El apego: Entrevista a la actriz y cantante Daniela Pantano
Entrevista y edición: Gabriela Stoppelman

 

                                            “Me celebro y me canto a mí mismo. /Y lo que yo diga ahora de mí, lo digo de ti, /porque lo que yo tengo lo tienes tú/y cada átomo de mi cuerpo es tuyo también”.
                                            “Canto a mí mismo”, Walt Whitman

 

No, a ese señor “nuestro que estás en los cielos”, porque no hay santificación que zurza la cicatriz de una ausencia.
No, al padre de todas las carnadas dispuestas a pescarnos el deseo, el cuerpo y el cansancio en las fabriquitas del éxito y la pequeñez.
No, a la belleza atravesada por un ojo único, que prepotea el movimiento y el destino de los contornos.
Un no gigante, a la fuerza devastadora de las versiones únicas, a la letra grande de pulso tan leve, a la letra que nubla el horizonte y marca el paso del camino.
No y no para evitar la mesa de la vida servida en negaciones, para dar vuelta el mantel del lado del revés y disponerlo como lienzo sobre el cual elegir nuestro alimento.
Y, después, sí, un sí padre como dicen en España, uno que haga familia con las formas de nuestra sed. Uno que incluya el silencio, la memoria eyectada hacia el futuro, las trampas sorteadas de la melancolía, la escritura llevada hasta la frontera del canto o la letra acunada en nueva infancia, en otros brazos de arropar.
Un sí padre después de la rasgadura pasada y antes de la herida porvenir. Un interregno entre el cuerpo que falta y su próxima presencia en ecos. Una afirmación que abrace orfandades, les pula las aristas agrias y, en los bordes torneados de la distancia, nos permita extender los bracitos, caminar a los tumbos hacia un reencuentro. Entonces asistirnos, por fin, en un anhelado sí.

padre e hija, Baruc Selim

 

EN ESTADO DE YECTO

“Pues queremos decir que el hombre empieza por existir, es decir, que empieza por ser algo que se lanza hacia un porvenir, y que es consciente de proyectarse hacia el porvenir”.
                                “El existencialismo es un humanismo”, Jean Paul Sartre

¿Cuál es la forma del sí? Libre de ser negativo o complemento de negaciones, devenido otro aquel que lo enuncia, ¿quién habla cunado lo voz se atreve en afirmaciones?
¿Cuál es el peso del sí? Cuentan que lo indecible es propenso a aseveraciones. Pero adverso a las medidas, desajusta el fiel de todas las balanzas.
Después de una intensa carrera en comedia musical y otros proyectos, produjiste y protagonizas “Sólo quiero que me amen”. ¿Qué potencia lo autogestivo?

La autogestión es el camino de los artistas que más me interesan, es generar proyectos que nos movilicen. Hace unos años ya que, sin abandonar el musical, empecé a hacer determinados proyectos que me movilizaban. Sentía que ya no me pasaban demasiadas cosas arriba del escenario. A partir de preguntarme qué tengo ganas de contar y cómo quiero que me vean, comencé con el camino de la autogestión. Más allá de que también trabajo en proyectos de otras personas y en proyectos comerciales que me encantan, el hacer mi proyecto propio significa contar y hacer aquello que yo quiero. Me da una satisfacción y me llena como ninguna otra cosa. Y esto funciona también en otros planos, no solo en el artístico. Una persona que emprende un negocio, que sale de la relación de dependencia, también experimenta esa fuerza y ese empuje. Es el camino en la vida.

¿Cuáles son las dificultades de lo autogestivo?, ¿alguna vez te provocó sensación de soledad o sobrecarga?

Georgy Kurasov

En lo autogestivo hay varias dificultades, sobre todo, para las personas como yo, muy exigentes y que quieren estar en absolutamente todo. Tengo a mi productor ejecutivo, a la gente que se ocupa del vestuario, mi director, pero siento a necesidad de estar en todo. Un error, quizás, pero la autogestión implica eso, ponerse el proyecto al hombro, mover cielo y tierra para que venga gente a la función, cargar la escenografía y un montón de cosas más. Aun así, yo sé que después del estreno voy a sentirme completamente realizada y feliz de semejante esfuerzo. Siento cada obra como un pequeño hijo que merece esa dedicación. No me angustia, sino que me hace sentir poderosa.

 

DESASIDA

                    “me sorprende querer/sí decirte escucha escucha/en fin lo que el mar/no puede decirnos/mientras estamos allá/querer decirle que sí/la escuchamos/allá donde ella ya no es ella”.
                                            “Yo te digo”, Malek Alloula

El sí no cabe entre las manos, se escurre entre los dedos, se ramifica sin darse abasto. Pero hay un tiempo del multiplicarse, de saborear de otro modo el cansancio, de ser a la vez punto y circunferencia del círculo. Son extraños momentos que agitan el devenir de lo mismo, transmutan el tacto. Entonces, en lo que fuga no hay nada que se pierda.
El tema de este número de la revista es el apego. Pompeyo Audivert nos dijo que el teatro es desapego. ¿Y la danza?, ¿la escritura?

