La potencia: entrevista a Ari Lijalad.

Entrevista: Isabel D´Amico, Claudia Quinteros, Luisa Luchetta, Gabriela Stoppelman
Edición: Gabriela Stoppelman
Fotografía: Ana Blayer

“Lo indecible me será dado solo a través del lenguaje”
Clarice Lispector

La madeja amanece enredada. Como si todos sus hilos fueran de la misma espesura, como si el matiz y el color resultasen solo una cuestión de pigmentos ahogados en más o menos agua, de inmersiones del tinte en ríos más o menos profundos. Así, el transcurrir de las horas hacia el mediodía consiste en un obstinado persistir en busca de correspondencias, patrones y analogías. La trama se complica porque hay muchos tejedores con las agujas más puestas en el embrollo que en el abrigo. De todas maneras, siempre queda un hilván suelto, un cabo alerta, una hilacha rebelada contra farsas y disfraces. La clave consiste en no sumarse a la urgencia de las horas, en habitar el instante, marcarle el pulso y no en ser marcados. Hacer de cada punto un paso hacia el origen, ese que siempre se escurre en el hueco entre dos bucles, en la ansiedad de la lana por volverse prenda, en la astucia de las prendas por mandarnos al Berlín. Pero también para eso hay remedio. Lo sabían las antiguas tejedoras, las que buscaban diseños en los surcos de la tierra, en el andar de las nubes, en la forma en que el horizonte simulaba una línea y, al rato, desdibujaba un confín. Cuando la tormenta y el hastío les ofuscaban la mirada, ellas se resistían a los monólogos de la lana y comenzaban a tejer en comunidad. Allí, en el fragor de las agujas, siempre regresan ecos de primeras batallas, voces de ausentes que hacen pie en la orilla del tiempo, músicas que se hermanan alrededor de un fogón.

Recién en el atardecer del tejido, empieza a vislumbrarse la singularidad de cada hebra. Pero es solo bien entrada la noche, cuando se advierte el vínculo entre cada filamento, la sutil torsión del nudo, el grosero punto atrás de la chicana.

Lentamente y sin ánimos de primicia, la madrugada despunta en figuras: la esquila, el pastor, la oveja, la rueca. Y todas parecen un punto de llegada en el tejido infinito de la luz. Así, con los primeros destellos de un nuevo día, a punto origen, nos encontramos a tejer la charla con Ari Lijalad.

Sebastien Preschoux

UN TAJO AL PRESENTE CONTINUO

El trapo, pues, ama los orígenes. Cada trapeada es de hecho una inmersión en el origen. Y puesto que el origen se aleja, el trapo se ve obligado a frotar y frotar, atravesando más capas para recuperar la cosa original, la cosa como es.”
Caja de herramientas”, Fabio Morábito

En el documental “Clarín, un invento argentino” hay una enorme cantidad de referencias al tema del origen: el origen del nombre de Clarín, el origen de Noble, la versión sobre el encuentro original entre Noble y Ernestina, ¿qué te obsesiona tanto del origen?

Hay un problema en el trabajo periodístico vinculado con la precarización de la profesión, con la locura por la primicia. Eso, a mi entender, hace que no se trabaje bien a la hora de contar cualquier cosa. En general, no me gusta cuando me presentan como periodista de investigación. Creo que, o investigás o hacés mal periodismo, la diferencia está en cuánto tiempo tengas para hacerlo, cuan profundo vayas y cuál sea tu formación. En eso influye mucho el apuro de las empresas por ganarle al medio de al lado, la poca formación de los periodistas y, a veces también, el desinterés por hacer un buen trabajo. Entonces hay una suerte de continuo presente en los medios, donde nadie explica el origen de los hechos que informan. El origen permite entender. Yo empecé en el periodismo, a los dieciocho o diecinueve, con María Seoane. Lo primero que ella me dijo es que la información en sí misma no vale nada, que hay generar sentido con ella. Y, bueno, generar sentido no significa tergiversarla o mentir, sino investigar, poner en contexto, buscar de dónde viene, comparar. Además, la idea del origen es intrínseca a las ciencias sociales, en general. No sé bien si el periodismo es una ciencia, seguro no es solo un oficio, pero necesita saber de dónde vienen las cosas.

Odilon Redon – L’oeuf

Siempre puede haber una causa más, detrás de la que parece primera. ¿Cuándo termina una investigación?, ¿cuándo decís “acá toqué el fondo”?

