permite diálogos y la posibilidad de hacer consensos y establecer comunidades epistémicas más amplias. De esa manera se van construyendo redes que trabajan sobre la legitimación de los saberes y sobre el concepto de verdad, inclusiva.

 

 

VERDADES TESTICULARES O DE QUIÉN SON ESAS TROMPITAS

“Como quien dice: anhelo,/vivo, amo,/inventemos palabras,/nuevas luces y juegos, nuevas noches/que se plieguen/a las nuevas palabras./Hagamos/otros dioses/menos grandes,/menos lejanos,/más breves y primarios./Otros sexos/hagamos/y otras imperiosas/necesidades/nuestras,/otros sueños/sin dolor y sin muerte./Como quien dice: nazco,/duermo, río,/inventemos/la vida/nuevamente.”
“Fundación”, Susana Thenon

 

Y hay que saber que no sólo se construyen los saberes, también se construye la ignorancia. En la relación de poder también construimos cuáles son las enunciaciones a las que no les tenemos que dar crédito, las palabras que no valen, y esto es también sucede en el ámbito de la justicia. En el juicio por Marita Verón, el tribunal de primera instancia desestimó todos los testimonios de mujeres que habían declarado haberla visto en algún prostíbulo, porque eran prostitutas y el tribunal no podía creer en sus palabras. Las mujeres no pudimos ser testigos en juicios hasta casi la década del 60’. Ya habíamos quemado corpiños, ya escuchábamos a Los Beatles…Había un problema etimológico, porque testigo viene de testículo, así que nos faltaba un fundamento material para la verdad de nuestra palabra.

Puente de manos en Vietnam.
Puente de manos en Vietnam.

Es interesante dónde, anatómicamente, reside la verdad. Hoy es en el auto, pero antes era en los testículos. Pero, además, se pensaba que las mujeres, por naturaleza y desde Eva en adelante, mentíamos.  En el siglo XXI se aplica eso mismo a las prostitutas. Entonces, ¿a quién le vas a preguntar dónde estaba Marita Verón?, ¿a los proxenetas, que son buenos ciudadanos? De hecho los dejaron libres, tal como ahora a los femicidas de Lucía Pérez, buenos ciudadanos, de buenas familias… ¿a quién le vas a creer?, ¿a una chica que se drogaba y tuvo sexo con más de uno? Bueno, esta construcción del sujeto cuya enunciación no vale es una construcción de ignorancia. Y esto de construir la deslegitimación de discurso pasa mucho en el discurso médico. No le vas a dar crédito a lo que dice la homeopatía o a las prácticas médicas de las medicinas naturales que compiten con los laboratorios, ¿no?

El saber médico no le da lugar ni siquiera a la voz de la paciente.

Diana Maffia. Fotografía: Diego Grispo.
Diana Maffia. Fotografía: Diego Grispo.

Es interesante quién es el lego y quién el que sabe ¿Quién sabe sobre tu cuerpo? Una vez me operaron de una fractura en la pierna. Cuando desperté de la anestesia me mostraron una radiografía. Tenía siete tornillos y una vara. Nunca me habían dicho qué me iban a hacer. “Me hicieron firmar a mí”, me dijo mi marido. Bueno, como yo era una mujer, mi tibia le pertenecía al señor con el que comparto mi vida. Cuando fui defensora del pueblo, en los hospitales públicos, no se practicaban ligaduras de trompas. Hice una serie de intervenciones de litigio estratégico para que se lo pudieran hacer las mujeres que así lo quisieran. Para empezar, presenté un pedido de informes al Ministerio de Salud, sobre las condiciones requeridas para una ligadura de trompas. Me respondió el ministro, con la firma de lo que llaman red perinatal, es decir, todos los jefes de servicio de todos los servicios de ginecología y obstetricia de todos los hospitales públicos de la ciudad. Catorce, en ese momento. Todos me dijeron que se aplicaba una ligadura de trompas en las mismas condiciones de un aborto: cuando había riesgo de muerte de la mujer, si no hubiera método alternativo y con autorización judicial. ¡Autorización judicial! ¿Cómo un juez va a decidir si corresponde una ligadura de trompas? Cuando uno agrega una condición al ejercicio de un derecho, esto es inconstitucional, porque se genera una barrera extra. El protocolo de acceso al aborto no punible de la Ciudad de Buenos Aires agregó condiciones que no están en la ley penal. Se apeló al TSJ de la Ciudad que, con el voto en disidencia de la jueza Alicia Ruiz, dijo que estaba bien el protocolo. Este hábito busca sacarle peso a la condición médica e inhibir a la paciente a hacer el pedido de manera muy directa, porque tiene que tener un abogado que haga el planteo. El beneficio lo obtienen las personas que atienden en privado lo que no se atiende en público. En 2011, cuando parecía que la ley del aborto no punible se podía aprobar, calculamos cuánto dinero circula en esto: en diez días, el aborto ilegal obtiene más dinero que todo el presupuesto anual de ginecología y obstetricia para todo el país.

