La alegría: sobre el Fanzine «Golosina Caníbal».
Por: Nico Sada
GOLOSINA CANÍBAL PRESENTA: Año 1 – Nº 1 * JUNIO 2020
“Un escritor, contrariamente a la opinión popular, no escribe libros.
Un escritor escribe textos.”
Ulises Carrión.
“Un fantasma sobrevuela las ansiedades de la literatura actual, con sus ambientes mundanos, insulares y, en ocasiones, malignos”. Así comienza el año 1, de esta primera edición de 100 ejemplares. En este primer número, el autor invitado es Agustín Conde De Boeck, lector y crítico literario. Estudió las obras de Alberto Laiseca y Marcelo Fox, e investigó sobre la revista Babel y el malditismo en la literatura argentina. Publicó su tesis: “El Monstruo del delirio. Trayectoria y proyecto creador de Alberto Laiseca» (2018).
De esos cien ejemplares, me tocó el rubricado número 43, cifra que -según dicen- en los sueños, remite al balcón. Claro, la relación latía insistente en tiempos de encierros, de miedo y de aislamiento contra un virus importado que, hoy, dos años después, sigue entre nosotros. El balcón refiere al aire, al pulmón, a cierta libertad. Así, desde la terraza, yo oteaba el mundo, a orillas de la vida.
Ya que hablamos de orillas, esta nota se dedicará a una forma de publicación que bordea los tiempos tan veloces que corren: los fanzines. En el caso de “Golosina…” reúne y exhuma, a través de otras voces, una fracción importante – en algunos casos no muy conocida – de literatura argentina.
PUNK
“Los libros están cuando estoy yo,
en la mochila tengo libros y si no estoy no están los libros.
Dejé en algunas librerías y no funciona,
funciona conmigo, se venden cuando estoy yo”.
(Cita tomada de una entrevista)
“Oficina Preambulante”.
Libros confeccionados con cartón recuperado, Carlos Ríos.
Los fanzines son publicaciones hechas por seguidores de un fenómeno cultural particular – puede ser un género literario o musical -, para el placer propio y de otros con los mismos intereses. En la mayoría de los casos, se ocupa de cuestiones específicas, como la música, el cómic, la ciencia ficción, la literatura, la política, la pornografía o incluso combinaciones de estas temáticas.
Esta forma de publicación tiene sus raíces en el siglo XIX. Estas surgían ante la necesidad de ofrecer una literatura que estuviera al alcance de los menos favorecidos económicamente y, además, que permitiera pensar las injusticias, las desigualdades o incluso, poder encontrar en la literatura una necesaria válvula de escape.
Fueron panfletos que circularon para difundir, principalmente, ideas políticas. Su auge, sin embargo, sobrevino en las décadas de 1950 a 1960, cuando se convirtió en uno de los principales medios de expresión de la contracultura. En aquellas épocas de esplendor, el material circulaba mediante fotocopias tan urgentes como fugaces, que hacían mucho ruido.
Aún hoy la prensa está marcada por la urgencia de estar al día. Por el contrario, para el fanzine, la urgencia es otra: se trata de publicar literatura por entregas o folletines como se realizaba en el siglo anterior.
A CONTRAMÁQUINA
“La disciplina del arte no es, pues, estática;
continuamente cambiante, esencialmente revolucionara”.
Herbert Read
Una de las características que define al fanzine es la autoedición que, al eliminar todos los intermediarios en el proceso editorial industrial, acorta la distancia entre el autor y el lector. Va a contrapelo. Esta frescura y esta libertad lo convierten en un espacio de resistencia contra las grietas de la memoria.
Más allá de los nombres propios, las investigaciones que realizan el editor y los escritores configuran una constelación que valora la audacia de ciertas publicaciones.