Parte del oficio que uno va adquiriendo consiste en poder poner un cierre. Si no, no termina nunca. Es difícil y resulta muy fácil equivocarse. Ahora trabajo mucho con Franco Mizrahi y, en general, soy quien pone ese límite. A veces tengo razón y otras él está en lo cierto cuando propone seguir un poco más. Es un desafío: cuando todo viene fácil, es porque no te hiciste muchas preguntas. Esto tiene que ver con lo que sucedió con la realización del documental. La idea era hacerlo sobre Clarín, pero no se entendía Clarín si no se hablaba del origen de Noble, un personaje muy rico, con una idea de país, con libros escritos, con un paso por la función pública muy interesante, donde fue perfilando su mirada sobre los medios. Por ejemplo, Noble fundó Radio Provincia, en ese momento, la radio más potente del país. Por todo esto, le dedicamos medio capítulo a ese personaje. Para que se den una idea de cómo se diversifica la información, el primer corte del primer capítulo duraba dos horas y media. Tuve que reducir eso a veintiséis minutos, que es la duración final que tiene cada capítulo. Imaginate todo lo que quedó afuera. No solo hubieran sido insoportables ocho capítulos de dos horas y media, sino que había que adaptarse a las exigencias del concurso que había ganado. Así es como siempre confluyen muchos factores que obligan a recortar. Cuando uno escribe, todo le parece genial, pero el oficio está en saber qué cortar y qué no.

LA VELOCIDAD DE UN ROMPECABEZAS

“El impresor es un viejo texano llamado Jones, que trabaja con una linotipia. Una máquina maravillosa con cerca de mil piezas y engranajes. Las letras se hacen con plomo fundido. Compone las palabras en moldes que chocan y cantan y tintinean, y luego salen en líneas de plomo caliente. Eso hace que cada línea parezca importante.»
Manual para mujeres de la limpieza”, Lucía Berlín

Antes hablaste de la urgencia. Con tanta información para asimilar, ¿cómo se puede pensar rápido si, por definición, la reflexión requiere -al menos- cierta lentitud. ¿Cómo te llevás vos con la urgencia?, ¿y con la lentitud?

Detesto la rapidez y las urgencias en el periodismo. No me gustan. Como dije antes, no creo en la primicia y menos, las actuales, que duran cinco minutos en twitter. Los diarios de papel ya no existen, a las ocho de la mañana son viejos. Como decía Horacio Verbitsky, hay que tomarse horas culo para hacer bien el trabajo. Muchas veces no las tenés. En mi caso, por el tipo de laburo que hago y por demostrar que se puede y que vale la pena y rinde, he logrado que me den tiempo. A veces es bueno que alguien te apure para que no te achanches. Por otro lado, sucede que, dependiendo del tema, uno cada vez piensa más rápido. El caso Correo, por ejemplo, lo vengo trabajando hace cuatro años. Al principio me llevaba mucho más tiempo entender cómo funcionaba cada una de las piezas, ponerla en su lugar y escribir una nota. Hoy, cuando pasa algo vinculado a ese caso, puedo escribir una nota diez veces más rápido que al comienzo, porque ya tengo estudiado el tema. Ahora, en este sentido, quiero destacar que es imprescindible romper con la idea de que el periodista es una persona más informada que el resto. A los periodistas nos pagan para que nos pasemos horas buscando información.

Chiharu Shiota

Si no te pagaran, ¿no harías este periodismo, harías otro tipo de periodismo?

Haría lo mismo. Lo que digo es que buscar información es parte de nuestro trabajo. Hay personas que se dedican a producir la comida que yo como mientras busco información. El punto es demoler esa falsa idea que hace que, cuando un periodista llega a una reunión social, todos le pregunten sobre cualquier tema porque se supone que él sabe acerca de todo. No es así. Aparte, la información se elabora con equipos de trabajo, donde los participantes complementan sus saberes entre sí. Pero, volviendo a las urgencias y la lentitud, creo que hay que aprender a parar la pelota, a poder decir “todavía no lo tengo, necesito chequear más datos”. Lamentablemente, hoy en día todos los medios tienen el famoso “Noticia en desarrollo”, lo habrán visto, escriben el título y dicen “voy a leer sobre el tema”. Es una barbaridad…

¿Algo así como ensayar en público?

Sí, o peor. Sería como poner en la cartelera del teatro el título de una obra y, cuando entrás, recién están empezando a escribir el guion. El título debe ser lo último a escribir en una noticia.