René Magritte. "Heraclito".
René Magritte. «Heraclito».

Cuando se habla del obstáculo moral de los médicos, se ocultan los intereses económicos que intervienen al querer hacer valer un derecho en la salud pública. Y con la ligadura de trompas había una condición más: el consentimiento informado del marido, novio o amigo de la mujer. Cualquier señor se apropia de tu tibia y de tu capacidad reproductiva solamente porque empezó un vínculo. El patriarcado promete al varón un vínculo patrimonial. Es un disparate que ese criterio de propiedad patrimonial sea el modo de legitimación. La mujer es el objeto de negociación entre el médico y la pareja. Yo le respondí al ministro que, o hacíamos un protocolo que respetase la Constitución o escribíamos juntos un bolero: “¿De quién son esas trompitas?”. Le pareció más razonable el protocolo.

 

 SUBIDAS AL CAMIONCITO DE LA METÁFORA

                                               Es sábado. Los obreros de vialidad ya se fueron de farra. El viento/silba entre las chapas de la casilla solitaria junto a la ruta. / Poco más allá, rosa de fuego en la penumbra, un camión arde ahí nomás, / haciendo señas.”
“Materia pira melancólica”, Ricardo Zelarrayán


Esta apropiación del cuerpo por parte de la medicina, me recuerda la diferenciación entre cuerpo físico y cuerpo vivido, de Husserl, que citás en algunos de tus artículos. ¿Estos dos cuerpos podrían pensarse como prosa  y poesía?

Podríamos pensar que la prosa es más austera, en general, porque no hay tanto uso de las metáforas. La prosa es más directa y literal, la poesía es más metafórica, allí la construcción de la realidad es ofrecida de una manera que tiene mucho de subjetividad y de ofrecimiento a otra mirada. La prosa sería la descripción de un cuerpo en tercera persona y la poesía, el ofrecimiento de un sentido sobre el cuerpo, en primera persona, y con estas maneras de acercamiento que no permiten un agotamiento de la descripción. En griego, metáfora es llevar una cosa de un lugar a otro. Una vez, en Atenas, en un congreso de filosofía, vi un camión de mudanzas que decía “metáfora”. Bueno, en la cabeza tenemos un  gran camión de mudanzas, que  arrastra sentidos y también polizones ideológicos, de un lugar a otro.

