La queja: entrevista a Martín Vassallo Argüello.

Entrevista: Verónica Pérez Lambrecht, Lourdes Landeira, Gabriela Stoppelman, Nicolás Sada, Esteban Massa

Edición: Nicolás Sada, Esteban Massa

 

¿Hablamos de tenis? La poética del movimiento, el entusiasmo de la palabra contra las elites. Sacar las chances del territorio estrecho, hacer política deportiva para ampliar los territorios, completarnos en unidad pelota-jugador. Experiencias que se extienden más allá de un rectángulo de polvillo, cemento o césped.

El tenis de lo real, de las orillas y sus pliegues invisibles, de las formas de un instante, el acierto, la derrota, la pelota que gira y gira una vuelta más, en el inmenso silencio del destino y del azar. El viaje del tiempo y a destiempo de las trayectorias, de las parábolas invisibles que contornean a contraluz y se suspenden en el sinfónico eco de un revés paralelo.

Ahora le toca sacar a Martín entre textos, virtudes, y esperanzas, un puente entre sets que construyen complicidad, ritmo y arte en movimiento.

Un silencio perfecto, como un regalo, como una advertencia de lo que vendrá. El cuerpo, entre matices, se difumina en el movimiento único e irrepetible de la secuencia final, cuando se arropa el destino singular de la pelota antes de caer.

 

“El silencio se vuelve cada vez más molesto:
una frase que empieza se traduce en un gesto
de impaciencia. ¡La espina de esa preocupación!…”
De  “Cuando llega el viejo”, Evaristo Carriego

 

LA RAQUETA, EL SONIDO Y LA PALABRA

«La acústica en el estadio casi vacío es increíble: puedes escuchar cada respiración, cada chirrido de una zapatilla, la punzada autoritaria de la pelota contra cuerdas muy apretadas”
David Foster Wallace

Del tenis, llama la atención el papel del silencio, ¿cómo funciona, tanto el jugar como al enseñar? 

Es muy interesante el rol del silencio en el tenis, y que hayan puesto el foco ahí. Generalmente, se pone el foco en la acción, en la ejecución, en el ruido. Muchas veces se atiende al modo en que los tenistas o las tenistas gimen a la hora de golpear la pelota o en los enojos. Sin embargo, el silencio es parte de la cultura del tenis, deporte que proviene de ámbitos monárquicos, en Francia. La palabra “tenís” tenía que ver con entregarle la pelota al otro. Como decir “acá la tenés”, eso es el tenis. Era un pasatiempo de las jerarquías. Por el contrario, en los espacios recreativos de la plebe, todo era bullicio, ruido y diversión. Hoy en día, el silencio es una necesidad, no una cuestión cultural. Por ejemplo: el tenista o la tenista escucha mucho el ruido y el impacto de la pelota, es una manera importante de detectar qué tipo de golpe ejecutó el rival. Por otro lado, mirá qué curioso, la mayoría de los clubes de tenis se encuentran pegados a las vías del ferrocarril, por esa tradición inglesa. Cada vez que pasa el tren es muy molesto. Sin dudas, oír el impacto de la pelota sirve para detectar con qué potencia, con qué efecto viene. Otro sonido a atender es el que se produce cuando el rival saca y, después, el ruido de la zapatilla al deslizarse contra el piso. Podes darte cuenta  en qué superficie se juega un partido, solo con oír el ruido de la zapatilla sobre el piso. A, su vez, en algunos casos, ese sonido es un mensaje de qué tan apremiado está el rival: si está bien apoyado o si está muy lejos de la cancha. A niveles de altísimo rendimiento, todo se define por milésimas. Incluso, existen entrenadores que enseñan a escuchar al rival para saber si tiene que jugar la pelota a un lado o al otro, para saber si el rival está recuperando la cancha o en qué lugar quedó ubicado. 

Pensaba también en la velocidad. ¿A qué velocidad procesas toda esa información?, ¿cómo lees tan rápido ese sonido que viene del silencio?

Como todo, se entrena. Y es una consecuencia de muchas horas de práctica que, después, se vuelven un reflejo. Esto lo pueden ver en cualquier deporte de alto nivel. Mirá, en las charlas de psicología, se usa mucho el ejemplo de Diego Maradona y el famoso gol a los ingleses. Él mismo cuenta, tiempo después: «cuando me salió el arquero, me vino la voz de mi hermano, ¿porqué no enganchaste hacia afuera? me decía.» Ese fue un momento singular donde no hubo tiempo para pensar, pero algo se procesó allí durante mucho tiempo para que esa voz y esa resolución aparecieran. En el tenis, es lo mismo. Se generan mecanismos de repetición, se entrena base a estímulos conscientes. Luego, esos estímulos se vuelven inconscientes y se manifiestan en la respuesta exacta en un preciso momento.