Trabajar con tanta información, tanto desarrollo, buscando el origen y demás, ¿crees que contrarresta tanto desquicio informativo?

Sí, creo que la diferencia la hacemos con la calidad, no con la rapidez. Los grandes medios del mundo han ido hacia sistemas de financiamiento alejados de la publicidad tradicional. Se trata de un sistema de suscriptores, como en los casos del New York Times, The Guardian, el Washington Post. El suscriptor que decide invertir dinero ahí, no lo hace para acceder a una noticia que fácilmente podría encontrar en twitter, sino porque ese medio le ofrece algo que no está en otro lado. Y ese algo son las famosas investigaciones. Hoy en día el noticiero es una antigüedad. Las noticias del día, de alguna forma te llegan, no hay que hacer esfuerzo para eso. Aunque no sean los temas más relevantes para tu vida, el sistema mediático decide que vos tenés que hablar de eso. El suscriptor, en cambio, busca otra cosa.

Chiharu Shiota

GENEALOGÍA POLÍTICA

Proposición:/pasar de la poética de la moral/a la moral poética.
Ejemplo:/de dos peligros debe cuidarse el hombre nuevo:/de la derecha cuando es diestra/de la izquierda cuando es siniestra./En resumen:/más vale ser cabeza de león
que cola de ratón./El mejor modo de esperar es ir/al encuentro.»
“Apuntes para una crítica de la razón poética”, Mario Trejo

El documental, entre otras cosas, muestra algo así como a los antepasados de las fake news. Por ejemplo, en 1957, Noble y Frigerio pergeñaron una falsa entrevista a Perón para que los votos de Perón fueran hacia Frondizi. Estas maniobras se fueron agravando y llegamos a un punto donde todo este trabajo de calidad que ustedes hacen propone mostrar evidencias. Pero parece ser este un mundo en el que la evidencia no se asocia con la verdad, ¿qué más puede hacer el periodismo con esto?, ¿se lo plantean como un tema de reflexión vos y tus colaboradores?

Chiharu Shiota – During Sleep

Cuando Walsh publicó ´Operación Masacre´, a la evidencia que él mostraba tampoco se la relacionó con la verdad, pero ya sabemos cómo ese texto se ha vuelto central para la historia. También hay casos donde las investigaciones ponen tanto peso de evidencia que hacen renunciar a un presidente, como cuando publicaron el Watergate e hicieron renunciar a Nixon. Siempre está la cuestión de que uno cree que su nota debería cambiar el mundo automáticamente y eso, en general, no pasa. También hay que manejar esa frustración.

A vos te tocó un mundo diferente al de Nixon, donde el imaginario fue tomando un tamaño cada vez más gigantesco, de inventar una entrevista hemos pasado a inventar realidades completas que funcionan como tales.

Creo que pasaba igual, solo que ahora queda a la vista más rápido. Los medios de comunicación no son lugares alejados de la sociedad, son parte de ella y, como tales, son actores políticos. Sacarlos del lugar que tienen los partidos políticos, los sindicatos, las corporaciones empresarias y pensar que simplemente se limitan a dar noticias y que, si mienten, mienten porque son malos, no es real. Los medios son y han sido una parte muy importante de la política. Y, en relación a esto, una vez más. regreso a los orígenes: Mariano Moreno fundó un medio para defender la Revolución, Mitre fundó un medio para defender la idea de un país liberal, Roberto Noble lo hizo para defender la idea de un país desarrollista y Roberto Navarro fundó un medio para defender un país peronista. La diferencia es que ahora, en lugar de Moreno, Mitre o Noble, algunos se ocultan detrás de una mega corporación empresaria, con sede en islas Caimán. Pero lo que se está discutiendo es siempre política y política económica. Y todo es más rápido y todo es más oculto, no sabes quién es el dueño final de un medio. Y, si lo sabés, tampoco se trata necesariamente de un tipo que participe de la discusión pública: Magnetto no participa de la discusión pública, pero sí Fontevecchia, que todos los domingos hace una entrevista para decir lo que él quiere delante de otra persona.

DES-COACHEAR LA PALABRA

Como quien dice: anhelo,/vivo, amo,/inventemos palabras,
nuevas luces y juegos,/nuevas noches/que se plieguen/a las nuevas palabras.
Hagamos/otros dioses/menos grandes,/menos lejanos,/más breves y primarios.
Otros sexos/hagamos/y otras imperiosas necesidades/nuestras,/otros sueños/ sin dolor y sin muerte./Como quien dice: nazco,/duermo, río,/inventemos la vida/nuevamente. “
Fundación”, Susana Thenon

En una parte del documental aparece la expresión “Un diario, un partido inorgánico.” Nos preguntamos si se puede ser orgánico y crítico a la vez. Y también, ¿cuándo la idea de “no le demos de comer a los otros actúa como autopreservación y cuándo, como extorsión del pensamiento?