Así, la reunión de textos, imágenes, dibujos y necesarias notas al pie traza un mapa indispensable para recuperar las voces del pasado. Cada número de “Golosina Caníbal” es un disparador, contra aquello que cita Marcelo Fox, “El mundo es una máquina de olvido…”
La escritura de un fanzine, ¿dónde se ubica en el territorio actual?, ¿dónde queda el borde?, ¿el borde de qué?
ESCRITURAS DECAPITADAS
“El recuerdo es un poco de eternidad”.
Antonio Porchia
“Ningún lenguaje pasa sin huella porque, acechado por la muerte, el lenguaje se encuentra siempre, en su deriva, como ante un espejo, frente al cual repercute en sí mismo su propia imagen, en un incesante juego de reflejos que carece de límites”.
Raúl Antelo, autor invitado en el número 3.
Decía antes que el fanzine tiene una larga tradición como proceso y producto contestatario. En estos tiempos digitales, los fanzines se complementan y retroalimentan con la web -blogs, redes, incluso canales de youtube-. Así, dentro de tantas estéticas masivas que reafirman un yo sustancial, “Golosina” va por la experimentación, por una autonomía disímil dentro de un modelo degradado por el comercio y vacías pretensiones.
“Golosina Caníbal” es el editor, compilador, organizador de cada publicación. Es alguien que esconde su nombre “cívico” y superpone su identidad con la publicación. En este sentido, ya desde el vamos, hace un digno homenaje a Acéphale – ´Acéfala´, nombre de legendaria revista creada por Georges Bataille. Y otros pensadores, cuyo primer número apareció en junio de 1936. El logo lo pueden encontrar en el blog de «Golosina…».
Este hombre – fanzine se propone como el presentador de la fiesta del sentido. Entonces, bienvenidos al baile de lo desbordado de todo canon, donde dialogan pasado, presente y futuro, a la vez que fundan nuevas resonancias, nuevas imágenes, nuevas formas de leer. Una necesaria trinchera ante estos tiempos de abulia y excesivas contaminaciones virales.
De esta manera, los “Golosinas…” a contramarcha de los tiempos de aceleraciones y metamorfosis instantáneas, apelan a tinta, sellos, imágenes y al boca en boca, para encontrar lo nuevo en autores postergados. Es su modo de no obedecer a los parámetros temáticos o estilísticos dictados por la crítica, y también de combatir el exigente y absurdo reinado de la pura novedad.
LA CONSPIRACIÓN DE LOS BORDEANTES
“Se trata de hacer del mundo una experiencia,
transformar la indiferencia de las cosas en una intensidad”.
“El punto idiota” Pablo Farrés
Cada crónica, nota o narración es una máquina vigorosa de sentido. Por eso, entre el intenso rumor cotidiano, dejo de lado el ser discursivo, suelto las amarras y me arrimo a la alegría de toparme con este fanzine. Tomar la palabra como forma de llevar a cabo una acción directa, sortear así la crisis de agotamiento de tanto nombre repetido.
Tiempos difíciles para las pasiones alegres, tiempos donde parece que nunca parará de llover. Los días sudan, una y otra vez, múltiples contingencias. La paradoja avanza. No hay forma de detener los transcursos lineales y simultáneos, el tiempo circunvala. Sin embargo, la alegría persevera, prepotea, denota una potencia de hacer y de concebir a la escritura como un hecho de afirmación en el mundo.
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Ah, Golosina Caníbal es creación de Matias H. Raia, quien lleva adelante desde hace largos años el blog: [Golosina caníbal] y sus ramificaciones en redes sociales. Buceador incansable. Ha trabajado en desempolvar los textos de escritoras y escritores como Germán Rozenmacher, Marcelo Fox, Amalia Jamilis, Horacio Romeu, Celia Paschero y Alberto Laiseca. En 2021 publicó, en coautoría con Agustín Conde de Boeck, “Vida, obra y milagros de Marcelo Fox”, Editorial Borde Perdido. Y también participó en la edición de “Contra toda autoridad, Literatura Anarquista Rioplatense” (1896-1919), Editorial “Tren En Movimiento”.