Vladimir Kush
Vladimir Kush

Es muy interesante cuando ves cómo las metáforas se cristalizan en el lenguaje y terminan  por significar o referir algo de manera directa, aunque arrastran un poquito de esos sentidos primeros. Podríamos pensar este asunto en relación a los testimonios de las mujeres que sufrieron violaciones en los campos de detención ilegal en la dictadura. En el informe de la Conadep hay muchos testimonios de mujeres que, además de relatar su secuestro, su encierro, su tortura, relataron las violaciones a las que fueron sometidas. En ese momento el gobierno de Alfonsín, además de crear la Conadep, creó una Secretaría de Derechos Humanos, el primer nivel gubernamental de DDHH que hubo en nuestra historia. El secretario tenía como función llevar los casos de la Conadep a la justicia para hacer el juicio a las Juntas, es decir, tenía la responsabilidad de traducir estos casos en algo judicializable. No toda violación de derechos es percibida como tal, hay muchas personas que las sufren cotidianamente y no lo ven, porque no tienen una conciencia  de ser sujetos integrales de derechos. Aun cuando lo percibís como algo que te daña, es distinto  percibirlo como algo que puede ser reclamado jurídicamente. En el segundo caso, tenés que saber a quién podés hacer la denuncia y a quién podés responsabilizar por la violación a tu derecho. El lenguaje jurídico se cuida mucho de ser difícil, cerrado, críptico. Pero retomo: Tenés, entonces, aquellos relatos hechos ante una Comisión, tenés el Ministerio que, de esos relatos, tenía que seleccionar cuáles se tomarían  para probar la responsabilidad en la violación de los derechos humanos. Entones, se hace el juicio a las Juntas y allí muchas mujeres relatan a los jueces lo que habían contado en la Conadep. Los jueces suspenden esas declaraciones, piden que no consten con el argumento de  preservar la intimidad de esa víctima “mejor que esto no se sepa porque le puede traer todo tipo de problemas”. La violación es un delito de acción privada. Nadie, sino la propia víctima puede denunciar una violación. Y la víctima se ve condicionada, sobre todo cuando la violación es intrafamiliar y a ella se la responsabiliza de la ruptura del orden, a causa por esa denuncia. Así, esas denuncias se subsumieron en el delito de tortura o en el de tormentos. Observación jurídica: en derecho penal, para condenar tomás la figura más grave, que subsume a las otras. Ahora bien, la violación tiene más pena que el tormento. Sin embargo,  acá se hizo al revés, en contra del procedimiento penal. Otra cosa: hasta mediados de los ’90, la violación era un delito contra el honor. El honor de la víctima era el honor del patriarca cuyo apellido llevaba la víctima. ¿Cómo se suplantaba ese honor? La mujer, en 1921, estaba bajo la tutela del varón, que podía ser primero el padre, y después el marido o el hermano, pero siempre bajo tutela. Es decir, los varones menores de edad crecían y se emancipaban. Las mujeres eran menores de edad perpetuas. Sólo treinta años después, en los juicios por la Verdad, pudimos trabajar en esa reflexión para decir que hubo la violación como delito separado del tormento, no es que entre los tormentos me violaban. Me violaban además de torturarme.

Diana Maffia. Fotografía: Diego Grispo.
Diana Maffia. Fotografía: Diego Grispo.

Eso tiene que ver con lo que planteás del lenguaje universalizador ¿no?

Claro. Son estrategias del lenguaje. Es la lucha entre un fiscal y un defensor. ¿Decimos que fue violación o que no fue violación? Esto es el caso de Lucía Pérez. Hay una disputa en el nombrar. Hay una política del lenguaje, por eso las feministas alteramos el lenguaje y buscamos otro modo de nombrar. Es parte de una relación de poder.

 

FAMILIA DE PALABRA

                                   Aquí están tus recuerdos:/este leve polvillo de violetas/cayendo inútilmente sobre las olvidadas fechas; /tu nombre, /el persistente nombre que abandonó tu mano entre las piedras; /el árbol familiar, su rumor siempre verde/contra el vidrio; /mi infancia, tan cercana, /en el mismo jardín donde la hierba canta todavía/y donde tantas veces tu cabeza/reposaba de pronto junto a mí, /entre los matorrales de la sombra.”          “Aquí están tus recuerdos”, Olga Orozco

Aparte del lenguaje inclusivo, ¿qué otros ámbitos de disputa del lenguaje le quedan al feminismo?

Adriana Minoliti.
Adriana Minoliti.