Ghada Amer

Yo no creo en la idea del fuego amigo, es una ida falsa. El amigo no te dispara: te puteará, te dirá cuándo hacés algo mal; te abraza, te cuida, pero no te dispara. El que te dispara es el enemigo. Yo me siento ideológicamente parte de este gobierno y he sido ideológicamente opositor al gobierno de Macri. Y así nos fue, cuatro años bastante complicados de persecución y amenazas. Ahora, no soy parte del funcionariado del gobierno ni creo que nuestro rol como periodistas, dentro de lo amplio que es el peronismo, sea simplemente ser los voceros oficiales de un gobierno con el que coincidimos ideológicamente. Te doy un par de ejemplos: cuando arrancó la pandemia y el gobierno lanzó el programa ATP, a mí me escribieron laburantes para decirme que les daba vergüenza cobrar su sueldo por el ATP, en algunas empresas, como Techint. Me puse a investigar y, efectivamente, Techint, Clarín, Coca Cola, La Nación, grandes empresas que no lo necesitaban, se estaban aprovechando de esa política del gobierno. Publiqué eso, y no sabés la cantidad de funcionarios que me llamaron para decirme que atentaba contra el gobierno. También hubo un montón de funcionarios que me llamaron para felicitarme. Alberto no sabía que le estaban dando plata a esas empresas porque era algo que se maneja de modo automático y, cuando se enteró, dijo “esto hay que cambiarlo” y puso una cantidad de regulaciones, tales como que las empresas no podían repatriar ganancias, no podían tener sede en guaridas fiscales, no se podían meter a timbear en el contado con liqui. Así, muchas empresas tuvieron que devolver la plata. Le hicimos ahorrar al Estado miles de millones de pesos. Sólo de Techint fueron quinientos millones devueltos que después se usaron para comprar vacunas. Entonces, lo del fuego amigo es una mentira. Yo estoy orgulloso de esa nota. Ser parte es discutir. Porque siempre hay una excusa: que no podés discutir públicamente porque estamos en la oposición, o porque estamos en año electoral, o porque acabamos de ganar, o hay elecciones de medio término, o se termina el ejercicio y hay que reelegir. ¿Nunca se puede discutir públicamente? Las discusiones hay que darlas públicamente y no son tan complicadas. Es como decía Jauretche, si te lo explican dos veces y no lo entendés, te están cagando.

En la radio ustedes suelen hablar de la necesidad de que el gobierno tenga más medios, ¿pensás que el peronismo necesita también un nuevo lenguaje?

No lo sé. Sí existe una disputa por el lenguaje. Yo cuido mucho las palabras, orales o escritas. Creo que es importante no delegar ninguna palabra en manos de la derecha. Cuando yo era chico, no hablábamos ni de la patria ni del patriotismo, esas eran palabras que habían capturado los milicos. Algo lindo que tuvo el proceso del 2003 para adelante fue recuperarlas. El periodismo es importante para eso y no puede caer siempre en cómo se nombran las cosas desde los sectores de poder. Miremos a Jorge Lanata, por ejemplo, un tipo muy inteligente que lleva muchos años en esto, tiene atrás un equipo de guionistas, que piensa cómo él va a decir determinada cosa, cómo la va a mostrar. El guionista del programa de televisión de Lanata era Marcelo Birmajer. La grieta no es un invento de Lanata, es de Eliseo Verón, que trabajaba para ellos. Y la grieta existe desde Aristóteles. Maquiavelo y Marx ya hablaron de la grieta, que es una grieta de clase y económica. En este sentido, es importante no incorporar las palabras que los medios hegemónicos intentan instalar. En todo caso, hablemos de lucha de clases, ¿por qué no se habla de lucha de clases en los medios si eso sigue vigente?

Debe haber un poco de culpa.

Te dicen que es viejo, que es comunista, que aburre. Hay un libro muy interesante que recomiendo: “Realismo capitalista”, de Mark Fischer. Allí uno de los millonarios que el texto cita dice “La lucha de clases continuó, sólo que nosotros seguimos peleando y ustedes no.”