 Muchas cosas para atender en poco tiempo…

Entre punto y punto, hay jugadores que prestan mucha atención al diálogo que tiene el jugador con el entrenador o a algún quejido. Por ejemplo: si ustedes ven algún partido de Juan Martin del Potro, entre punto y punto, verán que relojea al rival, y que ese relojeo aparece cuando escucha algo: una queja, un zapateo en el piso, un golpe de la raqueta. El sonido o la ausencia del mismo es una de las tantas lecturas que se pueden hacer a la hora de jugar.

  

MIRARSE ENTRE FLEJES

 “Inútil explicar mis silencios. En el fondo de mí hay siempre una espera primitiva de un cambio mágico»
Alejandra Pizarnik

¿Cómo hacés para atender y concentrarte cuando el rival está enojado, o insiste en la queja?

Depende de cómo cada uno canaliza su ansiedad y su frustración adentro de la cancha. Existe un debate al respecto: una corriente dice que hay que educar a los jugadores para que no trasmitan nada. La otra, contrariamente, dice que el jugador no debe quedarse con nada adentro. Para mí, cada jugador es único e irrepetible y no hay modelos a seguir. No todos deben ser como Federer o  Mc Enroe o Agassi. Ahora, respecto a la queja de los rivales, es muy difícil para un jugador enfrentar a rivales que se expresan todo el tiempo. Normalmente, no sucede.

Ese comportamiento quejoso, ¿se hace adrede para sacar del partido al rival o es un reflejo involuntario del jugador, que no puede más con su alma?

Yo no le recomendaría a nadie que haga eso de manera voluntaria. Estaría, de todos modos, rompiendo su propia concentración para generar una molestia en el otro. Y esto es trasladable a cualquier acto de la vida. Si uno se corriera de foco solo para molestar al otro, perdería su propio eje. Ahora, en el momento del festejo, quizás sí se utiliza un poco adrede. Por ejemplo, Guillermo Coria se inventaba un grito de «vamos» para que el rival sintiera que él estaba en un buen momento. Otro ejemplo es David Ferrer. Él contaba que, en los cambios de lado, cuando pasaba por delante del otro jugador, no respiraba, para que el rival sintiese que él no estaba agitado o cansado. 

Decías en una entrevista que los valores dados por el deporte te acompañan durante toda la vida.  Acabas de contarnos acerca del escuchar, de relojear al otro, ¿cómo funcionan esos valores cuando  pensás en derrotar a alguien?

Martín Vassallo Argüello, entrevista virtual con El Anartista

El deporte, en general, y también el tenis, tiene un montón de valores. La diferencia es que el tenis los potencia, hay una necesidad de entrar y salir de uno permanente, una necesidad de saber todo el tiempo cómo estas, cómo te sentís, tanto en el partido, como fuera del partido. Como se dice en el tenis, cuando uno está asustado -´con los brazos recogidos´, tenso- ejecutará una táctica muy diferente al momento en donde te sentís suelto. Ahora bien, para poder implementar esa táctica previamente hay que atravesar un proceso de conocimiento. Reconocerte con miedo o incapaz no es sencillo, lograrlo ayuda a solucionar tránsitos de tensión. Y ojo que no necesariamente significa ganar. Significa que uno pudo sobreponerse a diferentes estados de ánimo y llevar adelante un buen juego. Ganar o perder pasa por otro lado. El tenis te enseña, primero, a mirarte. Y, después, a mirarte en relación al otro. A partir de ahí, el tenis, como cualquier otra actividad, desarrolla y potencia -para bien o para mal-  aquello que viene de los valores y de la crianza. El deporte por sí solo no genera valores, ni buenas o malas personas. 

 

LOS BORDES DE LO REAL 

                        “solo aceptaría ir al cielo si me aseguraran que allá habrá una cancha de tenis”
Adolfo Bioy Casares

Cuando hablás de cómo se vive el tiempo en el tenis, da la sensación de un tiempo distinto al cronológico. Todo lo que sucede en un instante, todas las palabras que ponés en un instante no entran en ese momento. ¿Cómo es esa vivencia?