Muchísimos. El lenguaje de la ley es uno. Bajo qué figura se va a definir un hecho… Cuando se quiso poner la figura del femicidio, no se aceptaba que hubiera una figura penal. Entonces, la cuestión era cómo llamar a ese hecho, cómo describirlo: ¿homicidio agravado por el vínculo?, ¿qué vínculo?, ¿cómo definimos el vínculo? Ahí está toda la lucha por la enunciación. Qué es lo que se dice y qué lo que no se dice. No tenemos una figura penal de incesto ¿Por qué tenemos un senador que vota en contra de que una mujer, cuando es violada, pueda tomar la decisión  acerca de si continúa o no con el embarazo y nos dice- impunemente- que, cuando el abuso es intrafamiliar, no lo podemos llamar violencia?, ¿qué quiere decir  eso en una provincia del norte feudal donde hay derecho de pernada de los dueños de los campos hacia sus trabajadoras y trabajadores? Recordemos el caso de esa nena de siete años que, en Salta, fue encontrada con un tipo de más de cincuenta en un hotel alojamiento. Él dijo que la había sacadoa tomar un helado, a pasear, y que había ido a que ella se diera un baño en el jacuzzi porque tenía mucho calor, la llevó para que ella se refrescara. La madre de la nena declaró que ella también había sido violada por ese hombre y por el padre de ese hombre, también. Y la madre de ella, la abuela de la nena, también había sido violada por el padre de ese hombre. Es decir, el derecho feudal sobre la tierra y el derecho de pernada sobre quienes habitan esa tierra como parte de la propiedad definen un modo arcaico de familia. Familia, hasta casi el siglo XIX, se definía como la propiedad del patriarca: la mujer, los hijos, los esclavos y la hacienda. Hay ciertas provincias de la Argentina donde el patriarcado sigue funcionando de manera feudal.  En 1813, una Asamblea dijo que se acababa la esclavitud, pero seguimos teniendo condiciones de esclavitud. Dijimos que se acababa la tortura y aún hay situaciones de tortura. Acá sacamos un librito “Género, esclavitud y tortura 200 años después”, que precisamente habla de la vigencia de ciertos modos coloniales de vasallaje y esclavitud, sobre todo, contra los cuerpos de las mujeres.

¿Por qué seguir usando la palabra familia?

Rob Gonsalves.
Rob Gonsalves.



Familia viene de fámula, que quiere decir esclava. Empecemos por ahí. Yo estoy a favor de la familia. Cuando hablamos de familia, hablamos de un vínculo político- el de establecer un matrimonio-, hablamos de un vínculo de sangre- la filiación- , y también hablamos de un vínculo de cuidado amoroso- de protección-. Este último es para mí el vínculo que define a la familia. Ningún ser humano subsiste, en sus primeros dos o tres años, si no tiene un ámbito que lo reciba amorosamente y lo cuide. Y estoy hablando de una práctica amorosa, no en el sentimiento de propiedad privada. En cuanto al vínculo legal de la familia, apenas se recuperó la democracia y después de muchos años, hemos logrado que se votaran normas que el movimiento de mujeres venía elaborando, como la igualdad de los hijos ante la ley. Antes, el documento decía “hijo adulterino”. Vos lo abrías y te enterabas con quién la madre había tenido relaciones sexuales sin estar casada. ¿Por qué tenías que enterarte de eso? Porque había un régimen legal de herencia distinto para los hijos naturales y para los hijos de matrimonios. En relación al vínculo de sangre, bueno, sí, está, pero también está la adopción como una manera legal de suplantar el vínculo de sangre. Así figura en el Código Civil, porque se quería asegurar que los hijos adoptados también heredaran. Notemos que lo que le importa al Código Civil es la herencia, el patrimonio. ¿Fuiste adoptado? No vas a heredar a tus padres originales, sino a los adoptivos. Vínculo legal y vínculo de sangre fueron puestos en cuestión en 2010, con la ley de matrimonio igualitario. Hay opiniones que dicen que esta ley habilitó a otras identidades a incluirse dentro del matrimonio. Pienso distinto. Esta ley mostró la irrelevancia del sexo o del género para constituir este vínculo legal. No importa el sexo de las personas, sino que acordaron como contrato todos los derechos que se derivan del matrimonio. El tercer vínculo, el amoroso, es el realmente significativo. En muchas comunidades se reemplazan los dos primeros por una protección colectiva. Eso es la familia. Jan Patočka, filósofo checo, dice que hay una primera etapa en la existencia humana que es el enraizamiento, cuando un ser nace y es recibido por una comunidad. Para mí, eso es la familia: una comunidad que te recibe diciéndote que importás en la convivencia. Yo trabajé veinte años con Lohana Berkins. El aprendizaje que me significó es fabuloso. Ella contaba que las travestis  expulsadas de su familia legal y de sangre, entre los 8 y los 12 años, apenas adquirían su identidad, muchas veces eran recibidas por otras travestis que estaban ejerciendo la prostitución. En 1999, cuando se hizo el código contravencional con la figura inconstitucional de oferta y demanda de sexo, -que todavía luchamos para derogar- hicimos la primera encuesta para ver la situación de las travestis en la ciudad.