Pensaba en el lenguaje como fundador de identidad. En este sentido, me impresionaron los nombres que los empleados de Clarín le daban a Clarín: “el marido golpeador”, “el churrasco con ensalada”. Y los calificativos que Noble le atribuía al diario: “diario catapulta”, “caja de resonancia”.

Como el uso de “La gente”, por ejemplo. Yo nunca, nunca hablo de “la gente”.

Ghada Amer – Heroínas

REMONTAR VUELO

Un día emprenderemos una excursión a donde apunte el viento/Álbum de familia o editaremos un libro de dibujo o poesía/donde se aprieten las ruedas, el humo, las hojas/los papás que usan tirantes y los fantasmas. /Ahora sólo sabemos caminar las calles/y ni siquiera somos carteros.”
“Los amigos”, José Watanabe

Tenés una frase de Charly en tu tweet “Soy lo que creí, soy lo que está pasando”, ¿cómo te llevás con el lenguaje poético?

Ari Lijalad

Nunca le encontré la vuelta a la poesía. No la leo, mi mujer escribe poesía. Sí me vinculo con la poesía musical. Debería leer más literatura. No creo que sea una virtud estar siempre en el mismo lugar, pensar siempre lo mismo. Pero es complicado romper con esa figura. Yo soy cada cosa que hice de acuerdo a lo que creía en cada momento de mi vida. Si en unos años creo otra cosa, no me voy a arrepentir de lo actual. Ahora, con respecto al lenguaje poético en el periodismo, hay periodistas que escriben bien en serio y otros que se pasan de mambo y terminan por no poner un solo dato. María Seoane escribe en serio, Eloy Martínez, Walsh escribían en serio. Yo no escribo bien, con el tiempo he logrado desarrollar una escritura más amena con todos los datos que consigo y vuelco. El problema, aparte de la urgencia, es el espacio. Yo escribo largo. Hoy en día, la web te permite eso. Hace cinco años te pedían que escribieras cortito “porque, si no, nadie lee”. Ahora, a Google se le ocurrió que si escribís largo te ponen primero en las búsquedas. Qué sé yo, yo escribo. Me importa un carajo lo que diga Google.

¿Cómo vamos a dar la batalla por el lenguaje sin un poco de vuelo?

Bueno, eso es importante. El texto escrito tiene que ser bello, legible y ameno. Por eso me gusta más la radio. Es muy difícil transmitir el modo en que uno habla a un texto. Soy mucho más ameno al contar una investigación en forma oral. El trabajo periodístico es el mismo, después está el formato. Incluso, en televisión la cosa no se resuelve con una camarita, un plano de dos segundos, otro con cinco tipos opinando y ya. De todos modos, la televisión no me gusta, ya el set mismo es problemático.

Sin embargo, en el documental hay muchas cosas poéticas. Por empezar, el comienzo, la música y esas imágenes. ¿interviniste en eso?

Sí, pero el documental es un laburo muy en equipo. Yo no soy documentalista y, cuando hice, “Clarín, un invento argentino” era muy joven e inexperto. La música la hizo mi hermano, Martín, junto con otro amigo. La apertura fue idea mía, pero con una gran edición de Juan Carlos Macías, el montajista de “La historia oficial”. Yo tenía 27 años y él, con sus 73, casi no sabía usar la computadora, pero de montaje conocía un montón. Íbamos juntos a la biblioteca del Congreso, donde siguen haciendo impresión en caliente. Cuando tuvimos las imágenes que necesitábamos, me dijo “andate, volvé en una hora”. Al regresar, estaba todo hecho. Lo que se ve en el documental en cuanto a imagen es trabajo del director de fotografía y camarógrafo, Matías Iacarino. También está el laburo del sonidista, Carlitos Olmedo. En fin, yo soy un convencido de que todo esto es un hecho colectivo.

Sebastien Preschoux

FUNES, EL HOMBRE SIN RELACIONES

Cada palabra a imagen de otra luz, a semejanza de otro abismo,
cada una con su cortejo de constelaciones, con su nido de víboras,
pero dispuesta a tejer y a destejer desde su propio costado el universo
y a prescindir de mí hasta el último nudo”
En el final era el verbo”, Olga Orozco

La potencia es el tema de este número Anartista. En ese sentido ¿qué hay de singularmente potente en ese trabajo colectivo?, ¿cómo se manejan los narcicismos? Y, por otro lado, ¿qué te potencia a vos fuera del laburo?