Coincido plenamente en que hay una vivencia del tiempo distinta a la cronológica. Hay jugadores a los que, en esos momentos de máxima concentración, se les detiene el tiempo. Se vive como en una esfera paralela. Y lo que sucede afuera sucede muy lento. Te pasan muchas más cosas de las que trascurren alrededor cuando estás en situaciones de absoluta concentración y coordinación. Pero son pocos los momentos en que podés alcanzar ese estado. Esta situación la conversé mucho tiempo con mi psicólogo.Yo sentía que era la pelotita que iba y venía. Me involucré de manera muy intensa, en una unidad. Me sucedía que, mientras más levantaba la mirada, menos veía y perdía conexión. 

En relación a esto de perder conexión, recuperamos la imagen de “Match Point”, la película de Woody Allen: cuando la pelotita está sobre el fleje, ya no la podés controlar, hay una parte de azar que no está en tus manos. ¿Cómo te llevás con el azar, con las cosas que no podés controlar?, ¿cómo funciona el azar en el tenis?

Martín Vassallo Argüello, entrevista virtual con El Anartista

Funciona igual que en la vida. Se tarda mucho tiempo en entender que no todo depende de uno. Y, al fin, te liberás de esa responsabilidad de controlar todo. Vas y jugás. Una vez, Roger Federer dijo: «ni siquiera es mérito mío jugar tan bien, acá hay algo que no controlo, será que nací para esto». En los entrenamientos, frenás, analizás,repetís, corregís. Por eso sabemos que los partidos se ganan en los entrenamientos. Si intentás controlar todo lo que sucede en el partido, terminás instalado en un alto grado de tensión.

 

MOVETE, SI ESTÁS EN TU PROPIO CIELO

 «La belleza no es un objetivo de los deportes competitivos, pero los deportes de alto nivel son escenarios privilegiados para la expresión de la belleza humana.»
David Foster Wallace 

¿Qué es lo poético para vos, más allá de la literatura y el poema?

Sin dudas, lo relaciono con todo aquello que parte del movimiento, sin dudas. Ahí veo arte. En el caso del tenis, está  toda la secuencia que se desarrolla para llegar a ejecutar un movimiento de una forma bella, armónica. A su vez, se genera  una sucesión interminable de movimientos, que generan más movimientos. Finalmente, todos se reducen a uno. Las cámaras slow motion permiten ver esto. Las utilicé mucho como entrenador y pocas veces vi momentos tan poéticos como una patinada de un jugador de tenis, el polvo de ladrillo sobre su cuerpo, la pierna transpirada y la remera flameante. Toda esa composición es un poema. Todo esto genera, a su vez, movimientos en el alma, en el cuerpo y en el intelecto. 

¿Qué le aportaría a un pibe que quiere ser tenista, manejarse con entusiasmo con las palabras? ¿Vos le sugerirías a ese pibe que lea?

Sí, pero no sé en qué lo ayudaría tener oratoria para el deporte. Sí lo ayudaría en relación con el aprendizaje, en general. Con diferentes alumnos y niveles, con documentales y charlas Ted, logramos lo que no lográbamos con el ejercicio de sentarse a leer.

Quizás tenga que ver con la inmediatez de lo audiovisual.

Es muy probable.

¿Pero por qué hablan tan mal los deportistas?

Todo depende de tu lugar de origen y de las posibilidades de educación que hayas tenido. En mi caso, mi papá ejerció el periodismo y mi mamá era psicóloga. Desde que tengo uso de razón, en casa se leía. Mi infancia se relacionó con la escuela primaria, con el club Lanús y con acompañarlo a mi papá al diario «La Prensa». En la redacción, mientras él escribía las notas, yo hurgaba por los archivos de fotos. 

¿Cómo construís cultura en el deporte?, ¿cómo sumás otras inquietudes ligadas al lenguaje?

Te voy a hablar desde los dos roles que me tocaron ocupar. Quizás tengan relación con la pregunta. Uno, como entrenador;  el otro, actual, como Director Ejecutivo de AAT. Es justamente una de las temáticas que nos preocupan y trabajamos para abordar. Primero, depende de dónde vienen los jugadores. En el tenis, encontrás mayoritariamente gente de clase media. Creo que estamos mucho mejor de lo que estábamos tiempo atrás, en cuanto al nivel de educación de los jugadores. Hoy ya nadie discute si un jugador tiene que terminar la secundaria o no. Muchos jugadores que no habían terminado la secundaria, con la escuela a distancia, pudieron completar sus estudios. Hoy ya tenemos una camada de jugadores profesionales en la Universidad. Por ejemplo, Fran Cerúndolo está 350 del ranking del mundo, con 21 años, y estudia Economía en la UBA. Seguramente, con el paso de los años, encontraremos más de estos ejemplos.