María Prado.
María Prado.

Ellas nos contaban: “Nos recibe esa comunidad, entre ellas algunas travestis que ya no están en condiciones de ejercer la prostitución, pero que nos enseñan, administran nuestro dinero, nos preparan la comida, nos cuidan”. Ellas les daban una parte de su plata y a quienes las recibían ellas les decían “Mai”- que es la madre umbanda, la única comunidad religiosa que las aceptaba-. Ahora, la “Mai” era una proxeneta, si lo ves bajo la descripción legal, pero ellas decían que no: se trataba de una familia amorosa de protección y de cuidado. Eso sí,  podríamos pensar y consensuar la posibilidad de cambiar la palabra familia, por la connotación horrible que tiene en su etimología. Recordemos que, cuando comenzaron a legitimarse las uniones en Argentina, la Iglesia registraba los nacimientos, las muertes. El presidente Roca, a quien denostamos por tantas cosas, nos dejó el Registro Civil separado de la Iglesia y la ley 1420 de educación laica y gratuita.

Más algunos cadáveres de indios.

El mismo sujeto. Un señor muy contradictorio.

 

FALLADA DE FÁBRICA

“Toda nube/lleva una trayectoria. /Asumirla trayectoria. / Imposible barrer todo siempre. /Está el cansancio. /Aunque también el de las trayectorias. /De ver pasar las nubes. /También ese cansancio. / Entonces, /por un momento, ahora. /Sin voluntad. Y casi está bien. /Hasta pensar el estar bien y convertirlo/en nube.
En trayectoria.”
Chantal Maillard


El tema de este número es la sospecha ¿Qué sospechas tenés con respecto al sistema democrático? ¿Y con la idea de que no se lo puede criticar sin quedar del lado…?

¿Del fachismo?

Diana Maffia. Fotografía: Diego Grispo.
Diana Maffia. Fotografía: Diego Grispo.

Exacto.

Creo que la democracia es sumamente imperfecta, ya a partir de surgir como sistema de un Estado liberal, de un contrato social de reconocimiento de ciudadanía, que implica que un conjunto de sujetos se reconocen como sujetos de derecho. Eso implica que se van a limitar en sus acciones para reconocer el derecho del otro, con el modelo fundamental del derecho de propiedad territorial. Esa norma viene a igualar las condiciones de poder porque, durante todo el período medieval, ya habían estado los señores feudales con sus ejércitos que expandían territorios, algo propio de los mamíferos superiores, incluidos los varones. Están claras las condiciones del pacto en la democracia, pero no está claro quiénes entran en él. Y esta es la falla de la democracia. El proyecto del pacto social dice: “Todos los hombres nacen libres e iguales”. Cuando una mujer dijo, “Ah, entonces nosotras también”, la guillotinaron. Es una elección semiótica, o sea: hombre no quiere siempre decir ser humano. Y es una elección política: no creas tener derechos. Toda la lucha del feminismo, desde ese momento, fue ingresar a ese pacto a través del voto en el siglo XIX. Pero no sólo las mujeres, otros sujetos quedaron fuera del pacto porque no tenían propiedad privada. Yo lo describo como una ciudadanía de consorcio. En las reuniones de consorcio, participan los propietarios, aunque no vivan ahí. Deciden sobre las necesidades del edificio, aunque a esas necesidades las conozcan mejor que nadie los inquilinos, quienes van a pagar las prioridades de la inversión de las expensas y demás, que decidió el propietario, alguien que hace treinta años no vive allí. En la democracia, las normas, los códigos y las Constituciones son redactados por los propietarios. Ahí no entran ni los afrodescendientes, ni los indígenas, ni los pobres ni las mujeres ni los niños.