Ari Lijalad

Eloy Martínez decía que el periodista llega a su casa, se saca el gamulán y deja de ser periodista. Uno tiene que lograr cortar, por su salud mental y por la de su familia. En cuanto a los narcisismos, el periodismo es un ámbito de muchos egos porque, efectivamente, muchos buscan la firma, y algunos lo hacen a costa de cualquier cosa. Pero uno es en el laburo como es en otros ámbitos. Tengo mis amigos de toda la vida, me llevo bien con mi familia, no es algo para lo que me tenga que esforzar. Pero sí me ha pasado de trabajar en grupos donde un conductor de un programa de radio no te da espacio, o grupos donde hay peleas, egos. En este momento de mi vida ya no tengo ganas de ir a trabajar en un lugar que me hinche las pelotas. Lo que te potencia es rodearte de gente mejor que vos. Hay dos formas de armar un equipo: para destacarte vos o para que funcione. En el segundo caso, vos sos uno más. El Destape Radio lo hicimos de cero, no había nada. Y siempre que buscamos a alguien nuevo preferimos que sea buen profesional y buena gente, donde haya la menor cantidad de problemas posibles. Llego a la radio a las seis y media de la mañana y a esa hora no puede haber problemas. Entonces, me potencia armar equipos donde todos se sienten parte y son reconocidos. De verdad, si no es colectivo, no funciona. Navarro es un poco así. El modelo de El Destape lo es. Eso también tiene que ver con las condiciones de trabajo: todos cobramos bien, cobramos al día, no hay maltrato laboral, por eso el grupo de trabajo se juega la cabeza por el programa.

Habías mencionado la “Operación Olivos”, que reveló la potencia de la ilegalidad de los jueces, del periodismo y de los fiscales. Para esa investigación ustedes se basaron en información obtenida legalmente, algo que siempre resaltan. Si era tan fácil conseguir esos datos, ¿por qué los pidieron solamente ustedes?

La idea de que los periodistas obtienen informaciones secretas, furtivas, es un verso. La mayor parte de la información es de acceso público. El laburo del periodista es relacionar información, no solo obtenerla. La mayoría de los periodistas son como “Funes el memorioso”, piensan que, si sabés exactamente qué pasó en cada segundo de la vida, ya está. Pero el problema es que Funes, sabiéndolo todo, no lo podía relacionar. Con la “Operación Olivos” nosotros accedimos a siete mil planillas. Pero esas planillas solas no dicen nada. El tema es poder relacionar esa información con otros datos. En sí mismas, las reuniones en Olivos ya eran novedosas, pero cuando las relacionamos con lo que pasaba en las causas judiciales, las pusimos en contexto. Fuimos al origen, digamos. Y encontramos que los tipos que decidían sobre la causa Memorándum se habían reunido con Macri seis días antes. Gracias a eso, Cristina pidió que se revisara la causa, que se va a caer a pedazos a partir de la investigación. Insistimos mucho con lo del acceso a la información pública, por varias cosas. Primero, relacionado con lo que hablábamos hace un rato, muchas veces, se nos acusa de ser fuego amigo. Otras, de ser un medio de Cristina. Yo sabía que, al publicar esta investigación, automáticamente iban a decir que era una operación del gobierno con información filtrada. De hecho, el gobierno no sabía que lo íbamos a publicar y no le gustó nada que lo hiciéramos un jueves santo y le arruinásemos el fin de semana largo a todo el mundo. Por otra parte, subrayamos el carácter público de la información, para chicanear un poco a los que se encuentran datos corriendo por Palermo y también para sacudir un poco la modorra de los propios. Solo había que pedirlo, y por ley. Además, la ley de acceso público a la información es del macrismo, creo que es lo único bueno que hicieron.

Sebastien Preschoux

¿Por qué no lo pidió nadie de la TV pública?

Vuelvo a la precarización de los periodistas, que es el gran problema de la libertad de expresión. Tienen cuatro o cinco laburos, van corriendo de un lugar al otro y solo tienen tiempo para leer el primer párrafo de una nota. Yo tengo tiempo porque hay veinte pibes en la redacción cubriendo las noticias, minuto a minuto. Pero el desafío nuestro es ir más allá. Ahora, respecto a la TV pública, que yo sepa no hay un buen programa periodístico. Cuando yo estaba en Radio Nacional, lo propusimos varias veces y nunca prosperó. Una sola vez me preguntaron qué se necesitaba para eso y yo pedí el diez por ciento del presupuesto de Lanata. Les pareció mucho. Por eso creo que el sistema de medios públicos sigue estando absolutamente desaprovechado, es una estructura enorme y hermosa, que se da entre Radio Nacional y la TV pública. Pero, la Secretaría de Medios no es idónea, es lo peor del gobierno, por lejos.