¿Cómo se podría soslayar el lenguaje, si lo que se busca es una mente y un cuerpo fuertes?

Es interesante y no tengo las respuestas. Sí tengo para compartir con ustedes experiencias.  Existe un importante beneficio en interactuar con el conocimiento. Por ejemplo, cuando uno le pega a una pelota, hace un ejercicio matemático, hay líneas, parábolas, trayectorias, probabilidades. A la hora de elegir rematar a un lado o a hacia otro, evaluás trayectorias, distancias, efectos, posiciones dentro de la cancha, e incluso esas mismas probabilidades de ejecución del rival. A su vez, juegan cuestiones de anticipación. Por otra parte, para armar un calendario de competición, es inevitable hacer una serie de ejercicios relacionados con el análisis económico, geográfico, con la sucesión de torneos, hacer cálculos de puntos, evaluar probabilidades de enfrentar a determinados rivales. A partir de esto, podemos intentar involucrar a los deportistas desde ese lugar de conveniencia propia. Es una interesante puerta de entrada. 

 

 CLUB SOCIAL Y DEPORTIVO TENIS

 “La victoria lograda por violencia es equivalente a una derrota, porque es momentánea”.
Mahatma Gandhi

Nombraste un tema que aparece mucho en tus entrevistas: la cuestión de clase. Hay un relato fuerte, donde vos contás que ibas en una limousine, mientras pasabas por una favela. ¿El tenis es caro o lo hicieron caro?

Se mezclan varias cuestiones culturales. El origen de los clubes centenarios, como ´El tenis Club Argentino´, ´El Buenos Aires Lawn Tennis Club´ o ´El Jockey´, de San Isidro, es de clases sociales altas. Hoy, en todo el mundo, el deporte se popularizó y democratizó. En Argentina, eso sucedió gracias al rol de los clubes. El fenómeno de club social que se vive en Argentina es muy difícil de entender en otras partes del mundo. El sistema deportivo americano está desarrollado a través del sistema educativo, las máximas figuras surgen de las universidades. En otros países, el desarrollo se realiza a través de estructuras estatales, con campos regionales y nacionales, administrados por el Estado. En Argentina pasaron dos cosas. Por un lado el rol de los clubes y, por otro, el papel que jugó Guillermo Vilas, al popularizar el deporte. Esto hizo que gente de recursos más bajos pudiera acceder a jugar al tenis. Ahora, cuando hablamos de si el tenis es caro o barato, lamentablemente, uno cae en decir, depende para quién. Para alguien en una situación de inestabilidad laboral  que no llega a cumplir las necesidades básicas, seguramente, sea caro. El precio del par de zapatillas adecuado para poder jugar no es popular. La raqueta también tiene un costo poco accesible. Aunque el tenis dejó de ser un deporte prohibitivo para una clase media baja, no está democratizado al 100%, como prácticamente nada lo está. En mi caso, yo provengo de una clase media baja, el único ingreso en mi casa era el de mi papá, empleado administrativo en Osecac. Aparte, los domingos hacía algunas notas en el diario. Mi mamá era ama de casa y vivíamos en un departamento chico, con poco más que lo necesario. El auto llegó muy tarde. Cada vez que mi papá cobraba el sueldo, lo celebrábamos en la estación de tren, comprando una lata de Coca. Para mí, era como un recreo, porque encima era la única Coca Cola que me podía tomar en el mes. Pero, más allá de mi casa, yo jugué al tenis porque existió el Club Lanús: con una cuota social, hice todos los deportes. Hasta que, finalmente, elegí el tenis. Por eso, de no existir el entramado que hay con los clubes, seguramente, sería un deporte mucho más costoso e inaccesible.

¿Existe algún caso de algún pibe de pocos recursos, que haya llegado a las grandes ligas?

