EL OJO URBANO
La Potencia: sobre Colegiales y un parque en el Playón.

 

El primer fin de semana de junio “Ellos” invadieron las redes con un dibujo para colorear.

Los lápices de colores se desparramaron en mi recuerdo, los de puntas finas y los más chatos, los desgastados, los preferidos. No fue su primera iniciativa, la pandemia impuso el ingenio. En este caso “Ellos” eligieron lo lúdico como deseo, lo lúdico como pancarta. Decidí tomar la propuesta y pintar.

Entre las ramas de un hombre árbol, el dibujo a colorear sostiene con el viento un reclamo alargado que dice “Salvemos el último pulmón verde del barrio”. Detrás unas vías de tren, a los durmientes los pinté entre marrón y beige. El cartel de la Estación “Colegiales” pincela identidad al igual que el puente, detrás del banner y en cuadrículas negras. Bajo ese arco, “Ellos”, los vecinos, decidieron ser mariposa, tortuga, flor, felino… A todos fui coloreando y remarqué con fibrones los carteles.

 

SIGA, SIGA EL BAILE

Los playones ferroviarios de Colegiales son parte del saqueo de las tierras públicas en la Ciudad de Buenos Aires. Las tierras ferroviarias son espacios relevantes para destinar a parques públicos. Estos terrenos ya han sido desafectados y han obtenido convenios urbanísticos con la posibilidad de lotear, urbanizar y construir edificios. En esta emergencia sanitaria, la ciudad evidenció que los espacios verdes son insuficientes. La organización mundial de la salud sugiere diez metros cuadrados de espacios verdes por habitante y, en Colegiales, hay 0,7 m2. La pérdida de suelo absorbente genera inundaciones. Así, el colapso de los servicios públicos no admite más usuarios.

En el playón de Colegiales están haciendo un pozo, el proyecto inmobiliario avanza a pesar del rechazo barrial. Hay una miserable trama tejida con buen resultado en situaciones similares, poner a la venta los departamentos desde el minuto cero e involucrar a los compradores. La pelea entre ciudadanos residentes del barrio y los nuevos les da ventaja a los desarrolladores. “Los nuevos propietarios” se ubican en la primera línea de disputa para defender el proyecto donde han invertido. Algunos personajes de los espacios de poder, llámense legisladores, administradores públicos, jueces, abogados y hasta el propio alcalde de la ciudad toman al código urbanístico y a sus leyes, como si fueran plastilina. Y, como si construyeran con bloques de Rasty, donde ven un espacio verde, edifican. Una mayoría en la Legislatura actúa de escribanía y, a las normas vigentes, las hacen pelota para jugar con nosotros.

 

UN TREN DE PARQUES

Organizaciones sociales, asociaciones civiles, asambleas barriales y fundaciones se unieron contra la venta de terrenos ubicados en playones ferroviarios. Fueron cedidos por la Nación y durante la presidencia de Mauricio Macri, al gobierno de Rodríguez Larreta. Esto fue inmediatamente después de perder las elecciones. Los terrenos cedidos son los de los playones de Colegiales, Caballito, Palermo, Chacarita, Retiro, Villa Urquiza y La Boca.

El actual presidente Alberto Fernández firmó un decreto que suspendió la cesión de las tierras y ordenó una revisión a la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE).

Los lápices para colorear estaban en la cartuchera de mi hija, los guardo de cuando ella era chica, nunca pensé serían usados para una manifestación virtual. Menos aún, pensé en compartir “El jardín de las delicias” junto a mujeres mariposas, hombres árboles o tortugas con carteles que reclaman un parque, justo en el Playón de Colegiales. Hace muchos años los vecinos buscan, con diferentes estilos, defender el último pulmón verde del barrio. Perseverar en el tiempo es no renunciar al deseo. Esta es la forma de etiquetarlo, de sumar tonalidades. Porque colorear un sueño de otros, indudablemente, es pintar el propio.

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