¿No notás una precaución desmedida, con tal de evitar cualquier parecido periodístico con 678? Entonces, no hacemos ni 678 ni ninguna otra cosa.

Sí, es cierto. Es muy amplio nuestro lado. Creo que, si hay un lugar incómodo, que no se dé en la Tv Pública, es El Destape. Entre otros espacios, claro. Para mí es muy interesante lo que hacen Tiempo Argentino, El Cohete a la luna, Tognetti, Futurock, Víctor Hugo, Iván Yabrosky. Por otro lado, y lamentablemente, el kirchnerismo está subrepresentado en el gobierno. El Frente de todos tiene un sector casi a la derecha, que es el de Sergio Massa; un sector del centro “ni”, que es el del presidente; y el sector claramente mayoritario que es el kirchnerismo. Aparte, el gobierno está preocupado por una macro que le cuesta cerrar, no tanto por errores propios. Después de Macri y con la pandemia, la verdad que es una cuestión difícil. Ahora, si tenemos un Ministerio de Economía dedicado a discutir con el FMI y diez millones de personas comiendo en comedores, bueno, al FMI habría que decirle “nos vemos cuando esto termine.” Pero tenemos los mismos diez millones comiendo en comedores que teníamos hace un año y medio. Esas discusiones hay que darlas, no me cierra que la Argentina tenga menos déficit y que crezca la industria, ¿y nosotros? La macro siempre cierra para poquitos.

Chile ya demostró cómo termina esto.

Claro. Este no es el modelo chileno, pero está demasiado preocupado por cosas parecidas. Aun así, es increíble que no haya explotado todo cuando, en diciembre, Guzmán sacó el IFE. Se ve que la pandemia hizo que todo el mundo bajara revoluciones y nadie quisiera prender fuego a un supermercado. A mí me alcanza para comprar comida, pero entendería perfectamente al que no le alcanza, si saquea una carnicería porque se quiere comer un asado. El voto mayoritario no fue para esto, nosotros no votamos para que las personas se caguen de hambre, votamos para que haya justicia social, hay una diferencia muy grande entre una cosa y la otra.

Ari Lijalad con El Anartista

CIRUGÍA ESTÉTICA

“Aguaiten:/la poesía se deja ver cuando gusta/y uno la alcanza si le alcanza el salto. Entonces/cada uno cante lo suyo/en la rama que se le cante. Intente/lo mucho a nombrar y escaso, /lo necesario y difícil. Escarben/debajo de las cáscaras busquen la palabra única.”
“Caza furtiva”, Jorge Leónidas Escudero

En el documental, me llamó la atención lo importante que son para las derechas las supersticiones y las ceremonias, por ejemplo, el elefantito con la trompa para arriba que tenía Noble. Y son conocidas las supersticiones de los nazis. En el macrismo, eso tomó otro cariz, casi religioso, amparado por todo el evangelismo que los rodeaba. En cuanto a las ceremonias, la inauguración de Papel Prensa con la presencia de Videla, que termina en el gusto por el espectáculo de Menem y de Macri, cada uno en su estilo.

Nosotros también tenemos eso. Venimos de una tradición que, cuando pensaba que Evita estaba en un lugar, iba a llevarle flores y velas. Es más, como dice siempre Dady Brieva, ellos no tienen fiesta ¿qué van festejar, el día que nació Bartolomé Mitre?, ¿el cumpleaños de Videla? Nosotros sí, tenemos un montón de fiestas y momentos felices.

Sí, pero me refiero a esa cosa opresiva que tiene el dominar a través del imaginario.

Me gusta citar a Dady para estas cosas. En abril de 2016 presentamos el libro sobre Macri en la Feria del Libro. Lo escribimos sin cobrar un peso y donamos las ganancias a las Madres. Le pedí a Dady que viniera a presentarlo y me dijo “¿Pa’ qué, si yo no leo?” Estuvo muy interesante. También estuvieron Graciana Peñafort, Pablo Llonto, Horacio González. En un momento, Dady dijo que teníamos que darle una amnistía a nuestra estética peronista y buscar estéticas nuevas. De hecho, hay una nueva generación de pibas y pibes que tiene otra mirada, otra forma de ver el mundo, otra forma de consumir medios. Yo llegué a mandar una carta escrita y a escuchar música en casete. Los pibes que laburan hoy en El Destape no vivieron ninguna de esas dos cosas. Todos es trabajo, pero lo podemos lograr con personas que sepan hacer las cosas bien y, en materia de comunicación, esa gente no es convocada.