Está el caso de Cristian Villagrán. La familia vivía en un barrio popular cuando le empezó a ir bien. Un club lo becó, el Municipio aportó y  así ganó su primer dinero en circuitos internacionales. Con eso compró el lavadero, que era de donde venía el ingreso familiar. Así su familia pasó a ser dueña del lugar donde siempre había trabajado. Ese chico siguió con los entrenamientos, y hoy trabaja en la Federación Suiza de Tenis. Es un entrenador a nivel mundial, en una institución de prestigio y de muy difícil llegada. De todos modos, desde el Estado, existen muchos mecanismos para apoyar estas instancias. Por supuesto, aún son insuficientes. Por su parte,  la AAT tiene programas de tenis social en los barrios humildes de la Ciudad de Buenos Aires. ¿Esto quiere decir que esté toda la autopista armada para que un chico de un barrio popular sea profesional? No, ser profesional es otra historia, llegan muy pocos. Hoy viven de jugar al  tenis 100 personas en todo el mundo.

 

EMPODERAR LAS BASES 

«Nunca estuve más solo en mi vida que cuando fui el número 1 en 1977. Era un cardo. Solo, solo. La gente puede pensar que fue un año espectacular: yo deseaba que terminase rápido»
Guillermo Vilas

Hablaste de la importancia del club social en tu biografía. A la vez, comentaste que sos Director Ejecutivo de la Asociación Argentina de tenis. ¿Qué tarea realiza el Directo Ejecutivo y cómo se vincula esa tarea con todo este entramando del que hablamos, para que más pibes puedan llegar?

Bien, interesantes preguntas. Vamos por partes. Empezamos por el profesionalismo. Se calcula que, cuando estás 120 del ranking, recién podes empezar a vivir del tenis. Por otra parte, el rol de los clubes en la Asociación se divide en dos. Por un lado, la AAT, tiene un estatuto por el cual, en CABA y hasta 100 km a la redonda, oficia como si fuese la Federación Metropolitana de Tenis, que no existe. Los clubes se afilian directamente a la AAT. Por lo tanto, nosotros tenemos potestad de entablar un vínculo directo con los clubes. Luego, tenemos 26 federaciones provinciales y los clubes están afiliados a la federación. Lo que hacemos es una bajada de línea nacional, ponemos  a disposición programas  que ejecutan las propias Federaciones. Esto explica porqué, en CABA, existen programas de tenis social, de tenis en los parques, de tenis escolar y, en algunas provincias, no. Entonces, ¿cómo nos vinculamos con los clubes? A través de las competencias, les damos herramientas para que desarrollen su estructura de conocimientos, para que hagan buenas escuelas, para que capaciten a los entrenadores, para que el personal de trabajo sea idóneo. CABA  tiene un programa de parques públicos que administra la Asociación Argentina, un logro importante porque, antes, los profesores eran designados por la Secretaría de Deportes de la Ciudad y ahora los gestiona la Asociación. A su vez,  queremos dejar de ser una Asociación elitista, no solo en términos económicos, sino en términos de nivel. Si mañana alguno de ustedes quiere ir a jugar un torneo de la AAT, no va a encontrar un torneo acorde, salvo que hayan jugado al tenis toda la vida. Por lo tanto, deberán ira torneos privados, o a ligas, pero no a la AAT. Diseñamos los circuitos amateurs, para que el tenis sea de verdad un deporte apto y albergado por la AAT, cosa que jamás había sucedido en sus 100 años historia. En términos de mirada social, el slogan es: “el tenis es un deporte para toda la vida”. Debemos generar buenos aficionados, y lugares para que, cuando se abandone la carrera profesional, el jugador se pueda acomodar sin mayores problemas dentro de la estructura establecida.

¿Cuál es el rol de las instituciones educativas en esa estructura?

Tenemos programas deportivos de enseñanza que pretenden ampliar la pirámide y convertirla en un cuadrado. Para esto, creamos el Departamento de iniciación y promoción. El tenis escolar es otro de los pilares del programa. Comenzó en el municipio de Hurlingham, donde hay 30 colegios que reciben clases de tenis, con la misma calidad de enseñanza que las que se dan en el ´Buenos Aires Lawn tennis club”. De hecho, en algunos lugares, son los mismos profesores. Ese es el primer sello distintivo que queremos dar.

 ¿Y en cuanto a la relación Capital y provincias?

