Por Milena Penstop
Lo que se sale de la norma:
1- En general, todos los días hacemos lo mismo: vamos a la escuela, los adultos a trabajar, almorzamos, volvemos a hacer nuestras actividades y, al final del día, regresamos a nuestras casas, cenamos y nos vamos a dormir.
¿Pero qué pasa si un día no hacemos lo de siempre y, por ejemplo, nos vamos de campamento? Es cierto que, últimamente, se hacen campamentos de estudio o de vacaciones, y ya es algo bastante “normal” para muchos. Pero, aun así, no es lo que siempre hacemos y, aunque no se salga del todo de la norma porque no está prohibido, se sale de nuestra rutina, que es una norma pesadota que todos cumplimos.
2- En los sueños, a veces, las cosas se salen mucho de la norma. Hace poco sé que soñé con algo muy lindo, pero a la mañana siguiente me lo olvidé. No me parece normal que uno se olvide tan rápido de las cosas placenteras, que ocurren mientras dormimos. ¿Quién se queda con los sueños que nos olvidamos?, ¿duendes de la noche?, ¿el hombrecito que se ve entre las sombras de la luna?, ¿la almohada? Quiero que cualquiera de ellos me devuelva mi memoria o conocer quién decidió esta rara norma, por la que nos olvidamos de nuestros sueños.
3- Vi una cosa completamente fuera de la norma en una película. Unos hombres viajaban por el espacio a un planeta desconocido. Allí, se encontraban con simios muy inteligentes, a tal punto, que ellos se pusieron a estudiar a los hombres como si se hubiera tratado de una especie inferior. Además, los simios montaban a caballo y capturaban a los humanos, como deporte. Acá hay algo anormal dentro de lo anormal. Se ve que tan inteligentes no eran, porque se dedicaban a cazar a seres que pensaban de forma más débil que ellos. Igual, a veces en el noticiero se ve lo mismo: cuando los más fuertes persiguen a los más débiles es porque es porque las normas no han servido para nada y hay que ponerse a pensar otras.