¿Y por qué creés que no se convoca a esa gente que sabe hacer?

Mezquindades, egos, negocios, amiguismos. Hay de todo. Es una estupidez, porque vamos perdiendo. Hay que tener mucho coraje para enfrentarte a Clarín y a esos monstruos, hay muchos que no se animan, piensan que ser funcionarios es estar de paso.

Los gigantes trabajan todo el tiempo haciéndote ver que, además de gigantes y poderosos, son invencibles. Eso también se maneja desde el imaginario e impotentiza.

Salvador Dalí

El tema no es que uno es un loco y no tiene miedo. No tenerle miedo a Clarín es estúpido, el tema es qué hacés con ese miedo. Si llamaran a personas idóneas en comunicación, tendrían que soportar que esas personas les marquen qué no va, qué está mal. Y a muchos no les gusta que les digan eso. Así nos va. Cada vez que viene un funcionario y me putea, le digo lo mismo, cuando me necesiten, yo voy a estar. Si algún día se pudre, todos los que hoy están ahí se van a esconder como en 2016 y los que vamos a estar bancando seremos los mismos que estuvimos entonces. Yo ya sé que va a pasar eso. Si fuera por conveniencia, debería publicar todo lo que me mandan desde el gobierno, me llevaría bárbaro, me invitarían a los brindis. Pero ya no podría irme a dormir tranquilo.

ANARCO POETA

“Hay que dar vuelta un mundo. Pero cada lágrima que corre allí donde podría haber sido evitada es una acusación; y es un criminal quien, con inconsciencia brutal, aplasta una pobre lombriz.”
Rosa Luxemburgo

Antes te preguntamos sobre ese lugar donde descansás de la abrumadora cantidad de datos que manejás en tu laburo. Por ahí leímos que te hubiera gustado hacer música y hace un rato nos contabas que tu hermano es músico.

Él es músico. En mi caso, cuando terminé el secundario, quería ser trabajador social y músico. Terminé música, me pasé a Ciencias Políticas y después abandoné la música.

Pero la música aparece, a veces un poco bizarra, en el momento radial de “El fogón…

El fogón de nuestro programa surgió un día en que hicimos un asado. Ahora vi que algunos programas quieren hacer fogón y no les sale, es que la alegría no se puede fingir,  ni se puede ser espontáneo obligatoriamente.

Eso es poético.

Chiharu Shiota

Viene de un dicho anarquista, del príncipe Kropotkin. Mi papá siempre me lo repetía: no se puede obligar a nadie a ser feliz. Pero a nosotros no nos tienen que obligar. Somos periodistas que necesitamos de ese momento de alegría. En casa es lo mismo, agarro la guitarra, el piano, cantamos con mis hijas. Es el mismo sentido del fogón, una pausa que nos hizo muy bien en la pandemia, necesitábamos descargar. En la radio hay una guitarra y así comenzó todo. Por otro parte, considerá que Navarro nos deja hacer lo que se nos canta. Le dedicamos veinte minutos del día a cantar, en un horario que es periodístico. Y gran parte de la elección de los temas, el que tal día hagamos batallas entre grupos, que los viernes haya cumbias, los lunes un intérprete en particular, todo es laburo del operador. Ahí se ve bien lo colectivo. En muchas radios el operador es un tipo que está sentado con cara de culo y aprieta el botón cuando lo tiene que apretar. El operador que trabaja conmigo está metido en el programa las tres horas y participa de las reuniones. Nico Esquivel es todo eso.

Es necesario también distender, con la densidad de los temas que se hablan…

Ahí es clave Pesky, y fue decisión de Navarro, él me dijo “periodismo y humor.” Yo no quería tener humorista, nunca había hecho radio con un tipo en el piso que hiciera humor. Y sé que es muy difícil el humor en pandemia, no es fácil hacer reír con quinientos muertos por día. Pero su laburo y el de los demás muchachos es fundamental, a veces encuentro mucho mejor explicado lo que yo hago cuando lo hacen ellos cagándose de risa que cuando yo lo digo.

Ari Lijalad con El Anartista

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