El apego: sobre la ciudad de Buenos Aires.
Por Isabel D´Amico

 

LOS DESAPEGADOS DEL BARRIO

Si pudiera alardear con un toque filosófico niezscheano, diría que enfrentar la memoria del pasado inmediato en un tango, me habilita a un contrapunto con la memoria del futuro, bajo el mismo ritmo.
Buenos Aires fue y será, para bien o para mal, una ciudad inspiradora. A su halo nostálgico se le incrustan nuevos tonos, nuevas mañas. Pero, si hay algo autóctono y de envergadura en los últimos años, son las chapuceadas edilicias dispuestas a lo ancho y a lo alto para mamarrachear las quince comunas, nuestra esencia barrial.
Hoy el gobierno porteño ofrece más convenios urbanísticos a la carta, el menú lo escribe el mismo pulpo inmobiliario, quien en solo tres golpes de hervor consigue el gusto que quiere en cualquier lugar de la ciudad.
Los barrios no prueban nunca estos platos, ellos jamás son invitados.
De las entrañas del descontento nace este tango popular.

“¿DE QUIÉN SOS, BUENOS AIRES?”

Entre bordes de nuestra rivera
no hay acceso a ninguna Costanera
nos abruman bicisendas insensatas
que computan como verde,
viles ratas.

Divorciaste al Código urbanístico
del indispensable código ambiental.
Poco parque, poco cielo.
Y el calentamiento, sabes, es global.

La mitad de tus construcciones
son viviendas premium o medio pelo.
Destruís la historia de los barrios
y su identidad no tiene consuelo.

Tu criterio elitista nos expulsa.
Confundís la realidad de los porteños.
Por algo existen comedores, merenderos.
Y los más pobres duermen en los cajeros.

Tierras públicas regaladas sin decoro,
concesiones y permisos para siempre.
Proyectás más cemento en tus entrañas.
Y no querés escuchar el descontento.

Desbocada te vas en altura,
cementás el aire sin cordura.
Con la tala y la poda de los árboles
perseguís el sosiego que nos da.

¿Estás dispuesta a envolvernos en veredas
cegada por la pseudo “modernidad”?
Tu avaricia se devora nuestra historia.
¿De verdad te creés la gran Ciudad?

Mi memoria del futuro es otra cosa.
Los barrios ya aprendimos la lección.
Litigar en conjunto es lo que haremos.
Buenos Aires, ¡serás la que queremos!

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