En ese sentido, hay otro aspecto vinculado al profesionalismo, que se relaciona con la historia de Jazmín Ortenzi, de Chilecito, La Rioja. En su ciudad natal, las canchas son de tierra, las hizo el abuelo. La detectamos en un encuentro que llevamos adelante dentro de un Programa Nacional de Desarrollo denominado “Tenis Federal”, recorrimos prácticamente todo el país, ella tenía 11 años y, la adherimos a un sistema de seguimiento hasta los 14. Cumplida la edad, le generamos una beca para que pudiera venir a Buenos Aires. De toda esa articulación, participaron la Federación de Tenis de su provincia, el municipio de Chilecito, la provincia, la Secretaria de Deporte de la Nación. Así, se le dio espacio para que se quedase en el Cenard. La AAT la becó en todas sus competencias. Es decir, se generaron los recursos para que Jazmín, sin pagar un peso y desde los 11 años hasta los 18, pudiera debutar y ser una de las representantes de la Selección Argentina de tenis.  

¿Cuál es el enfoque de género que tienen desde la AAT? Nos llamó la atención que, en la foto de la comisión directiva del portal, son todos varones. Recién en el puesto de vocales aparecen algunas mujeres.

En el libro que escribí hace unos años: «Del juego a la profesión», hay un capítulo dedicado al tenis femenino. Allí se hace un diagnóstico del tenis, que concluye en un círculo vicioso, del cual nadie sabía cómo salir y del que todos esperaban una salida mágica.  Ese argumento de “no salida” plantea que, como no hay una “Gabriela Sabatini”, hay falta de motivación para las chicas y para los potenciales sponsors. Ahora, yo pienso: si no hay chicas que jueguen, no habrá torneos, no saldrá ninguna referente, y así nunca volveremos a tener a una Gaby Sabatini. Ante esto, nos propusimos generar un plan integral para el tenis femenino, a doce años. Este programa plantea interceder muy fuerte en el desarrollo y generar las condiciones para que las chicas que hoy surgen cuenten con las herramientas necesarias, que el propio mercado no les puede ofrecer. Este plan integral contempla el acercamiento de las chicas al tenis como un lugar seguro, donde se las respete y se las contenga. Sucedía en nuestro deporte, que el sueño de un entrenador o entrenadora era acompañar a un varón a la final en Roland Garros. Por lo tanto, también debíamos reeducar a nuestras ex jugadoras para que pudieran romper con esa lógica histórica. Así, creamos la Comisión de la Mujer y el Deporte y, dentro de ella, la Comisión de género, en sintonía con el Comité Olímpico Argentino. Entonces, lo que hacemos es organizar la información para lograr que circule y se retroalimente, a partir de los talleres y las actividades. Decidimos que, cada vez que haya un evento deportivo, se hable de un evento integral. Cuando se jugó el último torneo internacional en Argentina, antes de esta pandemia, había una actividad diaria relacionada a generar un deporte con perspectiva de género. Y lo más interesante tuvo que ver con la comunicación. Hicimos un relevamiento de cómo se había comunicado históricamente la AAT, en cuanto al tenis masculino, mixto y femenino. El resultado fue desopilante: el 2% tenía que ver con el tenis femenino. Al encuestar a jugadoras, entrenadoras, dirigentes y presidentas de clubes de federaciones, argumentaban que los varones eran más exitosos y eso se visibilizaba. Así comenzamos con campañas de comunicación y, cuando aparecía un resultado, por mínimo que fuera, le buscábamos la vuelta para que se conociera. De enero a septiembre de 2019, teníamos un 2% de publicación femenina, 3% mixta y 95% masculina. Los resultados de comunicar diferente marcaron que al relevar septiembre/octubre de 2019 se pasó al 40% de información entre femenina y mixta.

¿Qué efectos tuvo ese cambio?

Ese cambio comenzó a repercutir en otros comunicadores, que se vieron en la obligación de reflejar lo que la Asociación. ¿Cómo comunicábamos el tenis femenino?  Fijate, la imagen que surge de un varón, en los torneos nacionales, es la del festejo, el varón muestra su garra, se lo ve empoderado. La imagen de la mujer era la de tres chicas sentadas en una tribuna, abrazadas y riendo. Comenzamos una campaña a partir del slogan: “mujer bonita es la que lucha” y mostramos mujeres en situaciones de festejos, de agresividad deportiva, de saltos, en movimiento. Es un proceso interesantísimo, pero el cambio debe ser integral. Somos, sin duda, la federación más avanzada en estos temas de género. Mirá, en una reunión con el Comité Olímpico, el presidente de la AAT –que participaba por primera vez en ese tipo de encuentros-  manifestó el deseo de una Asociación con igualdad de oportunidades para hombres y mujeres y libre de discriminación o violencia de género. Con una mirada no solo hacia las mujeres, sino hacia cualquier tipo de diversidad. Estamos orgullosos del proceso y nos entusiasma contarlo cada vez que podemos.