Pompeyo Audivert, con quien tomé clases, dice que el teatro es desapego. Para mí es fundamental, no solo en el teatro, en el arte en general, en la escritura, el canto, la danza… Uno, como artista, tiene que lograr ese desapego para poder crear en libertad, el estar atado a determinados patrones te impide el crecimiento, así como en el resto de la vida.

Javier Daulte me dijo una vez que la carrera se hace de los no que se dicen. Y tiene razón. ¿Cuáles fueron tus sí más importantes?

Hace una semana dije que no a un proyecto muy importante. Me costó, estamos en una etapa en la que no hay mucho trabajo que sea rentable, pero hay varias preguntas fundamentales a la hora de decidir ¿voy a sentirme feliz haciendo esto? Prefiero poner la energía en una producción que estoy desarrollando ahora, mi ópera prima a estrenarse en abril. Lo económico ya vendrá de otros lugares. Por suerte, y aunque me llevó tiempo llegar a esta situación, a esta altura pude gestionar otras cosas que me permiten no estar esperando el llamado de un canal o agarrar proyectos que no me llenan artísticamente por necesidad del dinero, así que puedo elegir.

Por otra parte, una decisión muy importante en mi carrera, angustiante en su momento, pero súper acertada, fue poder decirle que no al Teatro San Martín y decirle que sí a Javier Daulte. Un gran maestro, con quien ya tenemos hechas tres obras consecutivas. Trabajar con él me cambió la cabeza como actriz y como artista en general, le debo mucho. Y es un gran amigo, además.

 

CALMA CON TORMENTA ADENTRO

                    “Y entonces, de repente, aparece la muerte. El hombre deja escapar un pequeño suspiro, se desploma en un sillón y muere. Sucede de una forma tan repentina que no hay lugar para la reflexión; la mente no tiene tiempo de encontrar una palabra de consuelo”.
                                              “La invención de la soledad”, Paul Auster

La otra, la huérfana que se da nido entre fantasmas, la que urde un rostro entre retacitos de quimeras. La que cuece migas de una cena muy antigua, de pronto recreada al fuego de otro tiempo.
La otra, la que puja entre sus propios brazos, la heredera de la luz, del residuo de un relámpago.
Produjiste y protagonizas “Solo quiero que me amen”, espectáculo sobre Marilyn Monroe. Sobre esta obra contaste en otra entrevista: ”No era ninguna tonta, yo misma la tenía como una mina despampanante y no mucho más. Y Lee Strasberg dijo que era la actriz con más sensibilidad que había visto, junto a Marlon Brando. Marilyn no paraba de formarse, tomaba clases de teatro, era una lectora voraz, estuvo con Arthur Miller… En la obra soy una versión de Marilyn de entrecasa, la más frágil”. Esta relectura de versiones instituidas, ¿es una manera de liberar a Marilyn de la mirada única o buscas “la verdad” Marilyn?, ¿hay una verdad o solo versiones?

En esta obra busco, sin duda, liberar a Marilyn de la mirada única. Creo que, a ella, una mujer hermosa y sensual, se la ha mirado solo como eso. Es más, el prejuicio la anula, dicta que es hermosa y punto, no puede hacer nada bien, no es inteligente. En Argentina hay mucho de esto, una modelo no puede ser más que tonta. Marilyn era brillante, una transgresora para su época, ella arrancó con el feminismo. Ella leía, estudiaba letras. Era muy inteligente y muy talentosa, pero no le daban los papeles que ella quería, solo podía ser la bella, la amante, aunque Marilyn anhelara otro tipo de roles. En un momento abrió una productora y produjo dos películas que protagonizó. Un poco lo que le pasaba a ella me pasa a mí, no me llaman para papeles dramáticos, entonces hago mis obras con los colores que quiero pintar.

Con Dolores Solá, en una nota para este número, conversamos acerca de un tema nuevo de su autoría que dice: “la belleza cansa”. ¿Qué opinas?

La belleza cansa si es una belleza vacía. Pero si tiene matices y contenido, como la de Marilyn, no podés dejar de mirarla, porque hay muchas capas debajo de lo simplemente visible.

“Y luego la calma” es un biodrama a estrenarse en abril de 2022 en “El camarín de las musas”, con la dirección de Dennis Smith:

Tiene que ver con la muerte de mi papá, bajo el impacto de la lectura de “La invención de la soledad”, el libro que Paul Auster escribe tras la muerte de su padre. Esta obra la comencé a escribir cuando mi padre aún vivía y yo no estaba embarazada.

Troche

Luego me embaracé, mi padre murió y el proceso de escritura continuó. Hay algo que se potencia cuando a uno le pasan cosas fuertes en la vida. Así como hay gente que se deprime, otros salimos a guerrearla y ahí surge una fuerza poderosa de tu interior. Eso es lo que me pasó con esta obra, estuve angustiada mucho tiempo, pero la vida es corta y tenía que salir adelante. Creo que las cosas fuertes que nos pasan dejan su huella y eso puede hacernos personas más interesantes. En la obra cuento la complejidad de la relación que tuve con mi padre, pero también hay ficción, por supuesto, porque si no me despegaba un poco de mi realidad iba a ser muy difícil seguir escribiendo, iba a tener muy poco vuelo.

 

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