Pero si entraran, ¿seguiríamos hablando de lo que llamamos democracia?

Diana Maffia con el Anartista. Fotografía: Diego Grispo.
Diana Maffia con el Anartista. Fotografía: Diego Grispo.

Es que, si entraran, cambiarían las condiciones y hasta el lenguaje del diálogo. Sería un cisma dentro de la democracia. La democracia está en crisis, los partidos políticos están en crisis de representatividad porque no representan, sino que suplantan las voces que sería relevante incluir. Pasa lo mismo en los sindicatos. Cuando asumió Macri, dijo “Mandé a hacer una mesa redonda muy grande para que nos veamos todos” y allí se reunió con los representantes sindicales. Eran todos varones. Y, sin embargo, creían que estaban todos… Hay una lógica de vestuario donde no ven lo que falta, no ven la ausencia, como decía Sartre. Si yo entro a un bar a buscar a Pedro y no está, veo la ausencia de Pedro. Hay veces que no está la presencia y hay veces que está la ausencia de esa presencia y uno la ve. Esta es la conciencia que debemos tomar. Acá deberían estar otros sujetos que no están. Creo que vamos generando ese significar lo ausente como algo que es una deuda de la democracia. Cuando estos sujetos entran en la democracia, cambia el lenguaje, cambian por supuesto las reglas, los intereses, los privilegios y muchísimas cosas. Estamos en una crisis internacional del llamado mundo libre, el que parecía haber triunfado de este lado del muro. Todo el paradigma de los derechos humanos se dividió desde aquella declaración durante la Guerra Fría. Esa declaración no impidió que, después de afirmar que todos los seres humanos tenemos derechos, hubiera que hacer declaraciones particulares de derechos. Naciones Unidas reconoció que los derechos de las mujeres eran derechos humanos, recién en 1993, en un congreso en Viena. Esto implica que las mujeres encarnan en un cuerpo al que le pasan cosas que no les pasan a los varones. Ahora, eso no quiere decir que nuestro cuerpo sea una alteridad del ser humano. Es una alteridad con la otra forma sexual del ser humano. Lo mismos sucede con los derechos sexuales y reproductivos: mientras las personas que gestamos, que parimos, lactamos seamos las mujeres o algunos varones trans gestantes, este es un derecho de la alteridad con respecto al hegemónico, pero es un derecho universal que debe ser reconocido. Es importante pensarlo como universal porque, en la teoría de los derechos humanos, está el concepto de integralidad: todos los derechos valen como un sistema, ni hay ninguno que valga de manera prioritaria como derecho específico por sí mismo. Cuando tenés un derecho que vive sobre los cuerpos de las mujeres, como el derecho al aborto, puede estar en colisión con el derecho a la vida. Yo, como feminista, no niego el derecho a la vida. Menos, en este país y en mi generación. Hace cien años el Código Penal ya dijo que prevalece el derecho a la vida de la mujer, la salud de la mujer y la autonomía sexual de la mujer. Sin embargo, no se puede hacer valer, porque el sistema para hacerlo es un sistema hegemónico patriarcal. Por último: en la Guerra Fría se separó ese sistema integral de derechos humanos en derechos civiles y políticos y derechos económicos sociales y culturales. El mundo occidental decía: “Hay prioridad de los civiles y políticos” el mundo socialista decía “hay prioridad de los económicos, sociales y culturales”.Estados Unidos decía “Primero tengan una democracia liberal y después charlamos de la materialidad de la vida humana”. Cuba decía “Primero que puedan leer y escribir antes de publicar las ideas por la prensa. Que se alimenten antes de circular libremente por el territorio. Hay derecho a votar, pero asegurémonos la subsistencia, ¿quiénes van a votar si los dejamos muriendo de hambre?” La integralidad de los derechos va en contra de esta división entre la prioridad de un sistema de derechos sobre otro.

Diana Maffia con el Anartista. Fotografía: Diego Grispo.
Diana Maffia con el Anartista. Fotografía: Diego Grispo.


 

 

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