 

CAMINOS DE ARCILLA

 ¿Amor? Vamos, la gente no quiere amor; la gente quiere triunfar, y una de las cosas en las que puede hacerlo es en el amor.”
Charles Bukowski

Algunas palabras que vos mencionaste se asocian mucho al deporte, pero también a la lógica del capitalismo. Nombraste competencia, rival, ganar. También está esa cuestión de “el que saca tiene ventaja” aunque, en el caso del tenis, rote el que saca. ¿Se puede pensar a la competencia por fuera del sistema que nos maneja?

Hay distintas posturas acerca de si los niños deben competir o no. Hoy los chicos compiten todo el tiempo, así que solo tenemos que darles herramientas para que convivan con lo que resulta de la competencia misma. Respecto a lo que sucede con el deporte, es difícil separar a la competencia de lo que genera el deporte. ¿Qué pasaría si jugásemos al futbol sin arcos, si no contáramos los goles, si no hubiera campeones? ¿Sería tan bello el revés de Federer si da lo mismo donde pica la pelota? ¿Esto marca que el deporte fomenta valores destructivos? A partir de estos interrogantes, yo creo que la competencia en sí no lleva a que seamos una sociedad que tenga como eje la destrucción del rival.

¿Qué puede hacer la familia al respecto?

Hay que trabajar mucho con lo que sucede con el que gana y con el que pierde. El daño se hace cuando, al segundo, se le dice que la medalla no vale. El que gana no es un genio. Un profesor me decía: “genio era Da Vinci”. Esto me remite a una anécdota del tío de Rafa Nadal, Tony -su entrenador-.  Sucedió cuando Rafael ganó un torneo importante a nivel juvenil en Francia, ´Les Petits As´. Quien lo gana, generalmente, desarrolla su carrera con mayor facilidad. Cuando llegó a su casa, su familia lo esperaba para un gran festejo. Pero el tío canceló todo y le dijo a Rafa que lo quería al otro día, a las 8 de la mañana, para entrenar. El padre le reprochó esa dureza y el tío lo invitó a leer quiénes habían sido los últimos 10 campeones de ese torneo: ninguno fue después número uno del mundo. Y agregó: “Eso es porque ganaron ´Les Petits As´ y festejaron”. Indefectiblemente, cuando Rafa terminaba un torneo y se iba a la casa, él  barría o lavaba los platos. Él reconoce que eso le ponía los pies sobre la tierra.

¿Cómo se vive esta presión del éxito, en el tenis de hoy?

En este momento hay campeones que reconocen cuando pierden, se saludan y hasta se muestran alegres por el logro del rival, de su equipo de trabajo. No se acaba el mundo por perder.

Llama la atención que todos los deportes sean a ganar o perder, que no se haya construido otra cosa.

El futbol, por ejemplo, tiene el empate, tiene posiciones neutras en la tabla, donde no se asciende, ni se desciende, ni se sale campeón. Pero es un lugar interesante para marcar los límites.

¿Cómo se maneja en un entorno tan competitivo la posibilidad del fracaso en los juveniles?

 Es importante conocer el contexto. ¿Para qué lleva un padre a un chico a hacer deporte? ¿Por una cuestión de construcción social o porque quiere que sea únicamente campeón? Y esto último no lo cuestiono, no está mal. Lo que está mal es que no le permita al chico ser otra cosa. Nosotros intentamos mostrar contra ejemplos, generar rápidamente la idea de que se puede ser exitoso y no ser campeón. Un ejemplo es Martín Bossi, el actor, imitador y ex tenista. Él comenta que, en la actuación, es tenista. Porque es metódico, come sano, elonga, por su obsesión, por la cantidad de veces que repite el libreto, por el vínculo con la frustración. Dice que, hasta que no le sale algo, “no se va de la cancha”. Y agrega: sin el tenis, no hubiese sido actor. Esto es importante para que quienes no logran el camino del profesionalismo puedan sentir que el tenis es para toda la vida. Juegues el torneo que juegues, vas a tener cosquillas en la panza siempre. 

Martín Vassallo Argüello, entrevista virtual con El Anartista

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